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Gallardón, el veterano corredor de fondo que por fin da el salto al Congreso

  • Rajoy ha incluido a Gallardón en la candidatura del PP al Congreso
  • Su intención de ir en las listas en 2007 abrió un importante cisma en el partido
  • Ahora, Esperanza Aguirre ha asegurado que le parece "muy bien" su inclusión
  • A sus 52 años, Gallardón es todo un veterano, con más de 30 años en política

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Gallardón ocupará el cuarto puesto por Madrid y S. Santamaría el dos

La decisión de Mariano Rajoy de situar a Alberto Ruiz-Gallardón como número 4 en las listas del PP al Congreso por Madrid lanza a la primera línea de la política nacional al alcalde madrileño, tras una serie de intentonas que en su momento provocaron heridas abiertas dentro del Partido Popular.

Acostumbrado a ganar en las urnas por holgadas mayorías absolutas -tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Madrid-, este corredor de fondo de la política por fin acompañará a Rajoy como uno de los nombres destacados de su candidatura, en una decisión que repara el agravio que el alcalde madrileño sufrió en 2007, cuando su ofrecimiento de integrar la lista fue torpedeado desde el interior de su partido.

Carrera meteórica

Alberto Ruiz-Gallardón Jiménez (Madrid, 11 de diciembre de 1958) es todo un veterano de la política nacional a pesar de que sobrepasa por poco la cincuentena.

Hijo del vicepresidente de Alianza Popular, José María Ruiz-Gallardón, el actual alcalde madrileño se afilió con 18 años a esta formación política, iniciando una carrera meteórica que le llevó a los 24 años al Ayuntamiento de Madrid como concejal de la oposición.

Tras ingresar en la Ejecutiva de Aliaza Popular primero y de su sucesor, el Partido Popular, después, Ruiz-Gallardón simultaneó durante finales de los 80 y principios de los 90 su acta como senador con sus intentonas por presidir la Comunidad de Madrid, un objetivo que lograría al fin en 1995 y que repetiría en 1999, en ambas ocasiones con mayoría absoluta.

Su labor al frente de la Comunidad madrileña estuvo marcada por su afán inversor y la realización de importantes infraestructuras,  como las carreteras de circunvalación M-45 y M-50 y por la ampliación de la red de Metro, que llevó hasta municipios del extrarradio.

Cuando todo hacía presagiar que Gallardón repetiría candidatura a las autonómicas, el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, le pidió que fuera como aspirante al Ayuntamiento de Madrid, situando al frente de las listas por la comunidad a Esperanza Aguirre, que en aquel momento era la presidenta del Senado.

Sería la primera vez en la que Gallardón se vería obligado a ceder ante la que muchos consideran su más feroz enemiga, aunque no la última.

Como alcalde, Ruiz-Gallardón también ha llevado a cabo una activa política constructiva, sobre todo con el soterramiento de la M-30, una obra faraónica que le ha valido tantas críticas como aplausos.

Pero, sobre todo, ha mostrado una y otra vez su empeño en conseguir que Madrid sea ciudad olímpica: a pesar de los reveses que sufrieron las candidaturas de 2012 y 2016, el pasado mes de julio hizo oficial su deseo de optar a la organización de los Juegos Olímpicos de 2020.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón ha anunciado que la capital presentará su candidatura a organizar los Juegos Olímpicos del año 2020, justificando su decisión en que "el espíritu olímpico continúa vivo en la ciudadanía" y prometiendo "austeridad y eficacia" en el nuevo proyecto. Para cumplir con estos principios, el alcalde ha anunciado que la ciudad no hará ninguna inversión en infraestructuras antes de la elección de la sede, el 7 de septiembre de 2013.

Siempre en las quinielas

La decisión de José María Aznar de no optar a un tercer mandato en las elecciones generales de 2004 abrió una carrera sucesoria de la que salió ganador Mariano Rajoy pero en la que, por primera vez, sonó de forma insistente el nombre de Ruiz-Gallardón como aspirante a La Moncloa.

Desde entonces, Gallardón siempre ha estado en las quinielas, ya sea como aspirante a la Presidencia o como mero integrante de la candidatura del PP.

De hecho, el propio alcalde madrileño mostró en agosto de 2007 sus cartas y no dudó en hacer pública su intención de acompañar a Rajoy en la candidatura al Congreso en las elecciones de marzo de 2008.

"He confesado en reiteradas ocasiones mi ilusión por poder acompañar a Rajoy en las próximas elecciones generales. Ahora tengo dos proyectos: ser alcalde de todos los madrileños y ayudar en lo que esté en mi mano para que Rajoy sea el próximo presidente de España", aseguraba en 2007.

Meses después, y tras numerosas especulaciones, Rajoy cedió a las presiones de Aguirre y decidió excluir a Gallardón de las listas. El alcalde madrileño, humillado, aseguró a su líder que abandonaría la política tras las elecciones generales.

Una amenaza que no cumplió ya que, en 2011, volvió a encabezar la lista del PP en el Ayuntamiento de Madrid, ganando de nuevo por mayoría absoluta.

Gallardón agradece a los votantes el respaldo en la capital de Madrid.

Cuatro años después de aquella intentona, ahora el camino parece expedito para Gallardón. Al menos en lo que a Esperanza Aguirre concierne, ya que la presidenta de la Comunidad de Madrid ha asegurado recientemente que no se opondrá a que el alcalde vaya en la lista del PP, una posibilidad que le parece "muy bien".

Interrogantes

La decisión de Rajoy de llevar consigo a Gallardón abre numerosos interrogantes en función del escenario con el que nos encontremos después del 20-N.

Si se produce la victoria del Partido Popular,  ¿qué cargo tendría Gallardón en un Gobierno de Rajoy?

En esa hipótesis, muchas voces le sitúan como ministro o incluso como presidente del Congreso.  Lo que parece improbable es que Rajoy lleve consigo a un 'primer espada' como Gallardón para arrinconarle como diputado de 'a pie'.

Además, si Rajoy decidiera otorgarle una cartera, tendría que dejar la alcaldía de Madrid, cargo en el que podría sucederle Ana Botella.

Más peliaguda sería la situación en el caso de que el PP no ganara. En ese supuesto, parece seguro que Rajoy tendría que dejar libre el liderazgo del partido y entonces Gallardón tendría a mano la oportunidad de asumir un papel para el que viene sonando durante casi una década.