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Standard & Poor's rebaja la nota del banco franco-belga Dexia y no descarta nuevos recortes

  • El futuro de Dexia, en el aire: la entidad podría ser nacionalizada
  • S&P considera que la deuda del banco es de calidad media alta
  • Fitch pone bajo supervisión negativa la filial luxemburguesa de Dexia

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La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's ha revisado este viernes a la baja la nota de las tres principales entidades operativas del grupo franco-belga Dexia (Dexia Banca Bélgica, Dexia Crédito Local y Dexia Banca Internacional en Luxemburgo). La calificación ha pasado de A a A- para la deuda a largo plazo y de A-1 a A-2 para la de corto plazo, a pesar de lo cual todavía se mantiene por encima de la categoría que se aplica a los prestatarios considerados poco fiables.

Standard & Poor's espera informaciones adicionales sobre las consecuencias de la reestructuración del grupo y del posible respaldo de las autoridades belgas y francesas a la banca para otra posible revisión de la nota.

Por su parte, Fitch ha puesto bajo "supervisión negativa" la nota "A+" de emisor a largo plazo de Dexia Banque Internationale (DBIL), la filial luxemburguesa del banco francobelga Dexia. Fitch ha argumentado que las calificaciones de la nota de Dexia Banque Internacionale se han visto apoyadas por la "extremadamente alta probabilidad de respaldo a Dexia y, en consecuencia a DBIL, por parte de los Estados francés (AAA con perspectiva estable), belga (AA+ con perspectiva negativa) y luxemburgués (AAA estable) en caso de que fuera necesario". Pero, añade, "si Dexia vende DBIL, sus calificaciones no se beneficiarán más de este apoyo esperado".

La cotización del banco en bolsa está suspendida hasta el próximo día 10 de octubre

El banco francobelga estudia vender su filial luxemburguesa a un grupo internacional  de inversores  entre los que figuraría también el Estado en calidad de  accionista  minoritario, han indicado fuentes de la entidad y del  Gobierno del Gran  Ducado.

Dexia recibió 6.400 millones en septiembre de 2008 de Francia, Bélgica y Luxemburgo para evitar su quiebra. Una situación  que podría estar a punto de volver a producirse pese a que la entidad  francobelga pasó los test de estrés de julio con buena nota y un capital básico del 10,4%.

La cotización del banco en bolsa está suspendida hasta el próximo día 10 de octubre por la fuerte volatilidad que sufrían sus acciones. En el momento de la suspensión Dexia caía más de un 17%.

Maratón de reuniones sobre Dexia

El gobierno federal de Bélgica y las regiones celebran este viernes una reunión en la que pretenden dar con una posición común sobre el futuro de Dexia. El primer ministro belga, Yves Leterme, y el titular de Finanzas se  reunirán este viernes con los responsables de las tres regiones de  Bélgica para tratar el asunto.

El ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, ha indicado por su  parte que el objetivo es consolidar la posición de Dexia y asegurar la  financiación del grupo junto con Francia, así como garantizar el  conjunto de la clientela y apoyar el empleo.

La viceprimera ministra socialista, Laurette Onkelinx, no ha descartado del todo la posibilidad de una nacionalización de Dexia Banca Bélgica, de la que estaría por ver su amplitud. La entidad desmintió este jueves las informaciones apuntando a una posible nacionalización.

Posibles compradores de la entidad

El Banco Santander y el BBVA figurarían entre los bancos interesados en hacerse con Dexia Banque Belgique, la filial belga de Dexia, según informa el diario económico belga L'Echo en su edición digital. El diario afirma que la selección de potenciales compradores de Dexia Banque Belgique "va en la buena dirección" y "se ha mencionado ya a los bancos españoles Santander y BBVA", aunque estas entidades declinaron hacer comentarios sobre los rumores del mercado. También se incluyen entre los interesados a "HSBC, Deutsche Bank, Rabobank o Société Générale".

Según la misma fuente, el Gobierno federal belga preferiría nacionalizar Dexia Banque Belgique, pero las regiones optan por un plan B, que consiste en crear un banco independiente en torno a los accionistas históricos. De esta manera, las regiones se oponen claramente al proyecto de nacionalización de Dexia Banque Belgique.