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Palestina espera su nacimiento con desesperanza

  • Los palestinos no creen que su reconocimiento tenga resultados prácticos
  • Organizaciones e intelectuales critican la iniciativa de Abás
  • La propuesta deja fuera el espinoso tema de los refugiados

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Protesta a favor de un estado palestino en Hebrón, Cisjordania
Protesta a favor de un estado palestino en Hebrón, Cisjordania

La iniciativa de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para pedir su reconocimiento como estado en la ONU cuenta con una mayoría de apoyos en los territorios ocupados (Cisjordania y Gaza), pero no puede decirse que levante un gran entusiasmo en la calle.

Según una encuesta del Centro Palestino de Política y Sondeos, un 65% de los habitantes de los territorios se muestra favorable a la propuesta, que esperan que, al menos, les garantice un reconocimiento internacional como estado no miembro, aunque EE.UU. vete el ingreso de pleno derecho en la ONU.

Sin embargo, este apoyo va unido a una condición: el 76% de los encuestados espera que, tras ser reconocida, la ANP haga efectiva la soberanía sobre todos los territoros de Cisjordania, incluyendo la zona C (bajo control exclusivo de Israel) y también en la frontera con Jordania.

La realidad es que el gobierno de Abás tiene muy difícil tomar ningún paso concreto sobre el terreno y ejercer la soberanía que se supone a un estado real. El reconocimiento será una victoria moral y le permitirá acudir a la Corte Penal Internacional, pero la vida diaria de los palestinos no cambiará mucho.

Sin grandes esperanzas

"Tengo 20 años y siempre he vivido con puestos de control militares y controles de carretera. Quiero vivir en un país libre y la petición a la ONU es el primer paso para conseguirlo. Sé que nada ocurrirá de un día para otro. Estaremos decepcionados al principio pero, como les ha ocurrido a otros países, finalmente lograremos un Estado", ha declarado a Efe en Ramala el joven Mohamed Shkotani.

El activista palestino Yamal Yuma insiste: "El clima general es de desesperanza. La gente está cansada de la ocupación. No cree que esto vaya a traer la paz, pero quiere intentarlo, porque todo lo que se ha probado antes ha fracasado". Yuma cree que a las manifestaciones de apoyo convocadas para esta semana acudirán solo unos pocos centenares de personas.

Ranan Anssar, una mujer de mediana edad con dos hijos, se encuentra entre las más optimistas."Deseo que tengamos suerte en la ONU. Quizás nos devuelva nuestra libertad", dice, antes de quejarse de que Palestina "tiene una generación" en la que están sus hijos de 15 años "que nunca ha podido entrar en Jerusalén o visitar la Palestina histórica. Y otra generación en la veintena que está abandonando el país por este clima de encarcelamiento".

En Gaza, esperan aún menos de la iniciativa ante la ONU. Un portavoz de Hamás (la organización que controla la franja), Sami Abu Zuhri, dijo la semana pasada que era un "paso cosmético" sin ninguna utilidad.

"¿Por qué tenemos que ir a la ONU cuando persiste la división entre nosotros?", se pregunta Deeb Sukkar, de 54 años, recordando que el acuerdo entre Hamás y la ANP para enterrar sus diferencias no ha tenido desarrollo.

El aspecto de la iniciativa que los intelectuales y las organizaciones palestinas coinciden en criticar es que no habla de los refugiados (5 millones según la UNRWA) y puede perjudicar su derecho al retorno, reconocido en resoluciones de las Naciones Unidas.

"Creo que lo que (Abás) va a hacer es una estupidez total", ha declarado a RTVE.es, a traves de Facebook, Majd, palestina jordana, estudiante de español e hija de refugiados de la guerra de 1948. "Sinceramente, mi principal preocupación es por los refugiados. ¿Qué van a hacer con ellos".

Oposición interna

El derecho de autodeterminación, alegan los críticos, es de todo el pueblo palestino, no solo de los habitantes de Cisjordania y Gaza.

Así lo han advertido en sendos artículos en Al Yazira el profesor de la Universidad de Columbia Joseph Massad y el activista de los derechos humanos Omar Barguti. Ambos insinúan que, en realidad, la iniciativa de Abás es un intento por salvar a una ANP cada vez más deslegitimada, en el marco de la "primavera árabe".

Además, si la petición de reconocimiento prosperase, la ANP sustituiría a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP),  que aúna a todos los grupos palestinos, como su representante ante la ONU.

Las voces más críticas con la propuesta se expresan en internet. Por ejemplo, en las páginas del Movimiento de la Juventud Palestina (MJP) y los militantes de la Campaña por el Bloqueo a Israel (BDS, en sus siglas inglesas), una de las organizaciones civiles más activas actualmente en los territorios ocupados.

BDS lamenta en un comunicado que "el reconocimiento como estado es claramente insuficiente, por sí mismo, para poner fin a la ocupación y al gobierno colonial" de Israel.

En lo que sí parecen coincidir todos es en la apreciación de Abás de que "las cosas se pondrán mal". En el sondeo de investigación palestino, dos tercios de los encuestados esperan que la ocupación israelí sea más dura y que las colonias judías, ilegales según la legislación internacional, crezcan a partir del 23 de septiembre, ocurra lo que ocurra el viernes en el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.