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El principal sindicato italiano convoca una huelga general para el 6 de septiembre

  • La CGIL califica el plan de ajuste como "injusto y equivocado"
  • Critican los recortes en la administración local

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La Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el principal sindicato del país, ha convocado una huelga general para el próximo 6 de septiembre para protestar por el plan de austeridad aprobado por el Gobierno de Silvio Berlusconi.

En un comunicado divulgado este martes, al término de una reunión de representantes de las distintas categorías profesionales y de las divisiones regionales del CGIL, la Secretaría Confederal del sindicato ha explicado que la huelga será de ocho horas por turno, completando así toda la jornada laboral.

La huelga, con la que ya había amenazado el sindicato durante los dos pasados encuentros del Ejecutivo con los agentes sociales para abordar las reformas económicas ante la presión de los mercados, llega "contra y para cambiar los ajustes económicos injustos y equivocados del Gobierno".

Huelga para evitar la aprobación definitiva del plan

Según han explicado fuentes del sindicato, la idea es protestar ya no solo contra el último plan de ajuste de 45.500 millones de euros aprobado por el Gobierno el pasado 12 de agosto y que este martes comenzó su tramitación parlamentaria, sino también por el de 79.000 millones de euros ratificado por el Parlamento el 15 de julio.

La intención del principal sindicato de Italia es llevar a cabo iniciativas de protesta antes de que la Cámara Baja pueda aprobar definitivamente antes de mediados de septiembre el último plan de austeridad, aprobado en tiempo récord por el Gobierno tras las condiciones impuestas por el Banco Central Europeo (BCE) para comprar su deuda y rebajar la prima de riesgo.

Los detalles de las iniciativas que pretende llevar a cabo el CGIL serán ilustrados este miércoles por la secretaria general del sindicato, Susanna Camusso, en una rueda de prensa ante el Senado, aprovechando una concentración contra el último plan de ajuste ante la Cámara Alta, donde ha empezado su tramitación parlamentaria.

El plan responde a las exigencias del BCE

Tras unos días en los que la presión de los mercados sobre la deuda italiana disparó su prima de riesgo, Berlusconi tuvo que aprobar un plan de ajuste presupuestario de 45.500 millones de euros el pasado 12 de agosto, con el que pretende adelantar su objetivo de equilibrio en las cuentas públicas un año, a 2013.

Este plan, que responde a las exigencias lanzadas por el BCE, contiene un ajuste de 20.000 millones de euros en 2012 y 25.500 millones en 2013, en una actuación adicional a los anteriores planes de austeridad aprobados por el Ejecutivo (el inmediatamente anterior en julio y otro de 25.100 millones de euros aprobado en 2010).

Entre las medidas del último plan figura la supresión de las provincias de menos de 300.000 habitantes o de 3.000 kilómetros cuadrados de superficie y un gravamen del 5 por ciento adicional para las rentas anuales que superen los 90.000 euros y de un 10 por ciento las que excedan los 150.000 euros.

En el plan aprobado por el Gobierno a finales de junio y ratificado el 15 de julio por el Parlamento se incluyen medidas como la reintroducción del copago sanitario, recortes en los beneficios fiscales para las familias, así como el retraso progresivo de la edad de jubilación vinculado a la esperanza de vida.

En declaraciones a los periodistas en el Senado, el ministro de Trabajo, Maurizio Sacconi, calificó hoy de "contradictoria" e "injustificable" la decisión del CGIL de convocar una huelga, porque "en tiempos como estos debería prevalecer la disposición a construir las condiciones para lograr inversión y trabajo".