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Sean Penn, el rockero catatónico de Paolo Sorrentino

  • Un desganado Sean Penn no ha ahorrado elogios para su director
  • Drive, la sangre y la gasolina salpican el Festival

Ver también: Ver también: Especial Festival de Cannes

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Cannes recibe a un desganado Sean Penn

Sean Penn interpreta a un rockero catatónico en En este debe ser el lugar (It must be the place), la primera estadounidense del director italiano Paolo Sorrentino (Il divo, Las consecuencias del amor), que compite por la Palma de Oro en el 64 Festival de Cannes.

El actor se pone en la piel de una desgastada estrella de rock que emprende un viaje emocional al encuentro del pasado. Y desgastado y desganado se ha presentado Penn en la rueda de prensa, con "cara de haber dormido poco", informan Conxita Casanovas y Carlos del Amor, enviados especiales de RNE y TVE.

El actor, que se ha escabullido de las preguntas sobre la actualidad de la América de hoy, ha negado que se haya inspirado en Ozzy Osbourne para su papel. No obstante, su rostro maquillado en blanco, con los labios rojos y perfilador negros en los ojos recuerda a la imagen del legendario rockero británico o a la Robert Smith, vocalista de The Cure.

Penn sí ha estado más proactivo a la hora de dirigir piropos a su director, Sorrentino: "Él tocaba el piano y yo solo pasabas las páginas"., cuenta la enviada especial de RNE. Precisamente, la presencia de Penn en la cinta se negoció en Cannes entre el actor y Sorrentino hace tres años, cuando el primero presidía el jurado y el segundo se llevaba el premio del jurado por Il divo.

Y ha seguido soltando elogios: "Es uno de los pocos maestros del momento y alguien que seguirá rodando películas innovadoras durante mucho tiempo", informa el enviado especial de TVE.

"Hace películas rápidas sobre gente lenta y películas cómicas de gente triste. Tiene una humanidad que hace que valga la pena ver sus películas", ha añadido Penn.

En la película, donde Frances McDormand interpreta a la esposa de Penn, interviene interpretándose a sí mismo el compositor David Byrne, fundador del grupo Talking Heads y autor de la canción "It must be the place", de la que toma el nombre la cinta.

Drive, sangre y gasolina

Este viernes, penúltimo día para la presentación de películas que compiten en la sección oficial, también se ha presentado Drive, en la que la estrella de Hollywood Ryan Gosling resulta salpicado de gasolina y sangre de manos del danés Nicolas Winding Refn.

La cinta ha deleitado a la crítica, que ve en ella una extraña mezcla del deslumbrante Hollywood y el inexpresivo humor nórdico, donde Gosling (Lars and the real girl) interpreta a un especialista conductor de coches de carreras que se enamora de su vecina (Carey Mulligan) y se ve envuelto en una sangrienta situación en la que debe protegerla de la mafia.

La película es un cómic gore que resulta una miscelánea extraña que recuerda en algunos momentos a Mulholland Drive, de David Lynch, y en otros a Pulp Fiction, de Quentin Tarantino.

"Una de bajos fondos, en la línea independiente Sundance y que a Robert de Niro seguramente le recordará su trabajo en Taxi Driver", así ha resumido la cinta Conxita Casanovas, enviada especial de RNE, en "El ojo crítico" de este viernes.

Y, mientras cada vez quedan menos cintas nuevas que ver, tras el gran día de ayer para Pedro Almodóvar, en Cannes todavía resuenan los ecos de la ovación de alrededor de 20 minutos que recibió La piel que habito en el Palacio de Festivales y que han colocado al español en las quinielas de favoritos.