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Michel Martelly, un cantante polémico convertido en presidente de Haití

  • Se define a sí mismo como "alguien de fuera del sistema"
  • En el pasado apoyó a los militares pro-duvalier 
  • Una empresa española asesoró su campaña

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La mayoría de los artículos sobre Michel Martelly, el nuevo presidente de Haití, de 50 años y de profesión músico, le califican como un outsiderun recién llegado que encarna la renovación en la clase política del país. Él mismo se define como "alguien de fuera del sistema".

Pero no es exactamente así. Martelly, el político, se dio a conocer en la primera ronda de las elecciones presidenciales, en noviembre de 2010. Pero las tendencias ideológicas de Martelly, el cantante, no eran un secreto en Haití.

Sweet Mickey (Dulce Mickey), como era conocido por sus fans, ha enlazado éxitos con su kompa (estilo musical haitiano) desde su primer hit, "Ou La La", en 1988. Solía amenizar sus conciertos con apariciencias extravagantes (pelucas, pañales, vestidos femeninos), insinuaciones procaces y machistas y bromas sobre los hombres políticos del momento. Pero siempre cultivó las amistades de los militares post-duvalieristas.

Sus dardos más agudos estaban reservados para el principal partido de izquierda, el Lavalas (al que se ha prohibido concurrir en estas elecciones), y para su líder, el expresidente Jean Bertrand Aristide.

Oposición a Aristide

Durante años, Sweet Mickey recibió dinero para participar en el carnaval, un evento muy importante en la vida social haitiana, que le proporcionaba una tribuna desde la que criticar al Gobierno. Martelly se manifestó a favor del golpe de Estado que desalojó a Aristide en 1991 y de su marcha al exilio tras un segundo mandato en 2004 ("secuestrado" por EE.UU., según la versión del exsacerdote).

Todavía durante la campaña, el ahora presidente se despachaba insultando a los militantes de Lavalas tras el regreso inesperado de su líder. Sin embargo, ha invitado a Jean Claude "Baby Doc" Duvalier, en aras de "la reconciliación".

Martelly está empeñado en deshacer lo que hizo Aristide. En su programa electoral, el nuevo presidente se comprometía a "avanzar en el desarrollo de Haití", a dar casa a los afectados por el terremoto y a fomentar la iniciativa privada, sin concretar mucho más. En cambio sí ha dejado clara su intención de volver a dotar al país de unas fuerzas armadas. El ejército haitiano, creado por EE.UU. durante la ocupación de Haití en 1915-34, fue disuelto en 1995.

Asesorado por una empresa española

Que Martelly es un outsider cuando menos particular lo revela el hecho de que su campaña ha estado dirigida por la empresa de comunicación española Ostos & Sola,  que ha asesorado, entre otros, a Felipe Calderón en México y al partido derechista ARENA en El Salvador.

Preguntado por el origen de los fondos de su candidatura, Martelly ha hablado de "amigos en Haití y en EE.UU.", sin precisar nombres.

Una campaña potente, con presencia en Internet y con multitudinarios y ruidosos conciertos, junto a su innegable gancho entre los jóvenes, han permitido al candidato de Repos Peysan. Pero, según parece, no los suficientes: pese a que ha cosechado casi el 68% de los sufragios en la segunda vuelta, la participación ha sido solo de un 25%.