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Juan Martínez Moreno: "Cómicos"

  • El director de 'Lobos de Arga' alaba a los actores de la película
  • "Tienen un sentido del ritmo que ríete tu de James Brown", asegura

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Secun de la Rosa, Gorka Otxoa y Carlos Areces, protagonistas de 'Lobos de Arga'
Secun de la Rosa, Gorka Otxoa y Carlos Areces, protagonistas de 'Lobos de Arga'

Amo a los actores. Odio a los actores. No, los amo. A veces odio a los actores.

No, no es verdad, no los odio.

Es sólo que los muy cabrones tienen vida propia. O sea, que piensan, y todas esas cosas. Y encima con certeza, los muy ladinos. Me explico, uno (yo, siempre yo) que ha escrito el guión y dirige la película, llega al rodaje con una idea muy clara de cómo hay que hacer la secuencia del día: Gorka llega hasta el sofá, dice la frase, se sienta, Secun pasa por detrás con el hacha en la mano y contesta, Carlos baja la escalera con una sartén y se sienta junto a Gorka.

Bien, eso puede funcionar. Entonces monto la planificación (las posiciones de la cámara) en función de esos movimientos.

Pero resulta que ellos, sin que nadie les invite (¿cómo se atreven?), han decidido que también tienen su visión de la escena. Y Gorka ha pensado sentarse en la mesa en vez del sofá, y Secun ha pensado llevar un florero en vez del hacha, y Carlos no quiere bajar las escaleras con la sartén, sino venir de la calle con una barra de pan.

Y toda mi planificación se va al carajo. Y me resisto, y les intento convencer de que mi versión es mejor. Y a veces lo consigo. Pero otras no. ¿Y Por qué?

Por que tienen razón, coño.

Por que la mitad de las veces  sus ideas son mejores que las mías.  Y a veces, por cabezonería, por miedo a no cumplir el plan de rodaje, por querer tenerlo todo muy pensado y organizado, no les dejo mucho espacio. Y luego me arrepiento, y prometo enmendarme. Y lo intento. Y a veces lo consigo. Otras no. Pero es que uno es cómo es, lo siento, chicos…

Y nunca se enfadan. Bueno, alguna vez que otra, pero se les pasa enseguida. Por que están tan volcados con el proyecto y tienen tanta vitalidad que no hay nada que les pueda quitar eso. Ni siquiera un director semicastrador (a veces. ¿eh?, no siempre).

Y te sientas en el monitor de video, o te pones al lado de la cámara, y dices acción, y entonces,… ¡joder! Entonces te das cuenta de lo afortunado que eres por que estén allí, por que son jodidamente buenos.

Por que tienen un sentido del ritmo que ríete tu de James Brown (con todos mis respetos).

Por que, después de todas las idas y venidas del casting durante el proceso de preparación, te das cuenta de que hemos hecho un pleno, de que tenemos los mejores actores para la película (y eso no es nada fácil). Y les beso y les abrazo, y ruego que sigan teniendo la misma paciencia conmigo.

Por que estamos haciendo una peli de putamadre, y gran parte es gracias a ellos.