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¿Se acerca el final del petróleo fácil y barato?

  • El barril de crudo Brent supera ya los 120 dólares
  • El cénit de la producción podría llegar en 2014 ó 2015
  • La demanda crecerá más de un 30% y la oferta se reducirá

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El precio del petróleo vuelve a escalar posiciones. Este mes de abril se ha situado en su máximo de los últimos dos años y medio al cotizarse el crudo Brent -que sirve de referencia en Europa- por encima de los 120 dólares el barril, y el Texas, referencia en EE.UU., a sobrepasar los 108 dólares.

Los analistas apuntan como causa de este repunte la inestabilidad en los países productores de Oriente Medio y el norte de África, puesto que están originando interrupciones de suministro. También influyen los buenos resultados de la economía estadounidense y la consolidación de China como gran demandante de energía.  Más demanda para igual producción, igual a subida de precio.

Para suavizar esa tendencia al alza bastaría aumentar la producción pero, ¿es posible hacerlo?, ¿hay reservas de petróleo suficientes para atender de forma permanente la demanda actual y más aún, la demanda creciente provocada por mayores exigencias de economías en desarrollo como la de China?

Muchos analistas, e incluso, muchos gobiernos occidentales consideran que la oferta de petróleo está a punto de alcanzar su máximo: el llamado peak oil o cénit de producción, a partir del cual, empezará a reducirse sin remedio. Para muchos, 150 años después del nacimiento de la industria del petróleo, se acerca el fin del petróleo fácil y barato.

Cuando el petróleo empiece a acabarse

Ese punto, según el analista Chris Skrebowski, llegará entre 2014-2015, cuando haya una nueva crisis del petróleo.

Ese experto realiza un cronograma según el cual, hasta 2011, habrá un suministro de petróleo adecuado a precios relativamente bajos; de 2011 a 2013, el suministro bastará para alimentar el crecimiento económico, pero los precios empezarán a subir (entre 70$ y 90$), y entre 2014 y 2015, empezarán a notarse las restricciones causadas por el declive en la capacidad de producción de los yacimientos existentes.

Y sería en ese momento cuando se podría llegar a una situación similar a la del verano de 2008, cuando el crudo alcanzó su máximo histórico (147 dólares/barril), con lo que se pondría en peligro el crecimiento económico.

El mismo año 2015 es el señalado por el Departamento de Energía del Gobierno de EE.UU. como fecha en la que la demanda superará a la oferta de petróleo.

Según ese organismo, la caída de la producción anual de crudo va a ser del 2%, con lo que pasará de los 87 millones de barriles diarios previstos para 2011, a apenas 80 millones de barriles en 2015. Ese año, continúa el informe de la Administración Obama, la demanda mundial de petróleo debería haber aumentado hasta los 90 millones de barriles día.

La diferencia de 10 millones de barriles debería cubrirse en menos de 5 años, con unas reservas adicionales que aún no se han descubierto, según el estudio. Para darse cuenta del inmenso hueco entre oferta y demanda, 10 millones de barriles al día es casi la totalidad de la producción actual de Arabia Saudí.

Una conclusión muy similar presenta el Mando Conjunto del Ejército estadounidense en su informe Joint Operative Environment 2010, donde se asegura que "asumiendo los escenarios más optimistas para una producción ampliada a través de mejores métodos de extracción, el desarrollo de petróleos no convencionales -como las pizarras bituminosas o las arenas asfálticas- y los nuevos descubrimientos, la producción del petróleo estará bajo una gran presión para satisfacer en 2030 una demanda de 118 millones de barriles por día".

Menos reservas de las previstas

Esa enorme demanda llegará de la mano de los ahora países emergentes, economías en pleno desarrollo como las de China, India o Brasil, que necesitan cada vez más combustible para mantener en marcha los motores de sus economías.

Según ha explicado el director general de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos, Álvaro Mazarrasa, a RTVE.es ese aumento de demanda puede ser de "entre un 30% y un 40% en los próximos años".

A ese incremento se unen otros factores, como los deficiente cálculos realizados sobre las reservas mundiales y que ponen en evidencia diversos estudios recientes. Es el caso de un análisis de la Universidad de Kuwait que analiza los 47 mayores productores mundiales y que asegura que "las reservas totales de petróleo en el mundo son 2,14 billones de barriles y el petróleo recuperable restante se sitúa en 1,16 billones de barriles", bastante menos de lo previsto hasta ahora.

Además, el estudio kuwaití confirma que esas reservas se reducen a un ritmo anual del 2,1%. Cálculos aún más pesimistas maneja el último informe de la Smith School of Enterprise and the Environment del Reino Unido, que sitúa las reservas reales de crudo entre 1,1 billones de barriles y 900.000 billones.

La producción de los campos de crudo que se explotan en estos momentos cae a un ritmo de 6,7% al año. Las producciones de Rusia, China, Irán, México, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela y Noruega empezarán a reducirse en poco tiempo; las de Kuwait e Irak se mantendrán, y sólo seis países de los 15 principales productores del mundo podrán aumentar de forma significativa su producción.

El mayor aumento de la producción se dará en EE.UU., una previsión con la que trabaja la Administracción Obama que hace una semana autorizó nuevas prospecciones en las costa este del país.

Más inversión y mejor tecnología

Pero esos ligeros aumentos no compensarán la caída general de la producción y, por supuesto, no podrán atender a la demanda de 118 millones de barriles diarios prevista para 2030.

Según esos cálculos, la industria petrolera debería desarrollar una capacidad productora adicional de 64 millones de barriles diarios, más de seis veces la producción actual de Arabia Saudí, el mayor productor mundial.

Y ese objetivo parece imposible por varias razones. Según el catedrático de la Universitat de Barcelona, Mariano Marzo, "la extracción de petróleo presenta crecientes riesgos porque los costes de exploración y producción aumentan al trabajarse en regiones cada vez más remotas, ambientes más extremos y con mayor profundidad".

Además, añade este experto, "el descuido en inversiones puede llevar el declive de la producción en los campos en explotación hasta un 10%".

Mazarrasa apoya esa teoría porque, asegura, "el petróleo más fácil de extraer y más accesible ya se ha extraído; los pozos más profundos exigirán técnicas más costosas, al tiempo que gran parte del crudo extraído será de menor calidad". Sin embargo, en su opinión, un precio más alto del barril "permitirá explotar esos nuevos yacimientos".

Conscientes de estas realidades, las grandes compañías petroleras internacionales han puesto en marcha ambiciosos planes de inversión para los próximos años. Un ejemplo es Repsol. La petrolera española ha anunciado que invertirá 28.500 millones de euros hasta 2014, un presupuesto enfocado especialmente hacia los nuevos yacimientos descubiertos en Venezuela, Brasil, el Golfo de México, Perú y Bolivia.

Pero según los estudios de la Universidad de Kuwait y de Chris Skrebowski, los cambios tecnológicos y la mejora de la inversión en los nuevos descubrimientos no van a llegar a tiempo de mitigar esa crisis.

Alza de más del 30%

Con esas perspectivas, el precio del petróleo se ha más que duplicado en los últimos dos años. En mayo de 2009, un barril rondaba los 53 dólares y este mes de abril se cotiza por encima de 120 dólares.

Hasta el año pasado, el precio bajo del petróleo había ayudado a la economía mundial a comenzar una cierta recuperación tras la crisis.  España, por ejemplo, en 2009 se ahorró 21.223 millones de euros en su factura de petróleo respecto al año anterior (cerca del 2% del PIB).

Pero las alzas vistas en 2010 y 2011 auguran un futuro muy distinto. En los últimos meses, el precio del petróleo ha vuelto a crecer y la revalorización del euro respecto al dólar no puede absorber todo el encarecimiento.