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Obama rectifica y juzgará a los acusados del 11-S ante un tribunal militar de Guantánamo

  • El secretario de Justicia lo ha anunciado tras proponer el juicio en Nueva York
  • La celebración del juicio cerca de las Torres Gemelas había provocado rechazo
  • El proceso civil contra los cabecillas del 11-S fue una promesa de Obama

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Las llamadas 'comisiones militares' de Guantánamo fueron creadas por George W. Bush en 2006 y reformadas por Obama en 2009 y tiene la misión de juzgar crímenes de guerra cometidos contra los Estados Unidos. Éstas son sus reglas:

-La Defensa. Las comisones militares solo pueden juzgar a extranjeros en guerra contra Estados Unidos por crímenes de guerra, incluso si han sido anteriores al 11-S. Los acusados están obligados a aceptar la defensar de al menos un abogado militar o uno o varios abohados civiles de su elección. Pueden igualmente elegir defenderse a sí mismos.

-El Jurado. Las comisiones militares están formadas por un juez militar experimentado y al menos otras cinco personas (doce cuando el acusado se enfrenta a la pena de muerte). Estas personas son también militares, generalmente considerados como más educados que un jurado popular y, según los partidarios de estas comisiones, son más conscientes para adaptar su juicio a la realidad de la guerra.

-Las pruebas. Bajo la Administración Bush las comisiones aceptaron slas declaraciones de los acusados hechas bajo coacción. La reforma de Obama lo prohíbe por completo. Los recursos a "pruebas indirectas", acusaciones formuladas por testigos que no las confirman en el juicio, también han sido limitados. Sin embargo, un juez puede aceptar estas pruebas si la Defensa ha sido advertida de ello con la suficiente antelación, si lo estima creíble, en interés de la Justicia o si es imposible que acusa el testigo al juicio por razones prácticas. El Congreso ha añadido la obligación para la Fiscalía de adelantar la defensa del acusado los elementos que va a utilizar contra él.

-La condena. Una vez que el jurado adquiere una íntima convic

Los acusados de los ataques del 11-S serán juzgados por cortes militares en Guantánamo, ha anunciado el secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder.

En una comparecencia, Holder ha vuelto a defender la conveniencia jurídica de procesar a los presuntos responsables de los ataques ante tribunales civiles y en Nueva York, una decisión anunciada en 2009 y que motivó duras críticas en grupos del Congreso y entre la opinión pública.

El autoproclamado cerebro de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, Jalid Sheij Mohamed, y otros cuatro acusados serán, por tanto, juzgados por un tribunal militar en Guantánamo y no en un tribunal civil de NuevaYork, como se había anunciado con anterioridad, según han confirmado fuentes oficiales.

El juicio civil a Mohamed y el cierre de Guantánamo fueron una de las primeras prioridades de la Adminstración Obama pero la realidad política ha acabado haciendo imposibles estas metas.

Holder había recomendado previamente que Mohamed y otros cuatro cabecillas del 11-S fuesen juzgados en Nueva York, pero anuló el plan ante la consternación pública que provocaba.

Los tribunales militares de excepción de Guantánamo fueron creados en 2006 por el expresidente Goerge W. Bush y reformados en otoño de 2009 por su sucesor, Barack Obama, y han sido criticado a nivel internacional por el escaso margen que dejan al derecho a la legítima defensa.

El presidente Obama, levantó recientemente la prohibición de que se celebrasen nuevos juicios en Guantánamo al considerar que el bloqueo que el Congreso -controlado ahora por la oposición republicana- a celebrar juicios civiles a estos presos dañaba la seguridad nacional.

Estaba previsto que Mohamed y los otros cuatro detenidos -Walid bin-Atash, Ramzi Bin al-Shibh, Ali Abdul Aziz Ali y Mustafa al-Hawsawi- acusados de orquestar los ataques el 11-S fuesen juzgados en un tribunal de Nueva York, lo que desató una fuerte polémica.

Oposición por el juicio en Nueva York

Parte de la oposición se debía a que el tribunal federal se halla muy cerca de la 'zona cero' donde se derrumbaron las Torres Gemelas, así como por el coste del juicio y la amenaza a la seguridad a la que puede verse sometida de nuevo la ciudad.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que había respaldado el plan para que se celebrara allí el juicio, pidió al fiscal general que se trasladase a otro sitio.

El plan también había provocado también un fuerte rechazo de senadores republicanos y demócratas, que en una carta reciente al presidente Obama pidieron que el juicio a los cinco acusados fuese en Guantánamo por ser un "acto de guerra".

"Le instamos enérgicamente a que reevalúe su decisión de procesar a Jalid Sheij Mohamed y a los otros presuntos conspiradores...en un tribunal (federal) del distrito sur de Nueva York. Los ataques del 11-S fueron un acto de guerra, y quienes lo planearon y ejecutaron son criminales de guerra", señalaron los senadores en la misiva.

El Supremo avala la detención indefinida

Esta decisión llega el mismo día en el que el Tribunal Supremo de EEUU ha rechazado los recursos de tres hombres detenidos en la base naval de Guantánamo que habían apelado contra su detención indefinida.

Los tres recursos fueron presentados por Ghaleb Al-Bihani, Fawzi Khalid Abdullah Fahad al-Odah y Adham Mohammed Awad.

En los recursos, que han sido rechazados sin argumentación, los tres acusados de terrorismo alegaron que con su detención indefinida en Guantánamo se viola la legislación internacional, y han apelado también a su derecho a recurrir su estatus actual.

Además, los acusados han pedido que el Supremo de EEUU estableciera las directrices que permitieran a los jueces de la justicia ordinaria decidir si un detenido debe seguir en la base estadounidense mientras se revisa su caso.

El Tribunal Supremo tiene pendiente sobre la mesa la resolución de otros recursos de presos en Guantánamo, entre ellos de miembros de la minoría musulmana china uighur arrestados en Afganistán en 2001 y que siguen en la base naval estadounidense diez años después.

La Administración de George W. Bush (2001-2009) empezó a recluir a supuestos terroristas en esa base tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.