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La resistencia de los pro-Gadafi en Sirte obliga a los rebeldes a retroceder hasta Ben Yauad

  • La columna de los opositores retrocede 150km
  • EE.UU. ataca varios barcos en Misrata
  • La falta de experiencia dificulta el avance rebelde

Más información en nuestro especial sobre revueltas árabes

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Las fuerzas de Gadafi han obligado a los rebeldes a retroceder varios kilómteros

Los rebeldes libios han disfrutado de una cadena de victorias en la última semana, gracias a la cobertura aérea de la coalición internacional, pero su avance hacia Trípoli no va a ser un camino de rosas.

Este martes, la artillería de las fuerzas pro-Gadafi ha bombardeado las posiciones rebeldes en el acceso oriental a Sirte, ciudad natal del dictador y uno de sus bastiones, obligándoles a volver sobre sus pasos y replegarse a Ben Yauad, a más de 150km al este.

Los soldados gubernamentales han usado cohetes, granadas autopropulsadas y armas de medio calibre.

Docenas de guerrilleros y civiles en sus camionetas se concentraban a las afueras de Ben Yauad. "Esta carretera es un problema, - dice Hamad al Awani, oficial rebelde - ayer Gadafi nos golpeó así que nos retiramos".

Otros testimonios afirman que los suburbios de Sirte suponen una amenaza potencial porque sus habitantes apoyan a Gadafi. El Gobierno tendrá ahora la opción de enviar refuerzos y fortalecer la defensa de la ciudad.

El lunes por la tarde, las fuerzas de la oposición bombardearon la ciudad con artillería y fuego de misiles. Según Reuters, era difícil precisar silos proyectiles rebeldes caían sobre el enemigo o sobre los edificios de la ciudad, con el consiguiente riesgo para las vidas de los civiles.

La resolución de 1973 de la ONU, ha de recordarse, establece que el objetivo de la intervención militar ha de ser la protección de la vida de los civiles, sea quien sea el bando que les amenace. Esta cuestión puede ser aún más conflictiva si los rebeldes entran en la localidad.

Combates en Misrata

Según la agencia oficial Jana, los aviones de la coalición internacional han bombardeado este martes "objetivos civiles y militares" en la ciudad de Mizdah, a unos 180 kilómetros al sur de Trípoli, causando la muerte de al menos un civil. La agencia estatal sostiene que el hospital del centro de la ciudad ha sido alcanzado y que el personal médico ha tenido que ser evacuado.

Por otra parte, fuerzas estadounidenses atacaron en la noche del lunes a tres barcos libios, incluyendo uno de la guardia costera, para impedirles disparar indiscriminadamente contra buques mercantes en el puerto de Misrata. Según fuentes militares de la Sexta Flota de EE.UU., el patrullero tuvo que atracar en la costa, otro de los buques fue destruido y un tercero abandonado.

En esta ciudad, la tercera de Libia y controlada por los sublevados, los rebeldes cifran en al menos 124 los muertos y 284 los heridos en los últimos nueve días.

"Hay una gran crisis en Misrata", ha advertido Ahmad Jalifa, portavoz de la oposición, en rueda de prensa en Bengasi. Según su versión, los sublevados habrían destruido dos tanques y apresado a mercenarios y a un coronel de las fuerzas pro-Gadafi, afirmaciones imposibles de confirmar de forma independiente.

Según Jalifa, un barco italiano llegó al puerto con ayuda humanitaria. También ha denunciado que un autobús procedente de Trípoli llegó a Misrata con 24 hombres sin identificar que "mataron a tres personas y causaron heridas a otras seis. Esto demuestra las intenciones del Gobierno cuando Gadafi dice que manda convoyes pacíficos" a ciudades del este.

Además, "todavía hay francotiradores en las azoteas de los edificios y ayer al menos seis personas perdieron la vida por sus disparos", asegura Jalifa. La oposición ha declarado también que su intención si ganan la guerra es celebrar elecciones libres y establecer un estado moderno.

Una fuente anónima de la oposición, citada por AFP, ha declarado que las tropas de Gadafi se proponen tomar Misrata y causar "una masacre".

Falta de organización en las filas rebeldes

El pasado viernes, los opositores aún trataban de tomar Ajdabiya, a 150km de su capital de facto, Bengasi. Bajo la aviación francesa, británica y estadounidense, las fuerzas de Gadafi se retiraron el sábado en desbandada, abandonando equipos, munición y tanques abrasados. En un solo día, la línea del frente se situó 250km al oeste, en Ben Yauad.

A pesar del revés de este martes, la moral rebelde sigue siendo su principal baza, por encima de su experiencia militar o capacidad de organización.

La columna que salió de Bengasi está formada por camionetas equipadas con artillería antiaérea y armas ligeras, además de con todo tipo de víveres. En su avance, las fuerzas de Gadafi les han emboscado y han superado sus flancos con facilidad.

"Hemos tenido suerte durante tres días, para la mayoría de la gente esta es la primera vez que luchan", dice Mustafa Mehrek al volante de su vehículo.

El "ejército" rebelde está formado por civiles armados, no por profesionales. Entre sus efectivos hay abogados, ingenieros, comerciantes, estudiantes y parados. Aunque aseguran que hay oficiales profesionales entre sus filas, no es visible ningún centro de mando. Las decisiones de avanzar o retroceder parecen tomarse en el momento.

"Tenemos oficiales y tenemos control, pero hay muchos grupos", declara Saad Sati, mientras sus compañeros disparan al aire para celebrar algún avance, real o supuesto. El lunes por la mañana, sin ir más lejos, se daba por hecha la conquista de Sirte.

A pesar de las carencias de la fuerza armada opositora, la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice, ha puntualizado que su país "no descarta" proporcionarles armas.

Junto a la falta de organización, el combustible puede convertirse en otro problema para los rebeldes, ya que las gasolineras están vacías a pesar de que la producción petrolífera poco a poco se recupera.