Enlaces accesibilidad

El MOMA exhibe el poderío gráfico del Expresionismo alemán

  • Del 27 de marzo al 11 de julio expone 250 obras gráficas expresionistas
  • Repasa los artistas de El Puente, El Jinete Azul y la Nueva Objetividad

Por
'Bailarín' (Tänzerin), de Emil Nolde, es una de las obras de la exposición del MOMA.
'Bailarín' (Tänzerin), de Emil Nolde, es una de las obras de la exposición del MOMA.

El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) posee una de las más amplias colecciones de arte expresionista alemán del mundo en uno de los formatos que utilizó inicialmente este movimiento de vanguardia rompedor, el arte gráfico. Son 3.200 obras que el MOMA acaba de terminar de digitalizar y catalogar tras cuatro años de trabajo y qué mejor qué exhibir este poderío.

"Expresionismo alemán: El impulso gráfico" reúne desde el 27 de marzo al 11 de julio un total de 250 de estas obras -entre grabados, dibujos, carteles, libros ilustrados y revistas- de una treintena de artistas expresionistas, acompañadas de otras pinturas y esculturas de la colección del museo neoyorquino.

Las obras de artistas como Max Beckmann, Otto Dix, George Grosz, Enrich Heckel, Erns Ludwig Kirchner, Oskar Kokoschka, Emil Nolde, Max Pechstein o Egon Schiele contribuyeron entre 1905 y la década de los 20 a un renacimiento sin precedentes del arte gráfico, especialmente del grabado.

La exposición, la más importante que dedica el MOMA desde 1957 a este movimiento de vanguardia que surgió como reacción al Impresionismo para expresar los sentimientos interiores, demuestra la devoción de estos artistas por la xilografía, el medio expresionista por excelencia, pero también por el grabado y la litografía. El uso de estas técnicas permitió difundir sus ideas de una manera más amplia.

De El Puente a El Jinete Azul

La muestra del MOMA está organizada de forma cronológica y su tres primeras secciones están dedicadas a los tres centros urbanos donde nació el movimiento expresionista y que fueron punto de asociación de los artistas: Dresde, con El Puente (Die Brücke); Munich, con El Jinete Azul (Der Blaue Reiter); y Viena, donde floreció la corriente austríaca.

Artistas como Heckel, Kirchner y Pechstein formaron en 1905 El Puente (Die Brücke) con el propósito de influir en la sociedad a través del arte. Para ello recurrieron al arte gráfico, en especial a la xilografía, que les permitía plasmar un arte bruto y salvaje, con especial predilección por temas sexuales, inspirado en la estética primitivista de las esculturas y máscaras de África y Oceanía.

Con Vasil Kandisnky y Franz Marc como miembros fundadores en 1911, El Jinete Azul (Der Blaue Reiter) fue un grupo más refinado y espiritual que sus colegas de Dresde que, a costa. Aunque fueron más devotos de la acuarela que del grabado, la xilografía se convirtió en el vehículo perfecto para conducir a Kandinsky y Marc hacia la abstracción, por su perspectiva plana y simplificada.

En Viena, Egon Schiele y Oskar Kokoschka emplearon el dibujo lineal para deformar la realidad de forma subjetiva para realizar retratos y desnudos con temática fundamentalmente erótica, en el caso del primero, y psicológica, en el segundo.

De Berlín a la Gran Guerra

La siguiente galería de la exposición del MOMA se centra en la expansión del Expresionismo a partir de 1910 hacia Berlín, a donde se mudaron varios artistas de El Puente y El Jinete Azul y se unieron otros independientes como Lyonel Feininger, Conrad Felixmüller, Wilhlem Lehmbruck, Ludwig Meidner, y Emil Nolde.

Con el apoyo de varios mecenas, que publicaron y distribuyeron las obras, el movimiento se difundió y perpetuó. Entre las temáticas preferidas en este periodo destacan lo sórdido de la vida urbana, el potencial del desnudo para despertar los instintos más primarios, el consuelo asociado a la naturaleza y la religión y los retratos cargados de emotividad.

El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 tuvo efectos devastadores en el Expresionismo, pues muchos de los artistas fueron reclutados como soldados o para los cuerpos médicos. Uno de esos soldados fue Otto Dix, que reflejó de manera fría y metódica los horrores de la guerra especialmente en el portfolio de 50 grabados titulado La Guerra.

Aún después de acabada, el poso amargo de la Guerra siguió pesando en la obra de artistas como George Grosz y Käthe Kollwitz, una artista alemana que retrató en Guerra (1923) la devastación de las familias dejadas atrás. De hecho, uno de los aspectos más destacados de la exposición del MOMA es la posibilidad de ver en su totalidad los portfolios de Dix y Kollowitz.

Hacia la Nueva Objetividad

Tras la Primera Guerra Mundial, una revolución política llevó a la institución de la primera democracia en Alemania, la República de Weimar. Muchos artistas, como Kollwitz, Pechstein, Rudi Feld y Heinz Fuchs, se comprometieron activamente con ese cambio político y crearon grabados y carteles que animaban a afrontar los nuevos retos sociales y políticos e instaban a los ciudadanos a posicionarse contra la violencia callejera que amenaza con destruir la frágil nueva sociedad.

La última parte de la exposición "Expresionismo alemán: El impulso gráfico" se centra en el periodo entre 1918 y 1933, cuando esos cambios políticos provocaron que surgiera el grupo Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad o también conocido como post-Expresionismo), un movimiento que reaccionó ante al anterior retornando a la figuración realista y a la plasmación objetiva de la realidad circundante con un marcado componente social y reivindicativo y que respiraba una gran desilusión, aunque mantuvo la esencia formal y el carácter grotesco de sus caricaturizaciones.

El retrato fue el género preferido de este movimiento y George Grosz, Max Beckmann y Otto Dix sus principales artífices. Además, la devaluación de la moneda alemana contribuyó a convertir el arte en una de las más seguras inversiones, lo que contribuyó al auge del arte gráfico. No obstante, la estabilización de la moneda a partir de 1924 acabó por derrumbar el mercado de arte alemán y acabó por poner fin al periodo más prolífico de las artes gráficas, mientras que el Nazismo puso fin al arte en general.