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El riesgo de una crisis política acerca a Portugal al rescate y a Sócrates, a la dimisión

  • El Parlamento luso vota este miércoles el nuevo plan de austeridad
  • El rechazo del plan podría provocar la renuncia del primer ministro

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El riesgo de una crisis política acerca a Portugal al rescate y a Sócrates, a su dimisión

La moción presentada este miércoles por la oposición conservadora portuguesa contra el último plan de ajuste económico del Gobierno socialista cierra la puerta a la negociación al incluir su rechazo como único punto. El Partido Socialista luso -cuyo Gobierno puede caer tras la votación parlamentaria de esta tarde contra su programa de ajustes- ha apelado varias veces en los últimos días a que los conservadores presentaran alguna alternativa para negociar las propuestas del Gobierno.

Pero la breve propuesta introducida en la Asamblea Legislativa por el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) -principal fuerza de la oposición con 81 de los 230 diputados-, solo plantea el rechazo al cuarto bloque de ajustes del Programa de Estabilidad y Crecimiento (PEC) presentado el lunes por el Gobierno de José Sócrates para tratar de reducir el déficit público del país.

El Ejecutivo se había mostrado dispuesto a dialogar sobre cualquier alternativa que presentaran los conservadores, que apoyaron los anteriores tres PEC elaborados por el Gobierno en el último año.

Cuarto plan en menos de un año

El PSD rechaza este último programa de austeridad con el argumento de que no ha sido consultado con la oposición antes de presentarlo a Bruselas y de que impone nuevos sacrificios y revela la incapacidad del Ejecutivo para sacar al país de la crisis.

Los partidos de tendencia marxista del Parlamento -que cuenta con 31 diputados- han presentado otras propuestas también contra el PEC, que sólo cuenta con el apoyo de los 97 diputados socialistas.

Si, como todo parece apuntar, la oposición rechaza las medidas del Ejecutivo, podría reabrir el debate sobre la posibilidad de que Lisboa tenga que recurrir a la ayuda financiera internacional, y se produzca un rescate similar a los de Irlanda y Grecia. Además la supervivencia del propio Ejecutivo portugués quedaría en entredicho, ya que Sócrates ha condicionado su continuidad en el cargo al éxito del nuevo plan de ajuste.

El plan de austeridad, que debe ser presentado ante la Unión Europea a finales de este mes de abril, todavía no ha sido aprobado por el parlamento luso. Las medidas responden al llamamiento de Alemania, para que los países miembros de la UE cuenten con un plan de competitividad.

El consenso es todavía posible

"El consenso es todavía posible, no existe ninguna razón de fondo para que no sea así", ha asegurado este martes, el responsable del grupo socialista en el Parlamento, Francisco Assis, que ha recordado las "coincidencias" entre el Partido Socialista y el Partido social demócrata, tanto en los objetivos de reducción del déficit, como en la necesidad de reformas estructurales.

Esta delicada situación política se ha complicado aún más este miércoles al conocerse que la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat) podría obligar a Lisboa a revisar al alza su dato de déficit de 2010, que debía situarse en un 7,3% del PIB después del 9,3% alcanzado en 2009, según las previsiones del Gobierno luso.

Esa revisión podría llevar la cifra final de déficit "por encima del 8%", según publican varios diarios portugueses, como Publico y Diario Economico.

Según ellos, los gastos suplementarios que deberían sumarse al déficit serían los 2.000 millones de euros reconocidos como pérdidas por el banco BNP, nacionalizado en 2008 después de descubrirse su implicación en operaciones fraudulentas, y los fondos transferidos a empresas públicas del transporte.

El riesgo de la crisis política

El plan de austeridad debería garantizar la reducción del déficit de Portugal hasta el 2% de su PIB para el año 2013 y evitar el recurso a un plan de rescate de la UE y el Fondo moneterio Internacional.

Las tres versiones del PEC negociadas con Bruselas y aplicadas ya en  Portugal por exigencia de la crisis, han subido los impuestos, han  reducido los salarios, el gasto y las inversiones del sector público, y  han recortado los subsidios sociales.

El cuarto bloque de ajustes vuelve a endurecer la presión fiscal y recorta las pensiones más altas,  entre otras medidas para asegurar la reducción del déficit público de  Portugal, que debe cerrar 2011 en el 4,6 %, la mitad de lo registrado al  inicio del ejercicio pasado.

El principal partido en la oposición ha manifestado en reiteradas ocasiones su rechazo a aceptar este nuevo plan de austeridad, aún cuando existe la posibilidad de que Sócrates presente su dimisión y ponga a Portugal bajo la amenaza de un nuevo rescate que sucedería a los que ya se han aprobado para Grecia e Irlanda.

El líder del partido social demócrata Pedro Passos Coelho, había declarado este lunes que "de ahora en adelante el país solo puede esperar que un nuevo Gobierno se encuentre en mejores condiciones para obtener los resultados necesarios".