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Elizabeth Taylor: y se cerraron sus ojos violeta

  • Muere Elizabeth Taylor, representación de la tentación
  • Richard Burton dijo que prefería la muerte a su ausencia

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La actriz Elizabeth Taylor muere a los 79 años

No hay duda alguna que Liz Taylor ha representado la tentación, el camino del mal y el de la perdición para cualquier hombre.

De ella, su enamorado inmortal, Richard Burton dijo preferir la muerte que su ausencia.

Ha muerto, se nos ha ido Cleopatra (1963), jamás podremos dibujar a ninguna reina de Egipto que no sea esta mujer de ojos color violeta y de mirada criminal para cualquier mortal, estoy escribiendo y estoy viéndola en ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966), esa desgarrada y destructiva pareja que en un orgía de alcohol y sexo protagonizan una de las grandes historias del cine, con un lenguaje directo, apasionado, homicida y que le reservó la primera de las doradas estatuillas, en esa secuencia no cabe mayor frenesí en una pareja y, sobre todo, no cabe mayor posición  de objeto de deseo que Elizabeth Taylor.

“Creo que disfrutar del placer con un hombre es lo más grande que nos ha depositado la naturaleza”, dijo en sus memorias esta mujer que supo estar al lado de dos hombres, justo cuando se retiraron los imbéciles de lo políticamente correcto: Rock Hudson y Michael Jackson.

Ha fallecido en la habitación de un hospital de Los Ángeles, contaba con 80 años y su cuerpo mostraba las secuelas de la frenética vida con la que pudo imponerse a la leyenda.

La vida mata, pero la vida de una mujer de oro y diamantes como ha sido la vivida por esta mujer le deparó un indescriptible sufrimiento de enfermedades, dolencias y quiebros; en el fondo, es como un atleta de alta competición, las secuelas de emerger desde un imperio como el representado por Hollywood deja sus secuelas.

Tuvo enfrente a mujeres muy poderosas

La filmografía de Liz Taylor es historia de platino del cine del imperio: De El árbol de la vida (1957) a La gata sobre el tejado de Zinc (1958), de Cleopatra (1963) a Una mujer marcada (1966), de La senda de los elefantes (1954) a  Gigante (1956)...

Imborrable, pero si hay algo que define a veces a una persona es el tamaño de sus enemigos y Liz Taylor ha tenido enfrente a mujeres muy poderosas: a Lauren Bacall deseaba marcarla muy de cerca, de  Natalie Wood no se fiaba de una gatita con aires de mosquita muerta, a Bette  Davis siempre la prefería de lejos.

Sin embargo, siempre fue una gran amiga de Marilyn Monroe, “No doy crédito, qué diablos estábamos haciendo todos mientras ella se estaba matando”, dijo Liz Taylor al conocer la muerte de Marilyn.

Durante el transcurrir del día y de las semanas se dirán muchas cosas: ha muerto el último icono de Hollyvood, la última seña de identidad del siglo de oro, la penúltima leyenda.... todo será cierto, ha muerto Elizabet Taylor, quizá la mujer que nubló la vista a la fantasía masculina en esos tiempos del cinemascope, la gran pantalla, las superproducciones y efectivamente, la historia.