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El Eurogrupo se reúne para cerrar los flecos del refuerzo del fondo de rescate

  • Deben decidir cómo contribuirá cada país al aumento del fondo
  • Definirán nuevos usos de su dotación, como la compra de deuda pública

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Los ministros de Economía y Finanzas de la Zona euro se reúnen este lunes de forma extraordinaria para tratar de cerrar todos los flecos sobre el refuerzo y la flexibilización del fondo de rescate europeo y, así, que su modificación pueda ser aprobada por los jefes de Estado y de Gobierno en el Consejo Europeo del próximo jueves.

Los 17 ministros quieren acordar de una vez por todas cómo organizar el refuerzo de la dotación de la parte intergubernamental del actual fondo de rescate -el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, que sirvió para ayudar a Irlanda- y que ahora consta de 440.000 millones de euros. Sin embargo, en realidad, solo puede prestar 250.000 millones, ya que el resto debe reservarse como garantía para mantener su calificación de solvencia en el máximo, la triple A.

Los líderes europeos acordaron el 11 de marzo reforzar la capacidad  financiera real del tramo intergubernamental del fondo de rescate  -constituido por las aportaciones de los gobiernos del euro- para que  llegue hasta 440.000 millones de euros. Pero falta decidir cómo se articulará ese incremento.

Alemania impone severidad en los rescates

Hasta ahora, Alemania se ha mostrado muy reticente a aumentar la capacidad de préstamo del fondo. La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró hace diez días a los diputados de su partido que Berlín solo aceptaría incrementar las garantías que ha aportado, si los países que no cuentan con la máxima calificación de solvencia -el caso actual de España, por ejemplo- no ponen también más capital. Por el momento, algunos de esos países se oponen a esa condición.

Además de incrementar su capacidad, la reforma permitiría otorgarle nuevos usos para que los países en apuros pudieran acogerse a la solidaridad de sus socios. Así, podría utilizarse para comprar deuda pública de los países en problemas, pero sólo en el mercado  primario. Los Estados que se beneficien de estas operaciones deberán  someterse a un plan de ajuste similar a los impuestos a Grecia e  Irlanda.

De este modo, Alemania ha rechazado la pretensión de Bruselas y Lisboa  de que el fondo pudiera usarse de forma preventiva para aliviar la  presión de los mercados sin necesidad de medidas adicionales y severas.

El fondo no  podrá asumir el relevo del Banco Central Europeo (BCE), que quiere  abandonar las operaciones de compras de bonos en el mercado secundario.

Berlín también ha conseguido imponer la aprobación de un plan para mejorar la competitividad de los países de la Zona euro -el bautizado como Pacto por el Euro-, que incluye nuevas exigencias para el control del déficit y la deuda públicos, y que recibirá su ratificación final en el Consejo Europeo que empieza este jueves. El presidente del Gobierno español ya ha confirmado nuevas medidas de su gabinete para cumplir ese pacto.

La lentitud aumenta la presión sobre Portugal

La lentitud en la adopción firme de medidas anticrisis en la Eurozona ha aumentado mucho la presión sobre los países considerados más frágiles por los mercados, especialmente, Portugal, que ha visto dispararse la prima de riesgo que penaliza la colocación de su deuda entre los inversores.

La situación portuguesa se ha agravado en la última semana debido a la falta de apoyo de la oposición al último paquete de medidas de ajuste presentado el 11 de marzo por el primer ministro, José Sócrates, por exigencia de la UE. Esta crisis política podría provocar la caída del Gobierno y precipitar un rescate por parte de la UE y del Fondo Monetario Internacional en las próximas semanas.

Una vez ratificado el acuerdo por los líderes europeos, los cambios en el fondo de rescate deberán someterse a la ratificación parlamentaria de los Estados miembros, por lo que no se espera que estén operativos hasta el verano. Ello dificulta que puedan servir para ayudar a Portugal de manera inmediata.

Por lo que se refiere al fondo permanente -que empezará a funcionar en junio de 2013-, los jefes de Estado y de Gobierno ya acordaron que esté dotado con 500.000 millones de euros, más la aportación del FMI y de los países de fuera de la Eurozona, en forma de capital desembolsado, capital contingente y garantías. Pero todavía no se ha decidido la proporción de la UE y el FMI, ni la contribución de cada país.

Para Salgado, la "clave de distribución más correcta" sería la participación de cada país en el capital del Banco Central Europeo, que en el caso de España, corregida, se sitúa "en torno al 11%".

Irlanda pide un interés más bajo

"Las divergencias no son grandes, son mínimas. Y no tengo ninguna duda de que la reunión" de este lunes "y el Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo nos permitirán dar una respuesta global (a la crisis de deuda) en el plazo previsto", señaló Juncker en la rueda de prensa posterior al Eurogrupo del pasado día 14.

Los ministros de Economía discutirán también probablemente la petición de Irlanda de que se rebaje el tipo de interés que paga por su rescate. Los líderes europeos rechazaron el 11 de marzo esta solicitud porque el nuevo primer ministro irlandés, Kenny Enda, se negó a considerar un aumento del impuesto de sociedades -situado en un 12,5%, el más bajo de la UE-, pese a la presión de París y Berlín.

En contraste, el Eurogrupo ya ha aprobado rebajar en un punto el interés impuesto a Grecia por su rescate y alargar hasta siete años y medio el plazo para que devuelva esos créditos.