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Los japoneses en España: "No pensamos escapar, volveremos a casa para saber qué está pasando"

  • Critican que la información sobre Fukushima es algo "confusa"
  • Confían en que su país superará pronto los daños del terremoto y el tsunami
  • "No tenemos miedo de volver a casa, claro que no"

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Varios turistas japoneses que han visitado el museo del Prado de la capital, siguen a través de la prensa española las noticias de su país.
Varios turistas japoneses que han visitado el museo del Prado de la capital, siguen a través de la prensa española las noticias de su país.

Takatoshi Kamata y su mujer Kumiko pasean por el Paseo del Prado de Madrid y piensan en lo que van a ver en Toledo, Córdoba, Granada y Barcelona durante el circuito turístico por España que han preparado para su luna de miel.

Sería una pareja como cualquier otra paseando por Madrid, pero ellos en ocho días vuelven a Tokio, a casa. Un lugar que dejaron sumido en el desconcierto después del terremoto de 8.9 y el posterior tsunami que sufrió Japón el pasado 11 de marzo. "No pensamos en escapar, queremos volver a casa y saber qué está pasando", explica Takatoshi.

Los dos están disfrutando de este tiempo de vacaciones, pero no se les olvida la terrible sacudida que sufrieron el viernes. "No podía mantenerme de pie. El terremoto fue durísimo y larguísimo", cuenta él.

Los padres de Takatoshi viven en Hiroshima, a unos 800 kilómentros de Tokio, y tras el terremoto vivieron momentos muy duros hasta que consiguieron ponerse en contacto con su hijo, que después de la boda se había mudado lejos de casa. Mientras,  Kumiko tiene familia en Fukushima y explica que no es fácil contactar con ellos. "Supongo que estarán encerrados en casa, pero cuanto más tiempo pasa más preocupados estamos por lo que les pueda pasar", dice.

Ambos creen que no hay tanto caos como ven en los medios de comunicación europeos, pero lamentan la falta de datos sobre el desastre nuclear de Fukushima. "Para saber qué está ocurriendo y si hay o no peligro debemos volver a casa y lo haremos después de nuestro viaje", añade Takatoshi.

"El desequilibrio en la información sobre Fukushima me hace desconfiar"

También Jin está preocupado por la falta de información sobre las explosiones en los reactores y la posibilidad de una fuga radioactiva. "La información es muy confusa y desequilibrada", explica este joven que vio desde Madrid por televisión lo que había ocurrido en su país.

"Da la sensación de que no lo están contando todo sobre Fukushima porque, si comparas, puedes ver que la información desde Europa es más bien alarmista y la información desde Japón llama a la calma. Ese desequilibrio es lo que me hace desconfiar", apunta Jin.

Sin embargo, mantiene la esperanza de que todo quede en un susto: "Tokio debería mantenerse segura, dudo que la radioactividad llegue hasta allí, aunque nunca se sabe".

Su compañera Saki afirma que, a pesar de las dimensiones de la catástrofe, allí en Japón trataron de mantener la calma desde el primer momento. "Yo envié un mail a mis padres en Tokio cuando vi lo que había ocurrido, no les llamé por teléfono. Supongo que esperaba fallos en las líneas de teléfono y me pareció la forma más rápida de ponerme en contacto con ellos", matiza.

"No nos da miedo volver"

Mina y Ayano también vivieron el terremoto, en Tokio y Yokohama respectivamente. Las dos lo recuerdan entre risas nerviosas y explican que no tienen de qué quejarse porque ellas, sus familias y sus amigos están bien.

Dos días después de la sacudida partieron en un avión hacia Italia, donde han pasado unos días, y ahora están en Madrid, donde se quedarán hasta el domingo.  Las dos amigas coinciden en que en Japón son "más tranquilos" y confían en que todo se solucione pronto. "No nos da miedo volver, claro que no", dice Mina.

Ayano sin embargo está algo más preocupada. Su abuela vive en Fukushima y sólo ha conseguido hablar con ella en una ocasión. "Sé que está bien, pero con todo lo que parece que está pasando una no sabe ya qué pensar", cuenta.

Los teléfonos de la Embajada de Japón echan humo

Los teléfonos no han parado de sonar estos días en la Embajada de Japón en España. "El peor día fue el primero, cuando se produjo el terremoto y el tsunami porque los móviles no funcionaban en Japón y desde España era imposible comunicarse", han asegurado a RTVE.es desde la embajada.

"Tuvimos que tranquilizar a los japoneses que están en España porque al no contactar con sus seres queridos se temieron lo peor", añaden las mismas fuentes.

Unos 250.000 japoneses visitan cada año España,  donde residen de forma habitual 7.000.