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Portugal anuncia nuevas medidas para reducir su déficit en un 3,7% hasta 2013

  • Las medidas incluyen la penalización de las pensiones superiores a 1.500 euro
  • Se reducirá la indemnización por despido a 10 días por año trabajado

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El Gobierno luso ha anunciado un nuevo paquete de medidas de ajuste con el que pretende reducir su déficit un 3,7% entre 2012 y 2013, entre ellas penalizar las pensiones superiores a 1.500 euros con un "impuesto especial".

El objetivo es que estas medidas permitan reducir los gastos en esos dos años un 2,4% (1,6% en 2012  y 0,8% en 2013), mientras que los ingresos aumentarán un 1,3% (0,9%  en 2012 y 0,4% en 2013).

El aumento de la presión sobre los mercados de deuda de  países periféricos de la zona euro, como Portugal, ha obligado a  Portugal a llevar a cabo un nuevo plan en línea con la propuesta de la  Unión Europea para llevar adelante el pacto por la estabilidad de la moneda única. Las medidas para aumentar la competitividad son  una exigencia puesta sobre la mesa por la canciller alemana Angela  Merkel para acceder a una ampliación del fondo de rescate de la Unión  Europea.

Recorte del gasto público

Entre las medidas propuestas por el Gobierno luso se encuentra un  recorte del gasto en las empresas públicas del 10%, una reducción de  las transferencias a municipios y regiones y la suspensión o retraso  de gran parte de la obra pública. También se reducirán las  prestaciones sociales de carácter no contributivo.

En rueda de prensa, Texeira do Santos anunció la creación de un  impuesto especial de carácter extraordinario a las pensiones que  superen los 1.500 euros al mes, que variará entre el 5% y el 10%,  recortes similares a los aplicados en los salarios públicos.

Facilidad de despido

El Gobierno también adoptará nuevas reformas en el mercado laboral  y, más concretamente, en las indemnizaciones por despido. Así, se  reducirán de 30 a 10 días por año trabajado para los nuevos  contratos, se introducirá un límite máximo de 12 meses y se eliminará  el mínimo de tres meses. Además, se revisarán los requisitos para  acceder al subsidio de desempleo y se optimizarán los procedimientos  administrativos en el contexto de una reforma judicial.

Del lado de los ingresos, el Ejecutivo también revisará y limitará  los beneficios y exenciones fiscales y actualizará los impuestos  específicos sobre el consumo. Además, se compromete a reforzar la  lucha contra la evasión fiscal en el país.

"Recuperar el control"

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha dado la  bienvenida a las nuevas medidas de ajuste anunciadas por el Gobierno  portugués y aseguró que permitirán recuperar el control sobre la deuda y  pondrán fin a las "dudas" sobre la economía del país. Según el comisario, los nuevos recortes anunciados hoy por Lisboa  "deberían ser suficientes" para cumplir con los objetivos de déficit  fijados para el país de cara a éste y los próximos años: un 4,6% del PIB en 2011, un 3% en 2012 y un 2% en  2013.

"Celebro y  apoyo este paquete de medidas concretas y de gran alcance. Son un  importante refuerzo de las políticas macroeconómicas portuguesas",  señaló Rehn en un comunicado.

El nuevo paquete de medidas ha sido anunciado este viernes en Lisboa por el ministro de Finanzas luso, Fernando Teixeira dos Santos, justo cuando empieza la cumbre extraordinaria de la UE en Bruselas, con la gestión de la crisis de la deuda soberana en los países periféricos -entre ellos Portugal- como principal asunto a debatir.

Reformar el fondo de rescate

Rehn también ha considerado positivo el compromiso para llevar a cabo toda una serie de reformas estructurales, en especial en el mercado laboral y en el sector financiero.

Para Bruselas, esas medidas anunciadas por el ministro de Finanzas luso, Fernando Teixeira dos Santos, "impulsarán el crecimiento económico y corregirán otros desequilibrios". Rehn también ha dejado claro que Bruselas seguirá vigilando de cerca la situación económica del país dentro de sus tareas de supervisión.

Además, ha señalado que el compromiso del Gobierno portugués supone un "importante ladrillo" dentro de la respuesta conjunta a la crisis de la deuda soberana y llamó a lograr progresos en otros apartados, en especial en el "refuerzo y el aumento de la flexibilidad" de los instrumentos de rescate.