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La cúpula rebelde, dividida ante una eventual marcha pactada de Gadafi

  • Del Consejo Nacional de Transición Interino han salido diversas versiones
  • La división de sus miembros, anterior a la creación del Consejo

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La cúpula rebelde libia ha dejado entrever este martes diferencias con su máximo dirigente, Mustafa Abdelyalil, sobre una eventual negociación para que el coronel Muamar el Gadafi abandone el país a cambio de no ser perseguido judicialmente.

El miembro del consejo de información del Consejo Nacional de Transición Interino (CNTR), Bara al Jatib, ha declarado a la agencia Efe que si Gadafi dejaba Libia, el consejo estaba dispuesto a renunciar a la emisión de cualquier orden judicial en su contra.

Distintas opciones

Al Jatib confirmaba así, una información difundida por el canal qatarí Al Jazeeray adelantada por el diario Sharq al Aswat, según la cual, el régimen había entablado conversaciones sobre esa cuestión con los líderes rebeldes.

Sin embargo, a media mañana, el vicepresidente y portavoz del CNTR, Abdelhafiz Ghoga, tras hablar con varios miembros del consejo y evidentemente airado, decidía, sin previo anuncio, dirigirse a la gente que en ese momento se encontraba en la plaza de los Juzgados de Bengasi, donde se encuentra la sede de la administración opositora, para desmentir las supuestas negociaciones.

"No hay diálogo y no hay nada llamado salida segura del país", declaraba Ghoga, en referencia a las pretendidas conversaciones, ante las personas que se concentraban en la plaza bajo la lluvia y que a lo largo del discurso alcanzaron el medio millar.

Votoreado por los concentrados, Ghoga ha subrayado: "No daremos marcha atrás, no hay rendición. No hay diálogo" y se preguntó: ¿Quién va a permitir (a Gadafi) una salida segura?

Tras su intervención prometió una rueda de prensa para las 15.00 horas española con el objetivo de explicar la situación a los medios de comunicación.

No obstante, una hora antes de la comparecencia de Ghoga ante la prensa, Mustafa Abdelyalil, en una entrevista telefónica con Al Yazira desde Al Baida, al norte de Bengasi, mostraba su disposición a renunciar a la persecución judicial de Gadafi si este abandona el país en las próximas 72 horas.

"Roces" del pasado

"El consejo no ha ofrecido ni ha presentado ninguna iniciativa, ni pretende presentar ninguna, ni entablar un diálogo de ese tipo porque la situación está clara para el consejo: las exigencias de nuestra revolución, de la revolución de nuestro pueblo son claras, nosotros no dialogamos", respondía Ghoga en la rueda de prensa minutos después.

Asimismo, Ghoga ha destacado que no había habido contacto de ningún tipo entre los revolucionarios y el régimen y que nadie podía renunciar a las exigencias del pueblo.

A pesar de estas claras divergencias, Ghoga ha intentado rebajar la tensión, asegurando que no existían discrepancias entre Abdelyalil y el consejo e insistió en que todos deseaban lo mismo.

Según Ghoga, lo que el presidente del CNTR quería expresar era la necesidad de que se detenga el derramamiento de sangre.

Estos roces, entre el consejo y su presidente no son nuevos y se remontan incluso hasta antes de la formación de este órgano, cuando el pasado 26 de febrero Abdelayalil anunció que él presidiría un Gobierno de unidad nacional y que se celebrarían elecciones en tres meses.

Falta de cohesión

Un día después, Ghoga desmentía las palabras de Abdelyalil, que ocupaba el cargo de ministro de Justicia desde enero de 2007 hasta el comienzo de los levantamientos contra el régimen el 16 de febrero, cuando dimitió en protesta por la represión de las manifestaciones.

Ghoga anunció el 27 de febrero la intención del entonces máximo órgano revolucionario, la Coalición de la Revolución del 17 de febrero, su intención de crear un Consejo Nacional Revolucionario Transitorio, pero no un Gobierno y no hizo mención ninguna al exministro de Gadafi.

Pero el 2 de marzo, Ghoga sorprendía a todos anunciando que Abdelyalil presidiría el CNTR y que él mismo se convertía en el portavoz y vicepresidente de dicho consejo que aspira a ser reconocido internacionalmente como el único representante político del pueblo libio.

Esta situación vuelve a evidenciar la falta de cohesión del reciente creado mando revolucionario. Una carencia que se extiende a los mandos del Ejército o a las milicias rebeldes que intentan doblegar a las brigadas del coronel Gadafi.