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Lampedusa, la tierra de la larga espera hacia una vida mejor

  • 2.000 magrebíes permanecen en la isla
  • Hay riesgo de un terremoto institucional en Egipto

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Los martes al sol. Sería la versión de Lampedusa de la película de Leónn de Aranoa. Un nutrido grupo de tunecinos permanece sentados bajo el sol a la espera.   Se han jugado la vida en la travesía y ahora solo queda aguardar el momento del traslado.

Tumbados al sol, paseando por las calles. Siempre en grupos… Los tunecinos pasan así los días en la isla de Lampedusa a la espera de ser trasladados a la península. No todos se encuentran en el centro de primera acogida porque temen que luego no les dejen salir y, así, prefieren pasar la noche en la calle o en los vestuarios de un centro deportivo.

La inestabilidad en Túnez

Un hombre con quien me he cruzado venía de comprar una botella de agua. Me cuenta que él quiere ir a trabajar a Alemania que allí tienen familia. Es un hombre de unos 50 años que desentona frente al grupo mayoritariamente de jóvenes. Confiesa que ha huido porque hay mucho jaleo en su país,   y ahora hay mucha gente en   Túnez que tiene miedo

De momento los lugareños miran con compasión y ayudan a quien pueden. Pero también hay recelo porque saben que llegará el momento en que se termine el dinero de quienes no están en el centro de acogida y entonces pudiera aparecer la violencia. Los habitantes de la isla se sienten abandonados por todos sus problemas, no solo por los clandestinos, sino que es una emergencia

Son unos 2.000 los magrebíes que permanecen en la isla. Esta mañana han partido 200 en dos aviones. Hace dos días que no llegan embarcaciones aunque en las últimas horas ha sido interceptado un pesquero que llevaba 32 egipcios. El ministro del Interior, que cada día da un titular, este martes ha señalado que hay riesgo de terremoto institucional en Egipto.

Pero en Lampedusa, la situación no puede seguir así: el alcalde ha prohibido la venta de bebidas alcohólicas y ha hecho una urgente llamada para que se envien cisternas y controlar el problema higiénico sanitario que se ve venir. Los niños han dejado de salir cuando cae el sol. Las puertas de las casas, por si acaso se vuelven a cerrar con llave.