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Bruselas apuesta por contratos indefinidos e incentivos fiscales para crear empleo

  • La Comisión Europea quiere reducir la brecha entre fijos y temporales
  • Defiende la formación continua de los empleados
  • Creará un observatorio para adelantar qué trabajos y sectores necesitarán más gente

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La Comisión Europea (CE) defiende la contratación indefinida con períodos de prueba "lo suficientemente largos" y los incentivos fiscales para las empresas que creen nuevos puestos de trabajo, como las medidas principales para tratar de elevar la tasa de empleo de la UE durante la próxima década.

Éstas son las propuestas más destacadas de la "iniciativa faro" que el Ejecutivo comunitario ha presentado este martes, un proyecto con el que pretende contribuir a superar los efectos devastadores de la crisis económica en los mercados laborales de la UE.

La propuesta -titulada "Una agenda para las nuevas competencias y nuevos empleos"- incluye un conjunto de medidas destinadas a optimizar el funcionamiento de los mercados de trabajo, promover una formación más ajustada a las demandas de los contratantes, optimizar las condiciones laborales y mejorar la creación de empleo.

De este modo, Bruselas pretende lograr en 2020 en la UE una tasa de  empleo del 75% para toda la población de entre 20 y 64 años, una  porcentaje que actualmente está cerca del 69%.

Más y mejores contratos indefinidos

Con esos objetivos, la CE defiende el uso de los contratos de duración  indefinida, que  incluyan "un incremento gradual de los derechos de protección social",  acceso a la formación continua y "asesoramiento profesional", según reza  el texto.

Así, en su opinión, se reducirá la "brecha" que existe entre las  condiciones de los contratados temporales y los indefinidos,  especialmente en países donde existe una "segmentación" del mercado  laboral, como es el caso de España, explicaron fuentes comunitarias.

Para incentivar este tipo de contratos, el texto sugiere agilizar los  trámites burocráticos y reducir los costes laborales no relacionados  con el salario, como son los impuestos sobre el trabajo y sobre la  movilidad de los trabajadores.

No obstante, en casos de bajada de la actividad económica, la CE  apoya el uso de "fórmulas temporales de flexibilidad", como la reducción  de los horarios para que las empresas puedan conservar los puestos de  trabajo.

Aparte, la Comisión Europea apuesta por combinar los principios de "seguridad" y "flexibilidad" en las políticas nacionales de empleo, y por estrechar los vínculos entre la formación y las verdaderas necesidades del mercado laboral.

En un comunicado, el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor, ha destacado la "necesidad urgente de reformar los mercados laborales" para garantizar que las capacidades de los trabajadores "están en línea con la demanda laboral" y que las condiciones laborales "son las correctas para la creación de empleo".

Adelantar qué trabajos serán los más requeridos

Con vistas a dotar a los trabajadores de las competencias demandadas por los empleadores, la CE pondrá en marcha un "observatorio de las competencias" que tratará de prever las titulaciones y capacidades que serán más requeridas en el futuro.

También se creará una plataforma que pondrá en común entre todos los Estados miembros las competencias más requeridas y la "empleabilidad" en todos los sectores, para "acercar las instituciones educativas y formativas a los empleadores", según el texto.

La Comisión propone además la creación de un "Pasaporte Europeo de las Competencias", una especie de curriculum vitae armonizado para toda la UE, en el que los ciudadanos podrán registrar su formación, capacidades y experiencia laboral de forma "transparente y comparable".

Harán falta especialistas en TIC y sanitarios

Actualmente, hay unos 23 millones de parados en la UE, lo que contrasta con la escasez de personas con las capacidades requeridas para trabajar en ciertos sectores, en especial los que necesitan el mayor y el menor nivel de formación.

Según calcula Bruselas, en 2015 habrá un déficit de 700.000 especialistas en el área de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y para 2025 se requerirán hasta un millón de investigadores en diversos ámbitos.

También prevé que haya una notable escasez de trabajadores para el sector sanitario, que incrementará su actividad debido al envejecimiento de la población europea.