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Testimonio de una profesora acosada: "Me dijo 'Si te pillo en la calle, te mato'"

  • Una profesora de infantil relata la agresión que sufrió por parte de una madre
  • La intentó asfixiar y la insultó porque su hija no se había comido el bocata

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P.H.V. fue brutalmente agredida por la madre de una alumna.
P.H.V. fue brutalmente agredida por la madre de una alumna.

"De mi niña te ríes, pero de mi no". Con estas palabras y a gritos, comenzó la agresión que sufrió P.H.V., una profesora de un "colegio de difícil desempeño" en la zona de Vallecas, Madrid.

Fue un martes de febrero de 2008 y a pesar del tiempo transcurrido esta profesora lo recuerda todo nítidamente.

"Yo estaba en mi aula sola cuando abrieron bruscamente la puerta y aparecieron la madre, el padre y el hermano (un menor de unos 16 años) de una de mis alumnas", comenta a RTVE.es

En ese momento P.H.V. se levantó de su mesa para recibirles, pero la madre la empredió a empellones. "Me empujaba y mientras retrocedía me iba tropezando con las sillas. Me llevó hasta la pizarra y allí me arrinconó mientras el marido y el hijo la azuzaban", recuerda esta docente.

"Entonces me cogió del cuello y empezó a apretar muy fuerte, tratando de estrangularme", explica entre sollozos esta profesora, que en el momento de la "brutal agresión" estaba embarazada de pocas embarazadas.

Porque la niña no se comió el sándwich

¿Pero qué había pasado para que se desatara esta violencia? Simplemente, el enfado de la madre se desató después de que la niña volviese a casa sin haberse comido el bocadillo que le había preparado.

"En nuestro colegio existe un régimen interior por el que todos los martes los niños deben tomar fruta. Los padres lo conocen y ese día siempre se pide que los niños vengan con fruta para que se vayan acostumbrando a comerla", señala la profesora.

Aunque la niña no se tomó el sándwich, almorzó como el resto de sus compañeros. "Ella, al igual que otros niños que olvidaron su fruta, se tomó un zumo y una pieza de fruta que le dieron en el colegio", comenta P.H.V. "Posteriormente, a estos niños les entregué una nota para sus padres, recordándoles que los martes no se comen bocadillos sino fruta", añade.

Insultos y gritos en el pasillo del colegio

Pero la agresión de P.H.V. fue más allá y tras conseguir zafarse de la madre, la persiguieron por el pasillo.

"Mientras me estaba asfixiando yo no pensaba, pero pude esbozar el nombre de mi compañera. Entonces ella se asustó un poco y pude salir corriendo", apunta.

"Pero me cogió por la blusa, con la suerte que se rasgó, así que me quedé semidesnuda y huyendo hacia el despacho del director", cuenta a RTVE.es

El resto de docentes comenzó a salir de sus aulas, debido a los gritos e insultos que esta madre iba profiriendo y, ya en la sala de profesores, su presunta agresora la amenazó de muerte.

"Me tiraron el sándwich a la cara, me llamaron payasa y me dijeron: 'porque te que pillado aquí, que si no... Si te pillo en la calle, te mato'", recuerda con tristeza.

Apoyo incondicional

Tras esta agresión, P.H.V. recibió asistencia médica, interpuso una denuncia ante la policía y recibió todo el apoyo de sus compañeros.

"Al día siguiente, la madre se presentó impunemente con su hija en el colegio y enseguida llamamos a la policía", cuenta la profesora.

"Me apoyó todo el mundo, el resto de profesores, la dirección e incluso Bonifacio Alcañiz, director de Área Territorial de Madrid Capital de la Consejería de Educación", añade.

Afortunadamente, esta docente sólo tuvo que faltar tres días a clase. "Yo no quería estar sola con esa niña en el aula, no podía, pero por suerte en 15 días se resolvió el asunto, ya que el resto de profesores y los psicólogos indujeron a los padres para cambiar a la niña de centro y yo pude volver a dar clases", explica a RTVE.es

Ya reincorporada, tuvo que afrontar el trauma sufrido. "Yo no quise estar de baja, quería seguir en mi puesto y me decía a mi misma que nadie me iba a amedrentar pero necesité atención psicológica", comenta nuevamente entre sollozos.

"Soy una persona fuerte, pero aún así he necesitado de un psicólogo para procesarlo, asimilarlo y reajustarlo de forma positiva", afirma.

A la espera de juicio

Ahora, P.H.V. tiene marcado el 11 de enero de 2011 en el calendario. Ese día volverá a verse las caras con su agresora en un juicio por lo penal.

"A los 6 meses se produjo el primer juicio. Mi abogada solicitó que se considerara la agresión como delito y el de ella como una falta, pero el juez y el fiscal tuvieron en cuenta nuestra petición y estamos a la espera de que se celebre este segundo juicio", señala.

Ese día, P.H.V. afirma que no tendrá miedo en desvelar su identidad. "Prefiero estar así hasta el día del juicio, pero cuando pase no pienso esconderme. Se lo voy a contar a todo el mundo y tal vez hasta llame a los medios de comunicación porque quiero que mi historia se conozca", declara rotundamente.

Y es que, pese al calvario sufrido esta profesora nunca ha pensado en abandonar su profesión.

"Sigo creyendo en mi trabajo, en mi profesionalidad y voy a luchar por ser respetada, aunque me gane una nueva torta", concluye.