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El enigmático pez luna

  • Son los peces óseos más grandes que existen en los océanos
  • Los adultos son enormes lunas plateadas, y los alevines, como estrellas ninja
  • Hay ejemplares que pueden llegar a superar una tonelada de peso

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Ciencia al cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

Los mares y océanos están habitados por seres extraordinarios, con características tan especiales y sorprendentes que nunca dejan de llamar la atención de los que vivimos en tierra firme. El pez luna es uno de estos extraños seres.

El pez luna hace honor a su nombre y tienen forma de una enorme luna plateada. Es ovalado, con dos aletas dorsales, una arriba y otra abajo. También puede parecer un gran pez que solo tiene cabeza, o sea una cabeza de pescado gigante con aletas. Porque tampoco tiene cola, lo que tiene es una especie de abanico en la parte trasera de su cuerpo (o cabeza).

Bueno, si los adultos son enormes lunas plateadas, los alevines quizá se imaginen que son como pequeños confetis brillantes. Pues no, son como  estrellas ninja. Los bordes de su cuerpo plano están adornados con púas cortantes, para protegerse de los depredadores.

Los peces luna son los peces óseos más grandes que existen. Su nombre científico es 'Mola mola'. Le gusta vivir en aguas calentitas, entre los 12 y los 24 grados centígrados de todo el globo. Nadan en aguas abiertas con una parsimonia que hipnotiza y se alimentan de medusas y de alguna que otra esponja.

En aguas asturianas

Hace bien poco, en septiembre, un pez luna apareció en aguas asturianas. Apareció con su característica posición horizontal. Los peces luna en muchas ocasiones se dejan flotar en esa posición como si fueran un plato o un flotador de los de los niños.

Se dejan llevar por las aguas en esa postura y toman el Sol, para estar calentitos y no bajar de los 12 grados, porque si eso ocurre se empiezan a encontrar mal y se desorientan.

Normalmente no tienen ningún problema para recuperar la posición vertical. Excepto si son muy grandes y pesados. Este ejemplar era enorme, de más de 400 kilos de peso. Aunque ojo, los hay que superan la tonelada. El ejemplar se acercaba hacia la costa de la playa de Rodiles y no podía hacer nada para evitarlo. Iba a varar.

Así que los efectivos del CEPESMA (la Coordinadora para el Estudio y Protección de los Animales Marinos) se tiraron al agua a rescatarlo. Y con mucha  fuerza y maña consiguieron colocarlo en vertical y el pez, tranquilo, porque son muy tranquilos y pasivos, tomó rumbo aguas adentro, sin ser consciente de que si su destino habría sido la muerte.

CIENCIA AL CUBO

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