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Calma y elevada participación en las elecciones legislativas de Kirguistán

  • El país elige a los 120 miembros del Parlamento
  • Los sondeos señalan que siete partidos tendrán que coaligarse

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La calma y la elevada participación ciudadana han sido la tónica en las primeras horas de la votación para elegir a los 120 miembros del Parlamento de Kirguistán, ha informado la Comisión Electoral Central (CEC) de esa antigua república soviética en Asia Central.

A las 13:00 hora local (09:00 hora en España), cinco horas después de que abrieran los colegios electorales, 722.691 votantes, el 25,33% del censo, había acudido a las urnas, según los datos preliminares ofrecidos por la CEC en su página web.

Todo indica que la participación ciudadana será similar a la del referendo constitucional de junio pasado (70%) cuando Kirguizistán abolió el régimen presidencialista e implantó un sistema político parlamentario.

El proceso electoral será transparente y abierto

"Estoy tranquila; las elecciones transcurrirán en un régimen de trabajo, sin excesos", dijo la presidenta de Kirguizistán, Rosa Otunbáyeva, a la salida del colegio electoral donde depositó su sufragio, según la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.

El proceso electoral, agregó, "será transparente y abierto", lo que no permitirá a "ciertos alborotadores organizar escándalos".

La oposición vigila el proceso

"Las autoridades no garantizaron la celebración de unas elecciones limpias, por eso los partidos opositores se unieron y acordaron vigilar el proceso", denunció, por su parte, el ex primer ministro y líder del partido Ar-Namis (Dignidad), Félix Kúlov.

El dirigente opositor, partidario de estrechar las relaciones con Rusia, denunció que ya se han registrado "irregularidades" en varios centros de voto.

En la CEC admitieron que se han producido algunos problemas, pero recalcaron que éstos son ínfimos y en ningún caso pueden influir en los resultados de los comicios.

En algunos colegios electorales a mitad de la jornada las urnas no daban abasto debido a que las papeletas, de 75 centímetros de largo, son muy voluminosas.

Ante esa emergencia, la CEC autorizó vaciar el contenido de las urnas llenas en sacos, que fueron sellados bajo la supervisión de la comisión electoral y los observadores.

"Pese a que algunas personas dicen que el pueblo kirguís no está preparado para un régimen parlamentario y la democracia, estoy convencido de que no habrá marcha atrás", declaró a pie de urna Omurbek Tekebáyev, líder del partido Ata-Mekén (Patria), una de las formaciones favoritas a llegar al Parlamento.

Los 120 escaños del Legislativo kirguís se eligen por listas de partidos y 29 formaciones políticas luchan por obtener representación parlamentaria.

De acuerdo con la nueva Constitución, será la mayoría legislativa la que designará al primer ministro, máximo jefe del poder Ejecutivo.

La facultades del presidente de la república quedarán reducidas a labores de representación.

Ningún partido ganará será necesaria una coalición

Para acceder al Parlamento, los partidos políticos necesitan obtener los votos de al menos el 5% de los ciudadanos inscritos en el censo electoral nacional (poco más de 140.000 sufragios) y del 0,5% de los electores registrados en cada una de las regiones del país.

El Código Electoral kirguís establece que los comicios serán válidos independientemente del número de votantes que acudan a las urnas y que ninguna formación, al margen de los votos que obtenga, puede conseguir más de 65 escaños.

Todos los sondeos señalan que el escrutinio no dará un claro ganador y que accederán al Legislativo entre cinco y siete partidos que se verán obligar a formar un gobierno de coalición.

Kirguizistán, país limítrofe con China, ha sido escenario de dos revoluciones en los últimos cinco años en los que han sido derrocados sus dos primeros presidentes desde la independencia de la URSS.

La incruenta Revolución de los Tulipanes provocó en 2005 la caída de Askar Akáyev, en el poder desde 1991; mientras los violentos disturbios de abril pasado acabaron con la presidencia de Kurmanbek Bakíev tras casi cinco años de mandato.