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Nadar en piscinas cubiertas tratadas con cloro puede provocar mutaciones genéticas

  • Los desinfectantes de piscina podrían causar daños respiratorios o genéticos
  • Usar gorro de baño, ducharse y evitar orinar limita estos efectos

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Los mayores riesgos se producen durante la ducha, el baño o la natación.
Los mayores riesgos se producen durante la ducha, el baño o la natación.

Los productos desinfectantes derivados del cloro usados en las piscinas cubiertas podrían tener efectos nocivos para la salud, principalmente respiratorios, o causar daños en el ADN, según un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) y el Instituto de Investigación Hospital del Mar.

Dicho estudio, recomienda reducir el uso de estos desinfectantes y aplicar rigurosas medidas de higiene, como ducharse antes de nadar, utilizar el gorro, evitar orinar en las piscinas o desarrollar un adecuado tratamiento de las mismas.

La investigación ha examinado la presencia de subproductos de la desinfección (DBPs), que son fruto de las reacciones químicas producidas entre los desinfectantes y la materia orgánica, presente de forma natural pero que en muchos casos introduce la propia personar a través del sudor, la piel o la orina.

Riesgo de cáncer de vejiga

Los análisis, precedidos por otros estudios epidemiológicos que hallaron una relación entre la exposición a estos subproductos y el riesgo de cáncer de vejiga, se realizaron a partir de dos muestras de agua tomadas de dos piscinas, una tratada con cloro y la otra con bromo.

Se estudiaron así los DBPs y la capacidad de provocar mutaciones en el material genético permanentes, así como los efectos respiratorios causados a corto plazo en personas que nadaron en piscinas tratadas con cloro.

Según alertan los expertos, las pruebas realizadas sobre 49 nadadores después de cuarenta minutos de ejercicio, revelaron un aumento de los niveles de dos biomarcadores de toxicidad.

Los investigadores ya habían relacionado con anterioridad la  exposición de los subproductos de la desinfección del agua potable con el riesgo de sufrir cáncer de vejiga, y señalaban que la asociación se daba por la exposición dérmica e inhalada que se produce durante la ducha, el baño o la natación.

Nadar es bueno

Los investigadores señalan explícitamente que la natación tiene "impactos positivos para la salud", y que estos efectos serían mayores mediante la reducción de los niveles de DBPs.

El estudio identifica más de 100 DBPs en el agua de las piscinas, algunos cuya presencia ya había sido descrita con anterioridad en  agua potable tratado con cloro. De hecho, los investigadores indican que el agua de la piscina es mutagénica a niveles similares a la del agua potable, aunque es más citotóxica -puede matar células a una concentración más baja-.

Los científicos aseguran que para contrastar estos datos son  necesarias más investigaciones sobre los efectos de exposiciones de larga duración, y no solo 40 minutos, así como experimentos en los que participen más nadadores.