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Éxito en los transplantes de córnea frabricada en el laboratorio

  • La córnea es fundamental para la visión, sin ella no se puede ver
  • Las de laboratorio son prácticamente iguales que las córneas de verdad
  • No se ha producido rechazo en los 10 pacientes que se les ha transplantado

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Ciencia al cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

Un equipo de científicos de Suecia y Canadá ha presentado estos días a la comunidad científica (y al mundo) los resultados del primer trasplante de una córnea artificial fabricada por ellos mismos.

La córnea es fundamental para la visión. Sin ella no vemos. Es un finísimo tejido, transparente compuesto por colágeno y células. Protege el iris y el cristalino y a la vez deja pasar la luz. Es como el cristal de una ventana. Si se vuelve opaca por alguna enfermedad o desgarro deja de entrar la luz y dejamos de ver.

La córnea fabricada en el laboratorio es prácticamente igual que una córnea de verdad. Es transparente, finísima y compuesta en su mayoría por colágeno.

Se trasplantó a 10 personas hace dos años y es ahora cuando los científicos nos cuentan los resultados, que han sido muy positivos. Los 10 han mejorado sustancialmente la visión de la misma manera que lo habrían hecho con un trasplante de córnea real.

No hay rechazo

Lo más impactante de este transplante es que por una parte no produce rechazo (al menos así ha sido en estos dos años posteriores a la intervención). Y por otra, que las células oculares han proliferado alrededor de la nueva córnea, se han integrado con ella.

Digamos que el cuerpo de los trasplantados se ha encargado de humanizar la córnea artificial. Y de la misma forma, los nervios también se han regenerado y la zona ha recuperado la sensibilidad.

Los pacientes pestañean y generan lágrimas con normalidad. Algo que por lo visto, según cuentan los investigadores, no se había logrado nunca antes con una prótesis.

A pesar de los buenos resultados, la investigación aún está en una de sus primeras fases. Tienen que mejorar, por ejemplo, la manera en la que cosieron la córnea al globo ocular.

Eligieron un mal lugar y se formaron unos bultitos que dificultan la visión y para solventarlo, los pacientes tendrán que  llevar lentillas.

CIENCIA AL CUBO

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