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El arte de romper cocos

  • 'Pinocho', un mono de Puerto Rico descubre una manera insólita de abrir cocos
  • Los tira al aire para que se estrellen en un espigón de cemento donde se abren
  • Hasta ahora, de los 1.000 ejemplares de la isla, sólo él los abre de esta forma

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Pinocho, un mono que ha descubierto una forma inédita de abrir cocos

Pinocho, un mono de 11 años (Macaca mulatta) de una isla de Cayo Santiago, Puerto Rico, ha descubierto una manera inédita para abrir cocos. Tras cogerlo de una palmera, en vez de cargarlo en sus brazos como hacen el resto de sus congéneres, lo lleva rodando hasta uno de los muelles de la isla. 

Allí lo tira al aire, un par de metros de altura, y observa, tranquilamente, cómo se estrella contra el cemento y se parte. Desde que el coco se rompe hasta que se lo come, sólo pasan unos segundos. Esta investigación, publicada en la revista Journal of Ethology, puede ayudar a los científicos a comprender cómo las nuevas conductas, o culturas, pueden esparcirse entre los demás primates.

La técnica es tan complicada que, según los expertos autores de la investigación, liderados por Jordan Comins, profesor de la Universidad de Harvard, hasta ahora, ningún otro mono de la reserva ha sido capaz de imitarla.

Aprendizaje por imitación

No obstante, es algo que no tardarán mucho en copiar. "Se mueven por imitación, sobre todo si es para algo bueno o beneficioso. En el momento que lo vean, seguro que intentan hacer lo mismo", explica a RTVE.es Pedro Pozas, primatólogo y director ejecutivo del Proyecto Gran Simio.

Existen tres motivos por los que los primates empiezan a realizar alguna acción: juego, necesidad o imitación. En este caso 'Pinocho' puede haberlo aprendido de algún ser humano o "simplemente jugando con un coco se dio cuenta de que en una zona determinada se rompen, se abren y se los puede comer", reconoce Pozas.

Uno de los casos más conocidos del aprendizaje por imitación de estos animales ocurrió en 1953. Una hembra japonesa lavaba unas patatas en el río antes de comérselas. Poco tiempo después, casi todos los monos de la manada imitaban la misma conducta y lavaban sus patatas. "Todos los primates tienen mucho tiempo para fijarse en cómo se comportan los demás, lo aprenden y siempre que es bueno lo repiten", señala el primatólogo.

De momento, y desde hace más de dos años, 'Pinocho' es el único de los casi 120 ejemplares de su grupo social, capaz de abrir los cocos en esta reserva del Caribe. Mientras los demás monos no presten más atención, Pinocho, el maestro de los cocos, tendrá el monopolio de la isla.

Los más listos de la naturaleza

Los primates no son los únicos animales en los que se ha documentado el uso de herramientas y comportamientos sofisticados para conseguir alimentos. Hay otros animales que saben adaptarse perfectamente a las circunstancias y, sobre todo, superar las dificultades.

Betty, una cuervo, es uno de los ejemplos de que el ingenio vale más que la fuerza. Construyó un gancho de alambre para conseguir comida y dejó perplejos a los investigadores. Otro de los casos más llamativos fue el de un pulpo salvaje que usaba las cáscaras de los cocos como escudos contra sus deprederadores. Y en Florida, unos delfines de un aquarium de Orlando, fabricaban sus propios juguetes para entretenerse.