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Ruanda acude a las urnas en sus segundas presidenciales tras el genocidio de 1994

  • Se han registrado altas tasas de participación
  • Todo apunta a que el actual presidente renovará mandato

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Una mujer sale de votar en la capital ruandesa de Kigali
Una mujer sale de votar en la capital ruandesa de Kigali

Los colegios electorales de Ruanda han cerrado este lunes sus puertas después de los comicios presidenciales que ha celebrado el país con una gran participación de los más de cinco millones de ciudadanos registrados para poder ejercer su derecho al voto.

En estas segundas elecciones tras el genocidio de 1994 en los que más de 800.000 tutsis y hutus moderados fueron asesinados, los expertos aseguran que Paul Kagame, actual presidente del país, se volverá a hacer con la Presidencia de Ruanda durante otros siete años.

En dos de los colegios electorales de Kigali que ha visitado la agencia EFE, las encuestas apuntaban a que Kagame se había hecho con más del 98% de los votos.

¿Obligados a votar?

Aunque durante la jornada electoral se ha vivido un clima tranquilo y distendido, algunos residente de la capital afirman que oficiales del Frente Patriótico Ruandés (RPF), el partido de Kagame, les obligaron a votar a su líder.

Los analistas vaticinan una victoria del actual presidente, Paul Kagame, que es percibido por muchos de los ciudadanos de Ruanda como el salvador del país después de que pusiera freno al genocidio de 1994 como líder del Frente Patriótico Ruandés (RPF) y de que haya estabilizado la región y potenciado su economía.

El proceso ha contado con la participación de cerca de 1.500 observadores para asegurar un proceso electoral justo y transparente, pero la oposición acusa a Kagame de represión continua.

El pasado mes de abril, dos periódicos ruandeses fueron suspendidos, y en junio un periodista crítico con el Gobierno de Kagame fue asesinado de un tiro en la cabeza, mientras que en julio un prominente miembro de la oposición fue decapitado.

Por otra parte, tres de los partidos opositores no pudieron registrarse para participar en los comicios presidenciales, y dos líderes de otros partidos políticos fueron arrestados y acusados de incitar el odio étnico y negar el genocidio.