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La economía española, un paciente que mejora pero sigue en observación

  • La actividad creció un 0,2% entre abril y junio y suma dos trimestres de subidas
  • El consumo de los hogares se perfila como clave para mantener la recuperación
  • Los recortes, la mayor amenaza del consumo privado
  • La reforma laboral, cara y cruz para el gasto de las familias

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La economía española crece un 0,2% en el segundo trimestre del 2010

El paciente se recupera, pero sigue convaleciente y necesita controlar sus constantes vitales para evitar la recaída. Ése podría ser el resumen del diagnóstico de la economía española, a la vista del último informe trimestral del Banco de España, donde se adelanta que la economía del país repuntó un 0,2% entre abril y junio, un avance superior al registrado entre enero y marzo.

De esta forma, y en parte gracias a la mejora de la economía mundial, se encadenan ya dos trimestres consecutivos de subidas.  Eso ha llevado al organismo supervisor a dar por iniciada "la consolidación de la recuperación", aunque advierte que las tasas de crecimiento "seguirán siendo débiles todavía durante algunos trimestres más".

Por eso, avisa de que se necesita "una pronta y firme" aplicación de los planes de consolidación fiscal "comprometidos" y de las reformas estructurales "aprobadas o anunciadas", que -según destaca el Banco de España- "tienen una importancia capital para restablecer la confianza e impulsar el crecimiento a largo plazo".

El consumo, la mejor medicina

Una de las claves del inicio de esa recuperación ha estado en la mejora del consumo privado, que ha ido aumentando desde enero pasado. Destaca, sobre todo, el consumo de los hogares que creció un 0,7% en el segundo trimestre, con lo que ya acumula un avance del 1,5% en los últimos doce meses.

Sin embargo, ese motor podría ralentizarse en el tercer trimestre, entre julio y septiembre,  ya que en estos últimos meses se ha visto estimulado por factores que, ahora, han desaparecido, como "el plan de ayuda directa a la adquisición de automóviles, (...) el cese de las emisiones analógicas de televisión o el adelanto de compras ante la eventual subida del IVA, que alentaron la adquisición de otros bienes de consumo duradero", advierte el organismo supervisor.

Así, el Banco de España asegura que "a medida que se vayan agotando estos efectos, el consumo podría atenuar su ritmo de avance". A partir de ahora, se podría ver afectado también por el descenso de la renta disponible, causada por el freno a las subidas salariales (efecto en parte de la reforma laboral que permite a las empresas descolgarse de las revisiones pactadas en convenio)  y la reducción de otras fuentes de renta.

Sobre todo -explica el informe de la autoridad supervisora- se recortarán las rentas procedentes de las administraciones públicas que, como subvenciones o ayudas,  desaparecerán por "la retirada de algunos de los impulsos instrumentados durante la fase recesiva".

Así, el Banco avisa que, si se mantienen "la evolución desfavorable del mercado laboral, la disminución de la riqueza y unas condiciones crediticias relativamente restrictivas", el consumo no se animará y toda la economía española se resentirá.

La cara y la cruz de la reforma laboral

El análisis destaca que "el restablecimiento de la confianza y un panorama menos incierto sobre las perspectivas del mercado laboral, al hilo de la reforma laboral en marcha, serían ingredientes fundamentales de una recuperación sostenida del consumo". Sin embargo, como hemos mencionado, esa misma reforma permitirá contener la subida de salarios y, por tanto, reducir la renta en manos de los hogares y afectar así a su consumo.

Esa moderación salarial es uno de los efectos de la reforma más valorados por el Banco de España. Según la  entidad supervisora, de confirmarse esa consecuencia, la reducción del aumento de los salarios  "permitiría una intensificación de la caída de los costes laborales  unitarios" y, así, una mejora de la productividad en el  país.

A ese objetivo podría contribuir también otro aspecto subrayado en el  análisis económico: el recorte en los sueldos de los  funcionarios. Según el Banco, esa rebaja podría ejercer en los próximos  trimestres un efecto contagio "sobre los crecimientos  salariales en el sector privado".

Esa contención salarial también ayudaría -en opinión de la entidad- a  mantener la inflación bajo control. Así se podría  contrarrestar en los próximos meses la subida de los precios  provocada  por el repunte del petróleo y, desde julio, por los efectos de la subida  del IVA. Sin embargo, el informe "confía" en que ese alza impositiva no  se traslade completamente a los precios finales, porque el consumo  interno aún se recupera con lentitud y esa debilidad debería atenuar la  transferencia.

El reto: revitalizar el empleo

El informe trimestral destaca que entre abril y junio, continúa  "la moderación en el ritmo de caída del empleo", aunque a  costa del aumento de la temporalidad, ya que fue esa  fórmula de contratación la que más ha aumentado (llegó al 24,9%, 5  décimas más que en el trimestre anterior). También crecen los contratos  a tiempo parcial que ya suponen el 13,5% frente al 12,9% de  hace un año.

Además, destaca la "notable" recuperación de la  población activa, algo positivo después de dos trimestres consecutivos  de caídas.

Ese aumento de produce debido a la incorporación  al mercado de trabajo de varones mayores de 45 años y de jóvenes, cuya  llegada coincide con el fin del curso escolar y universitario. Por  contra, se han reducido los trabajadores extranjeros (-1,5%), debido a  la disminución de la población extranjera en general.

La muleta perfecta: exportaciones y turismo

El sector exterior -es decir, las exportaciones e importaciones- también ha ayudado a apuntar el crecimiento, igual que lo hicieron en trimestres anteriores, y eso que esas transacciones se vieron muy afectadas por el cierre parcial del tráfico aéreo europeo en abril y mayo, debido a las cenizas de un volcán islandés.

Las ventas al exterior crecieron con fuerza (+15,6%), pero no tanto como  para compensar el notable aumento de las compras, un síntoma positivo  para el organismo dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, porque  refleja el "vigor" de algunos sectores económicos como "las industrias  químicas, siderúrgica y de producción de medios de transporte".

La crisis de las cenizas volcánicas también repercutió en el turismo, pero eso no ha impedido una fuerte recuperación de ese sector.

Las llegadas de turistas extranjeros a España han regresado al terreno positivo en el mes de junio (de una reducción de un 13,3% en abril han pasado a un aumento de un 1,7%, en junio) y el gasto total de esos visitantes ha contribuido de nuevo a aumentar la riqueza del país (ha pasado de caer un 11,3% en abril a crecer un 2,4% en junio).

Resiste el virus de la sequía crediticia

Por contra, la inversión de las empresas no ha logrado aún recuperarse porque, según el Banco de España, ese capítulo se ha visto afectado "por  el impacto de los recortes en la inversión en infraestructuras,  la finalización de las obras realizadas bajo el Fondo Estatal  de Inversión Local y el posible retraso" en su sucesor, el  Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Ambiental, que cuenta  con una dotación inferior al Plan E.

Pero, sobre todo, la contracción de la inversión empresarial se debe a la dificultad para conseguir créditos.

Entre abril y junio, se ha producido "un tono algo más restrictivo en la oferta de préstamos", añade el supervisor financiero, que contrasta "con la ligera relajación del período anterior".

"Los criterios para la aprobación de nuevos créditos experimentaron un cierto endurecimiento, que fue mayor en el caso de las sociedades no financieras, tras varios trimestres en los que apenas habían variado o incluso se habían suavizado ligeramente", asegura en su informe, que justifica ese cambio por "el deterioro de las condiciones de acceso a la financiación por parte de las entidades, en un contexto de nuevas turbulencias en los mercados financieros vinculadas a la crisis fiscal griega".

Y ese relativo cierre del mercado de créditos parece que continuará, ya que según las previsiones de las entidades bancarias que han participado en la Encuesta de Préstamos Bancarios "apuntan a un cierto tensionamiento adicional de la oferta en España en todos los segmentos".

Además de las empresas, las familias también han notado ese endurecimiento al acudir a pedir hipotecas. En ese segmento, el Banco de España reconoce que "se produjo un leve endurecimiento de los criterios de concesión, tras tres trimestres en los que estos habían permanecido estables".