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El cansancio pasa factura a los campuseros

  • Llevan cinco días durmiendo pocas horas pegados a su ordenador
  • Colchonetas, comida basura, y 'tuppers', es la imagen del recinto

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Uno de los campuseros duerme en un 'puff'.
Uno de los campuseros duerme en un 'puff'.

Pasado ya el ecuador de la Campus Party, el cansancio empieza a hacer mella en algunos campuseros. Llevan desde el lunes durmiendo pocas horas y otras muchas al frente de las pantallas de sus ordenadores.

"Si se nota ya el paso de los días", dice Daniel, un madrileño de 24 años que asiste a su tercera Campus. " Aquí hay ambiente prácticamente hasta las cuatro o cinco de la mañana, irse antes no mola".

A cualquier hora a la que pases por el recinto, hay campuseros frente a sus equipos bajándose contenidos o jugando algún torneo.

"Por la mañana hasta las 12 no se empieza a notar ambiente", cuenta Daniel. Duerme en el camping junto a sus amigos y se queja del ruido y del calor. "Duermo cuatro o cinco horas porque me molesta bastante la humedad y el ruido que hay, además a todas horas está entrando y saliendo gente".

El comedor de la Campus tiene unos horarios concretos. "Las comidas dependen del horario que haga cada uno, si la gente se acuesta pronto, puede llevar un horario de comidas normal, pero si nos acostamos tarde, no hay quien se levante a las nueve para desayunar, asi que muchos días comemos sandwiches y así vamos tirando" explica Daniel.

La mayoría de las mesas están repletas de comida basura y bolsas de supermercado. Otros, un poco más precavidos, se traen sus 'tuppers' con comida de casa.

Cansancio mental

Los campuseros cuentan que no es tanto el cansancio físico, sino el mental. "No estamos cansados físicamente porque nos pasamos todo el día prácticamente sentados, pero los ojos y la cabeza sí notan las horas frente a la pantalla", apunta Daniel.

"Este año nos lo hemos tomado más relajado porque hemos venido a hacer cursos y talleres", dice Juan, un campusero de 26 años que viene de Córdoba. "Yo duermo unas cuatro horas al día de media".

Enrique tiene más suerte. Tiene 27 años y vive en Valencia por lo que muchos días se ha ido a dormir a casa. "Otros duermo lo que puedo en una colchoneta al lado de mi ordenador, pero no duermo más de cinco horas", cuenta Enrique.

Una chica prevenida

Adriana es una de las pocas chicas campuseras, es su segunda Campus y ya viene con la lección aprendida de la pasada edición.

"Este año nosotros hemos cogido un hotel, y dormimos nuestras siete horitas. Se nota el cansancio igual, pero es diferente, claro" cuenta esta gallega de 21 años.

"Esta mañana cuando hemos llegado, esto estaba lleno de gente dormidísima asi que supongo que habrían dormido como mucho dos o tres horas".

A tan sólo una jornada del fin de la Campus Party, cualquier rincón del recinto se convierte en un improvisado sitio para echar una cabezadita.