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Telefónica da el primer paso para disolver su alianza con Portugal Telecom

  • Tras no fructificar la oferta por Vivo,la empresa española cambia de estrategia
  • Ha contratado a un bufete holandés para disolver la firma conjunta BrasilCel
  • Portugal Telecom cae en bolsa en torno al 3%, castigada por los inversores

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Telefónica ha dado el primer paso para deshacer su alianza con Portugal Telecom, tras rechazar la operadora portuguesa venderle su parte en la brsileña Vivo, al contratar al despacho de abogados holandés Brauw Blackstone Westbroek, que asesoró a ambas en la creación de Brasilcel -la sociedad conjunta que controla Vivo-, para avanzar en su disolución.

Tras extinguirse el pasado viernes la oferta de compra que presentó por la participación de Portugal Telecom en la compañía de móviles brasileña Vivo, Telefónica ha puesto en marcha su estrategia jurídica para seguir peleando por hacerse con el control de Vivo.

Para empezar, la empresa presidida por César Alierta ha contratado los servicios de este importante despacho de abogados, con sedes en Amsterdam, Londres, Nueva York y Pekín, que asesoró a las dos empresas en la creación de Brasilcel en 2001, con el objetivo de disolver esta sociedad holandesa, que las dos compañías controlan a partes iguales y propietaria del 60% de Vivo.

Posible denuncia en La Haya

Un portavoz de la empresa española ya había avanzado este lunes que "ya  no  hay posibilidad de acuerdo" con Portugal Telecom, confirmando  así la ruptura total de negociaciones entre ambas  compañías. Entre las medidas a las que podría recurrir Telefónica está la de presentar una denuncia ante al Tribunal de Arbitraje de La Haya.

La multinacional española comunicó en la madrugada del viernes al sábado el fin del plazo dado a Portugal Telecom para comprarle su 30% de Vivo, con una oferta sobre la mesa de 7.150 millones de euros, que el Gobierno de Portugal consideró insuficiente, a pesar de haber incrementado dos veces la empresa española la propuesta inicial de 5.700 millones de euros.

La operación de compra arrancó el pasado mayo, cuando Telefónica ofertó 5.700 millones de euros, una suma que PT consideró y que su Consejo de Administración rechazó. Sin embargo, los accionistas si aceptaron la tercera oferta de la empresa española, aunque la venta fue vetada por el Gobierno portugués, recurriendo a su acción  de  oro, na opción que la justicia europea declaró  ilegal el 8 de  julio.

El castigo de los inversores es moderado

El pasado viernes expiró el plazo dado por la empresa que dirige César Alierta para adquirir el 30% de la filial brasileña de móviles por un valor de 7.150  millones de euros y, aunque PT había pedido ampliar los plazos de diálogo con Telefónica, la empresa española ha decidido cambiar de estrategia para hacerse con Vivo.

Ante la ruptura de las negociaciones, la Bolsa ha castigado a PT con caídas que rondan el 3%, mientras que Telefónica no se ha visto perjudicada por no lograr la compra de Vivo. La compañía de Alierta ha comenzado la jornada perdiendo un 0,68%, pero a mediodía ya ha recuperado el color verde en su cotización.

Las acciones de la empresa portuguesa habían subido en los últimos días hasta 8,9 euros. Un 16% más del valor inicial de 7,7 euros por título que tenían cuando Telefónica presentó su intención de comprar Vivo.