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Autobuses a reventar, taxistas cabreados y gente desorientada por la huelga de Metro

  • El caos reina en Madrid durante toda la mañana con atascos interminables
  • Trenes de Cercanías, autobuses y taxis han sido las alternativas al Metro
  • Los buses, a rebosar, pasaban de largo en las paradas
  • Los taxistas se han quejado de una "mañana infernal de atascos"
  • ¿Cómo te está afectando la huelga? Cuéntanoslo

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Dos millones de madrileños sin metro por incumplimiento de los mínimos

¿Cómo voy desde Aranjuez a Suanzes sin coche y sin Metro? Esta pregunta se ha hecho María al salir de su casa, dispuesta a ir a trabajar, a las 09:00 de la mañana.

La respuesta: dos horas de trayecto pasando por un tren Cercanías y varios autobuses, con caminata incluida. María ha llegado tarde al trabajo y no tiene muy claro cómo regresará a casa cuando finalice su jornada.

Como ella, muchos ciudadanos se han visto afectados en esta segunda jornada de huelga de Metro en la que no se han respetado los servicios mínimos. Moverse por Madrid este martes ha sido más que difícil. Con el Metro cerrado a cal y canto, la red de Cercanías, los autobuses y los taxis han sido la única alternativa para los que no tienen coche.

En las estaciones de Cercanías de Sol y Atocha los servicios de información no daban a basto este mediodía. Con mapas de Renfe en la mano, muchos hacían cábalas sobre cúal era la mejor opción para llegar al destino deseado. Carlos, un joven que trabaja en unos grandes almacenes de Vallecas, se preguntaba en el km 0 de Madrid cómo llegar hasta su trabajo.

"Menuda faena, a ver qué hago yo ahora", ha asegurado a RTVE.es este joven con cara de agobio.

Laura también ha sufrido lo suyo. Su trayecto habitual al trabajo dura media hora pero este martes ha tardado hora y media en llegar a su puesto en O'Donnell. "He tenido que coger dos autobuses y muchos no paraban en la estación porque venían totalmente llenos, menudo desastre", ha asegurado a RTVE.es.

Todos los usuarios habituales de Metro consultados por RTVE.es han coincidido en manifestar su "enfado", "indignación" y "malestar" ante la huelga. "Me parece muy bien que los trabajadores protesten pero que quiten los servicios mínimos es un abuso", ha asegurado Loreto, que ha tardado hora y media en llegar a Avenida de América desde Torrejón de Ardoz.

Los autobuses se han quedado pequeños

Las marquesinas y los autobuses se han quedado pequeños para atender la demanda creciente derivada de la huelga de Metro. Muchos buses han pasado de largo a lo largo de toda la mañana para enfado de los usuarios que se desesperaban. No podían parar porque ya iban llenos.

A la salida de la estación de trenes de Atocha, la gente directamente asaltaba los autobuses. Muchos han aprovechado para no pagar entrando por la puerta de atrás. Los conductores, con cara de "no puedo más", han superado la jornada como han podido.

Luis, un conductor de la línea 14, ha asegurado a RTVE.es, que la mañana ha sido "muy dura" pero que "es lo que toca". "Otra vez seremos nosotros los que protestemos y los compañeros de Metro lo soporten", ha dicho, haciendo gala de su solidaridad con los trabajadores de Metro.

Al oirle decir esto, Laura y Sergio se han quejado: "Es una vergüenza, hemos llegado tarde a un curso que nos ha costado mucho", han manifestado muy enfadados.

Taxistas cabreados por los atascos

Muchos pensarán que los taxistan han hecho su agosto con la huelga de Metro. Cierto es que los clientes se incrementan pero también que la situación del tráfico se complica y esto al final "sólo trae problemas", según han denunciado.

Esto es lo que piensa Coque, un veterano taxista cuyo único deseo era que pasara "cuanto antes" este día. "Madrid es ya un infierno cada día por el tráfico, así que hoy es intransitable", ha aseverado.

Todos los taxistas consultados por RTVE.es coincidían en señalar que los clientes aumentan pero cada carrera dura el doble o el triple, así que al final no se nota mucho en la recaudación, según cuentan, y "sí en nuestro estrés".

Las caras de los conductores también eran un poema esta mañana. La de Victoria no era menos. Esta joven ha tardado dos horas en un trayecto hasta su trabajo que suele hacer en algo más de media hora. "La entrada a Madrid era un caos", ha señalado.

Sin otro remedio, la paciencia se ha apoderado este miércoles de usuarios de Metro, conductores de autobuses y de taxistas. Pero la jornada del caos no acaba aquí. Mañana habrá más.