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Tres investigaciones distintas determinarán las causas del accidente ferroviario de Castelldefels

  • Adif, Renfe y el juzgado de Gavà investigarán de forma paralela
  • Las primeras informaciones apuntan a la "imprudencia" de las víctimas
  • Dos colombianos están entre los fallecidos

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Adif, Renfe y el ministerio de Fomento realizarán la investigación

Dos investigaciones que realizarán el administrador ferroviario Adif y la operadora Renfe y la investigación judicial abierta por el juzgado de guardia de Gavà (Barcelona) determinarán las causas del trágico atropello del tren de Castelldefels que ha dejado 12 víctimas mortales y 14 heridos, de los que tres permanecen en estado crítico.

Las primeras informaciones apuntan a la "imprudencia" de las víctimas, tal y como han apuntado el ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente de la Generalitat, José Montilla, un grupo de unas 30 personas que cruzó la línea férrea sin utilizar el paso subterráneo después de descender de un convoy de Cercanías para acudir a la celebración de la verbena de San Juan en la playa y que fue arrollado por un tren rápido Alaris que no tenía parada en Castelldelfels.

Para su investigación en las diligencias previas que ya ha abierto, el juzgado de Gavà, en funciones de guardia en el momento del siniestro, ya tiene a su disposición la caja negra del tren, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

Según el TSJC, el juzgado "procederá a decretar las pruebas periciales que considere oportunas" y, antes de proceder al levantamiento de los cadáveres, el juez ha ordenado una segunda batida en la estación para buscar los objetos personales de las víctimas.

El titular del juzgado también ha coordinado las labores de los equipos de bomberos y los mossos d'Esquadra y, según el comunicado, "la principal prioridad ha sido facilitar lo más rápidamente posible las identificaciones de las víctimas".

Según la consellera de Justicia, Montserrat Tura, los forenses y la policía científica cuentan con "indicios" sobre cuál es la identidad de la mitad de las víctimas del accidente, mientras que, probablemente, se tendrá que esperar incluso algunos días a conocer la del resto. Dos de ellas son ciudadanos colombianos, según ha confirmado este país.

Sala para los familiares en el instituto forense

Ante el Instituto de Medicina Legal de la Ciudad de la Justicia de Barcelona, la consellera ha confirmado que todos los cuerpos y restos se encuentran ya en esta instalación, pensada para identificar víctimas de grandes catástrofes, y ha anunciado que se abrirá de inmediato una sala para que los familiares de los fallecidos puedan esperar a conocer el avance de los trabajos.

Los psicólogos que se encuentran ahora desplazados en un centro cívico de Castelldefels se trasladarán aquí, a los que se sumarán también otros especialistas de la Generalitat, para poder atender a las familias o amigos de las víctimas.

Hasta ahora, han trabajado en el protocolo activado para recoger los restos de las víctimas e identificarlas 21 miembros de la policía científica, 35 agentes de la unidad de investigación y 19 forenses.

Los restos mortales, que han llegado en 20 sacas, están muy deteriorados dado el brutal impacto que recibieron las víctimas al ser arrollados por un tren rápido Alaris, hasta el punto de que la identificación de muchos cuerpos no se puede hacer por los rasgos faciales ya que las caras han quedado desfiguradas.

Dos colombianos entre los fallecidos

Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Colombia ha confirmado la muerte de dos ciudadanos de este país, de 33 y 37 años, en el accidente. Uno ha sido identificado como John Mauricio Osorio, de 33 años, casado y con dos hijas, que llegó hace tres años a Cataluña por un convenio con el organismo colombiano Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) y trabajaba en Carrefour.

El otro colombiano ha sido identificado como Jorge Eliécer Serrano, de 37 años, soltero y que residía en España desde hace dos años. El Vicecónsul de Colombia en Barcelona, Ramón Jaller, se ha  encargado de acompañar y asistir a los familiares de las víctimas de este país.

Por su parte, el cónsul de Ecuador en Barcelona, Freddy Arellana, ha asegurado que al menos cinco de las víctimas mortales o desaparecidos en el accidente son oriundos de su país.

A la salida del centro cívico Frederic Mompou de Castelldefels, donde se ha atendido durante todo el día a los familiares de las víctimas, Arellana ha indicado que ha podido hablar con cinco familias que tienen personas desaparecidas en este suceso. "Las familias están destrozadas", ha asegurado el cónsul, que ha recordado que la mayoría de las víctimas son personas jóvenes, de entre 18 y 24 años.

Respecto a las edades de los fallecidos, la conseller de Justicia catalana, Montserrat Tura, ha dicho que no habría entre las víctimas mortales ningún menor, o al menos ninguno por debajo de los 17 años. Pese a que la mayoría son jóvenes latinoamericanos en la veintena, algunas de las víctimas tiene unos 40 años.

El segundo accidente más grave de las últimas décadas

El de Castelldelfes lo que supone el segundo accidente más grave de tren en España durante las últimas décadas después del registrado en Chinchilla (Albacete) en 2003. Además, en este mismo apeadero catalán murió hace un año una joven de 19 años que cruzó de forma indebida la vía.

Según fuentes de Renfe, el conductor del convoy de anoche dio 0,0 grados en la prueba de alcoholemia que se le practicó y también ha requerido atención psicológica tras lo sucedido al encontrarse en estado de shock.

Adif ha recordado que la nueva estación fue inaugurada en octubre de 2009, por lo que las instalaciones contaban con todas las medidas legales de señalización, y que en el momento del accidente se encontraban abiertas y operando con normalidad.

Sin embargo, amigos y familiares de las víctimas se han quejado de que la zona no estaba bien señalizada y han dicho que el paso subterráneo se encontraba "colapsado" por la gran afluencia de gente. Además, el paso elevado estaba clausurado desde la inauguración del subterráneo, que cuenta con 3,5 metros de anchura y ascensores de acceso para usuarios con movilidad reducida.