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Más de cien muertos en Kirguizistán, donde miles de personas huyen al país vecino

  • El conflicto étnico entre kirguises y uzbecos suma 124 muertos y 1.600 heridos
  • 75.000 personas se refugian en campamentos de tres regiones de Uzbekistán

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'Zona kirguiz', reza un cartel en una calle de Osh
'Zona kirguiz', reza un cartel en una calle de Osh

Las víctimas de los enfrentamientos étnicos entre kirguises y uzbecos suma ya 124 muertos y más de 1.600 heridos, según el último balance difundido por una portavoz del ministerio de Salud del país asiático.

Además, al menos 75.000 personas han huido al vecino Uzbekistán después de que la presidenta interina de Kirguizistán, Rosa Otunbáyeva, anunciase la apertura unilateral de la frontera a última hora del domingo. "La mayoría son mujeres y ancianos entre los que hay heridos de bala", informa la agencia de noticias rusa RIA Novosti.

El ministerio uzbeco de Emergencias afirma que se han abierto campamentos de refugiados en tres regiones de Uzbekistán, donde médicos y psicólogos atienden a las personas que llegan.

Amnistía Internacional (AI) ha urgido este domingo al Gobierno interino de Kirguizistán y a las autoridades locales a garantizar "la protección adecuada" a toda la población "y en particular a los ciudadanos de origen uzbeco" y ha pedido a los países vecinos que "mantengan abiertas sus fronteras para permitir la entrada a quienes huyen sin tener en cuenta su origen étnico y les ofrezcan protección".

Rusia se mantiene al margen

Otunbáyeva había solicitado a Rusia el envío de fuerzas de paz para poner fin a la violencia étnica en la antigua república soviética de Asia Central, pero la portavoz del presidente ruso, Tatiana Timakova, señalaba el sábado que el conflicto en Kirguizistán es un asunto interno y "Rusia aún no ve condiciones para participar en su arreglo".

No obstante, un grupo de 150 paracaidistas de la 31 brigada de las tropas aerostransportadas del ministerio de Defensa ruso ha aterrizado este domingo en la base aérea de Kant, en Kirguizistán, con el fin de garantizar la seguridad de las familias del personal militar de esa instalación.

Mientras, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa ha enviado al país en conflicto a su representante especial, el vicepresidente de la cámara baja del Parlamento kazajo, Zhanibek Karibzhánov, y del director del centro de prevención de conflictos del secretariado de la OSCE, Herbert Salber.

Ambos viajaron ya en abril a Kirguizistán tras los sangrientos choques entre manifestantes antigubernamentales y las fuerzas de seguridad kirguises que llevaron al derrocamiento del presidente Kurmanbek Bakíev y dejaron en el país 84 muertos y más de 1.500 heridos.

Autorización para matar

En tanto, desde Bielorrusia, donde se encuentra refugiado, el depuesto presidente Bakíev niega su supuesta relación con los disturbios y hace un llamamiento a "emplear todos los esfuerzos para poner fin al derramamiento de sangre".

La presidenta interina kirguís, Rosa Otunbáyeva, denuncia que los enfrentamientos entre kirguises y miembros de la minoría uzbeka han sido provocados precisamente por los partidarios de Bakíev, y testigos aseguraban este domingo que familiares del ex presidente han participado activamente en los disturbios, según la agencia AKIpress.

"En vez de movilizar todos los recursos necesarios para limitar el conflicto, los representantes del Gobierno provisional se dedican a dar entrevistas y convocar ruedas de prensa para calumniarme a mí y a mi familia y culparnos de los disturbios en el sur", denuncia el derrocado líder kirguís.

En tanto, el Gobierno provisional ha implantado en toda la región de Jalal-Abad el estado de excepción y el toque de queda entre las seis de la tarde y las seis de la mañana hasta el próximo día 22, mientras que en la ciudad de Osh y en dos distritos de esa región la medida se ha ampliado a las 24 horas del día.

El ministerio de Defensa ha ordenado ante el número insuficiente de efectivos la movilización de ciudadanos de hasta 50 años sujetos a servicio militar con el fin de estabilizar la situación en el sur del país y le ha dado al Ejército autorización para disparar contra la población en caso de ataque o defensa propia.

En tanto, continúa llegando ayuda humanitaria procedente de diversos puntos del país así como de Rusia para las zonas afectadas, donde los establecimientos y mercados permanecen cerrados como consecuencia de los disturbios.