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La Casa Real acepta la herencia de un millonario

  • El empresario Juan Balada designó como herederos a los príncipes de Asturias
  • Además, incluyó a los ocho nietos de los Reyes, con 70.000 euros a cada uno
  • La parte de los príncipes será destinada a fines sociales

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Los Príncipes de Asturias destinarán los 140.000 euros que les corresponden de la herencia del empresario menorquín Juan Ignacio Balada a la Fundación para Personas Discapacitadas de Menorca y la parte destinada a los ocho nietos de los Reyes será administrada por sus padres hasta la mayoría de edad.

Cada uno de los 10 herederos percibirá una cantidad neta próxima a los 70.000 euros tras abonar el impuesto de sucesiones de la Comunidad Autónoma de Baleares que corresponde al total neto de 9,83 millones -restados gastos y deudas- en que ha sido tasada la fortuna de Balada, quien dispuso en su testamento que, si los herederos renunciaban a la herencia, ésta pasaría al Estado de Israel.

Respecto al deseo del empresario de que el 50% de su herencia se dedicase a crear una fundación que abordara asuntos de interés general, fuentes de la Casa del Rey han explicado que Don Felipe y Doña Letizia la dedicarán a formación de la juventud, promoción de proyectos sociales y fomento de la cultura y la constituirán con un patrimonio inicial cercano a cuatro millones.

En cuanto a los nietos de los Reyes, cuando alcancen la mayoría de edad decidirán sobre el destino de la cantidad recibida y, mientras tanto, corresponderá a sus padres administrarla.

Cuando se conoció la noticia de la herencia, a principios de año, la Casa del Rey ya precisó que los Príncipes no habían mantenido nunca contacto alguno con Balada ni habían recibido información sobre él hasta que el albacea se puso en contacto con ellos hace unos días para comunicarles lo dispuesto en su testamento por el empresario menorquín, que falleció el 18 de noviembre de 2009 en Ciutadella.

Una herencia valorada en más de 10 millones de euros

La herencia del fallecido empresario menorquín alcanza una cuantía tasada en 10.636.330,63 euros, que, una vez restados deudas y gastos, queda en una cantidad neta de 9.832.995,42 millones, y se calcula que corresponde a los herederos satisfacer 3,3 millones -300.000 euros cada uno- en concepto de impuesto de sociedades a la Comunidad Autónoma de Baleares.

El empresario e inversor Juan Ignacio Balada Llabrés, fallecido el 18 de noviembre del pasado año, nombró herederos de la mitad de su patrimonio, a partes iguales, a los Príncipes y a los ocho nietos de los Reyes y dispuso además que Don Felipe y Doña Letizia constituyeran con la otra mitad una fundación de interés general, de la que debían concretar sus fines.

En cumplimiento de esta voluntad, los Príncipes han decidido que esa fundación tenga ámbito nacional y persiga la formación de la juventud "para facilitar su mejor acceso al mercado de trabajo", la "promoción, participación y fomento de proyectos de carácter social" y "el fomento de la cultura en sus diversas manifestaciones".

La Fundación destinará a estos fines la rentabilidad que obtenga de su patrimonio -unos cuatro millones más el 50 por ciento del valor de venta de los inmuebles de Balada- y los Príncipes ocuparán la presidencia de honor, mientras que el Ministerio de Educación ejercerá el protectorado y Gonzalo Urquijo, Juan Luis Iglesias y Enric Brancos serán sus patronos.

Urquijo, Iglesias y Brancos son ya patronos de las fundaciones Príncipe de Asturias y Príncipe de Girona.

Una vez calculada en unos 70.000 euros la cantidad que percibirá cada heredero, los Príncipes destinarán sus 140.000 euros a la Fundación para Personas Discapacitadas de Menorca -con la que ya se han mantenido conversaciones para la puesta en marcha de un proyecto que llevará el nombre de Balada- "y a becas para que jóvenes puedan acceder a su primer puesto de trabajo y para la formación profesional".

Las fundaciones Príncipe de Asturias y Príncipe de Girona podrán colaborar con otras instituciones para la instrumentación y puesta en práctica de estas actividades.

Los bienes inmuebles de la herencia

En cuanto al conjunto de los bienes inmuebles de la herencia, tasados en 1,83 millones de euros, permanece sin distribuir entre los 10 herederos y la nueva fundación que constituirán los Príncipes hasta tanto se efectúe su venta, según señala la Casa del Rey, si bien precisa que "se respetarán en sus derechos a los actuales arrendatarios".

Son ocho los arrendatarios de los diferentes bienes inmuebles: uno de ellos en un local comercial destinado a cafetería y los otros siete como inquilinos de pisos de renta antigua, sin contrato escrito y con un alquiler mensual muy reducido, que están acogidos a la Ley de Arrendamientos de 1964. Existe asimismo una finca rústica, en pro-indiviso con otros propietarios, cuyas instalaciones utilizan terceras personas.

Además de estos inmuebles, situados todos en Menorca, la herencia del empresario fallecido está constituida por valores mobiliarios cotizados en bolsas, depósitos de dinero en bancos y el 100 por cien de la sociedad ADALAB, tasada por un experto independiente cuando falleció Balada en 5,21 millones y que será liquidada.

La cantidad que recibiría cada uno de los 10 herederos es de 399.996,86 euros, materializados en dinero en efectivo, participaciones de ADALAB y otros valores cotizados en bolsa, pero quedará finalmente reducida a unos 70.000 tras el pago del impuesto de sucesiones a la Comunidad de Baleares.

Adicionalmente, cada heredero recibirá el 5 por ciento de la liquidación y venta de los inmuebles que ahora no se distribuyen, una vez se abonen los impuestos correspondientes.

Millonario discreto

Juan Ignacio Balada Llabrés nació en 1940. Era un inversor y propietario de Menorca que residía discretamente en  Ciutadella, su ciudad natal, hasta su fallecimiento, el 18 de noviembre de 2009, soltero y sin hijos.

Los bienes de Juan Ignacio Llabrés -hijo único del empresario Ramón Balada y Catalina Llabrés, que fue la primera mujer farmacéutica de Baleares- consisten en propiedades inmobiliarias, con fincas rústicas y urbanas; activos financieros, viviendas en alquiler e inversiones en Bolsa, tanto en España como en el extranjero.

Además, era el administrador único de la promotora Adalab SL, con sede en Barcelona, con un capital social de 8,6 millones de euros.