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Los arqueólogos de los Guerreros de Xian, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2010

  • Se descubrieron en 1974 y en 1987 se declararon patrimonio de la humanidad
  • Más de 8.000 figuras velan la tumba del primer emperador de China

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Los arqueólogos que trabajan en el yacimiento de los Guerreros de Xian gana el Premio Principe de Asturias de Ciencias Sociales

El equipo arqueológico de los Guerreros de Xian, en China, ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2010, imponiéndose a las candidaturas del economista estadounidense Jeffrey Sachs y a la Fundación alemana Alexander von Humboldt.

El hallazgo de Los Guerreros de terracota de la ciudad china de Xian está considerado uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XX y una importante muestra del arte funerario chino.

El conjunto consiste en la tumba del emperador Quin Shihuang, custodiada por un ejército de 8.000 guerreros de terracota y fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Shihuang, el primer emperador chino, gobernó entre 221 y 210 aC.

Responsables del Gobierno de la provincia china de Shaanxi (centro), donde se encuentra el conjunto, han agradecido el galardón tras conocer la noticia, destacando que es el primero que reciben en el extranjero y muestra el interés de España por China.

"Es la primera vez que el equipo de arqueólogos recibe un premio así, y la primera procedente del extranjero", ha señalado a Efe el portavoz del Buró de Patrimonio Cultural de Shaanxi, quien facilitó sólo su apellido (Zhang).

La candidatura premiada había sido propuesta a la Fundación Príncipe de Asturias por el embajador de España en China, Carlos Blasco Villa, y optaba al galardón junto a otras 23 propuestas procedentes de 18 países.

Un hallazgo casual

En 1974, tres campesinos excavaban un pozo al sur de su aldea, Xiyang, cuando descubrieron un extraño objeto: una figura humana de tamaño natural vestida con armadura y lanza. Era el primero de los 8.000 guerreros de Xian.

Al parecer no era la primera vez que desenterraban una de estas figuras, pero antiguamente se consideraban de mal Agüero y los rompían o volvían a enterrarlos para ahuyentar los malos presagios. Pero en esta ocasión corrió la noticia y el gobierno de Mao mandó de inmediato un equipo de arqueólogos.

Dos años después se notificaba el hallazgo de una gigantesca fosa de 20.000 metros cuadrados de superficie ocupada por unas 8.000 figuras de terracota, incluyendo guerreros, caballos y más de cien carros que guardaban el cuerpo del primer emperador de China,  Qin Shihuang, cuyo mausoleo se encuentra a 1,5 kilómetros. Quin fue también el que construyó la gran muralla china.

Cada una de las 8.000 figuras es diferente

El ejército de terracota fue enterrado para proteger al emperador en el otro mundo, en formación de batalla en tres fosos. Los tres fosos tienen entre 4 y 8 metros de profundidad. Han sido excavados y se ha construido un museo en las ruinas, llamado Museo del Ejército de Terracota del Primer Emperador Qin.

El primer foso contiene más de 6.000 guerreros, algunos de ellos aún por desenterrar, y se abrió al público en 1979.

Cada figura tiene rasgos únicos,  bigotes, peinados, jóvenes, viejos, rasgos de etnias diferentes... Las cabezas y las manos se moldeaban aparte y luego se añadían a los cuerpos. Los uniformes reflejan también los rangos militares a los que pertenecen. Cada soldado llevaba un arma: arcos, lanzas, espadas...Todas auténticas, habiéndose recuperado unas 30.000.

La segunda fosa contiene 69 figuras y es conocida como "la fosa de los generales". Se cree que representa al estado mayor del ejército.

La última fosa contiene unos 1.000 guerreros, muchos de ellos sin restaurar.

En 1980 se descubrieron dos carros de bronce pintados tirados, cada uno por cuatro caballos y compuestos por más de 3.000 piezas. El primero de estos carros serviría para allanar el camino del séquito del emperador mientras que el segundo sería el carro en el que el monarca dormiría.

La cámara funeraria del emperador sigue sin abrise

El mausoleo de Qin Shihuang permaneció olvidado y enterrado durante  2.000 años y aún hoy, la cámara funeraria y la tumba aún no han sido abiertas. El emperador dedicó cerca de 38 años a construirlo. Tiene 2,13 kilómetros cuadrados de superficie y, junto a otras 181 tumbas extendidas por la zona, cubre una superficie total de 60 kilómetros cuadrados y contó con la participación de más de 700.000 obreros.

El Gobierno chino no autoriza su excavación por miedo a que resulte dañado. Algunos expertos aseguran que las técnicas actuales no garantizan que se pueda conservar adecuadamente después de desenterrarlo. Otros creen que el descubrimiento está siendo frenado por algunos líderes políticos que no lo consideran económicamente rentable.

Si alguna vez saliera a la luz, podríamos hayarnos ante una de las nuevas maravillas del mundo, ya que si  se construyeron 8.000 guerreros para defenderlo debía ser realmente impresionante, un auténtico tesoro arqueológico que el historiador Sima Qian (años 145-90 antes de Cristo) describió así:  "el túmulo de Qinshihuang está rodeado de una reproducción de sus dominios, con ríos por los que fluye el mercurio, y una bóveda celeste con incrustaciones de gemas y perlas, que representan el sol, los planetas y las estrellas".