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Brown acude en "penitencia" a la casa de una votante a la que pillaron llamando "intolerante"

  • El primer ministro, incómodo por las preguntas de una tradicional votante
  • Sin darse cuenta del micrófono, dijo que el encuentro fue un "desastre"

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Desliz de Gordon Brown en la campaña electoral del Reino Unido

El desliz del primer ministro británico, Gordon Brown,  al llamar "mujer intolerante" a una votante que la había hecho preguntas incómodas cuando estaba hablando con sus asesores amenaza con marcar la campaña electoral británica, hasta el punto de que le ha obligado a acudir personalmente a la casa de la mujer para presentarle sus disculpas como "pecador penitente".

Rodeado de medios de comunicación que han seguido en directo la visita, Brown ha estado más de 40 minutos en el domicilio de Gilliam Duffy, en Rochdale, para mostrarle sus excusas por el comentario realizado, que fue grabado por Sky News y emitido por la BBC durante una entrevista con el primer ministro, que tuvo que disculparse en directo.

Los hechos se produjeron porque Duffy, de 65 años, comenzó a hacerle a Brown preguntas incómodas relacionadas con la inmigración, el crimen y la economía mientras hablaban en la localidad de Rochdale, en el norte de Inglaterra.

Parecía que todo iba a quedar ahí, en un intercambio de preguntas-respuestas del que Brown intentó salir correctamente.

Una votante "incómoda"

Sin embargo, al terminar y tras meterse en el automóvil oficial, Brown no se dio cuenta de que todavía tenía pinchado en el traje el micrófono de la cadena Sky News y se le escuchó decir que la conversación con Duffy había sido un "desastre".

"Fue un desastre, nunca me debieron poner con esa mujer. ¿De quién fue la idea? Es ridículo", se le escuchó decir al primer ministro mientras hablaba con un colaborador suyo en el coche.

Preguntado qué era lo que Duffy le había dicho, Brown contestó: "De todo, era una mujer intolerante".

Poco después de estas palabras, Brown escuchaba sus palabras durante una entrevista en la Radio 2 de la BBC mientras las cámaras captaban su imagen en el estudio hundido, sujetando su cabeza con las manos ante lo que estaba escuchando.

"Por supuesto que me disculpo si dije algo ofensivo", declaró pero tras escuchar sus palabras, la señora Duffy consideró que el tono no era de disculpa.

"Es una persona educada, ¿por qué utiliza palabras como esas". ¿Va a liderar este país y una mujer normal llega y le hace preguntas sobre como le gustaría a la mayoría, sobre por qué no está haciendo nada con la deuda nacional y si eso va a suponer años de altos impuestos...y le llama intolerante?", se quejaba.

La disculpa de Brown

Así las cosas, Brown volvió esta tarde a Rochdale, donde tuvo el 'encontronazo' con la mujer por la mañana, y ha llamado a la puerta de su casa, donde ha estado más de 40 minutos.

"Acabo de hablar con Gilliam. Estoy mortificado por lo ocurrido y le he presentado mi más sinceras disculpas. Malentendí lo que me dijo y ella ha aceptado que fue un malentendido y ha aceptado mis disculpas", ha declarado Brown ante una avalancha de medios.

"Algunas veces se dicen cosas que no quieres decir, algunas veces dices cosas por error y algunas veces dices cosas que quieres corregir rápidamente", ha añadido Brown, que se ha declarado "pecador penitente".

El peor momento

Los analistas coinciden en que el incidente llega en el peor momento para el candidato laborista, a una jornada del último debate electoral, que iba a tratar sobre economía.

"Creo que tendrá un impacto real, es vital para cualquier político demostrar que son la misma persona fuera de las cámaras que frente a ellas. Para Brown casi su última carta era decir 'confía en mí, soy un hombre honesto y hago todo lo que puedo por el país'", señala Andrew Hankins, director de la empresa de encuestras Comres.

"Un político en una posición más fuerte se habría recuperado de esto, pero sabemos que Gordon Brown no está en esa posición", ha añadido Andrew Russell, experto en Políticas de la Universidad de Manchester.

"Cuando pensaba que las cosas no podían ir peor para el Laborismo, de repente ocurre", ha concluido Hawkins en declaraciones a la agencia Reuters.