Enlaces accesibilidad

La policía británica ocultó más de 30 años que uno de sus agentes había matado a un manifestante

  • Este martes se ha hecho público el informe que narra cómo se ocultaron datos
  • Blair Peach murió de un golpe en la cabeza

Por

Blair Peach, de 33 años, murió tras ser golpeado en la cabeza durante una manifestación contra el Frente Nacional en Southall, al oeste de Londres en 1979.

Fue encontrado muerto tras un enfrentamiento entre los manifestantes y la policía.

Entonces, el informe que se cerró tras los hechos, concluyó con la afirmación de que "existe la sospecha grave de que un policía, identificado como Oficial E , esté implicado".

Pero la policía negó que alguno de sus agentes tuviera alguna relación con la muerte y el informe final que analizaba qué ocurrió no se hizo público.

Un documento oculto

A pesar de dicha sospecha y de que un total de catorce testigos afirmaron haber visto a la policía golpeando en la cabeza a Peach, las circunstancias de la muerte nunca llegaron a esclarecerse.

Desde su fallecimiento, los familiares de Peach han estado haciendo una campaña para  tratar de obtener una revisión del caso sobre la muerte de Peach y la publicación del informe, algo que siempre se había querido evitar.

El pasado 2009 el alto Comisionado de Policía londinense, Paul Stephenson, afirmó que estaba dispuesto a publicar el informe sobre la muerte del joven, pero sólo después de que hubiera sido comprobado por abogados.

Finalmente, el documento, escrito por el Comandante John Cass, un antiguo oficial, ha sido hecho público este martes.

Las conclusiones del informe

El informe concluye de esta forma: "Se puede concluir que un policía proporcionó el golpe fatal".

El problema está en que policías que acompañaban al autor de la muerte lo sabían y, tal y como determina el informe, "La actitud y la falsedad de algunos oficiales implicados es un factor determinante".

" Es comprensible que debido a los acontecimientos los oficiales estuvieran confundidos durante el día, pero alguno estaría en disposicón de contar lo que verdaderamente ocurrió", determina el informe.

Con estos datos, se confirman las sospechas que tenían los familiares sobre la implicación policial pero la justicia británica no revisará el caso a menos que, como afirma Paul Stephenson, se produzca algún hecho de suma importancia como una confesión.

Ahora, Deborah Cneles, del grupo que promueve la investigación, apela a Stephenson para que reconozca públicamente que un oficial de Policía londinense es el responsable de la muerte.

De momento, los familiares han logrado un paso importante: la publicación de un informe que la policía británica ha mantenido oculto durante más de 30 años.