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Hungría da un espectacular giro a la derecha

  • Como se prevía, el Partido Socialista ha sido castigado en la primera vuelta
  • El Fidesz obtiene el 53% de los votos. La ultraderecha irrumpe con mucha fuerza

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Viktor Orban celebra la victoria del Fidesz.
Viktor Orban celebra la victoria del Fidesz.

Hungría ha dado un esperado giro a la derecha con la aplastante victoria en las elecciones legislativas del conservador partido Fidesz, que ha obtenido el 52,7% de los votos, y la irrupción en el Parlamento de Budapest como tercera fuerza del ultraderechista Jobbik.

De esta forma, el ex primer ministro y líder del Fidesz, Viktor Orbán, logra volver al poder ocho años después de ser desbancado por el Partido Socialista MSZP, cuya gestión ha conducido al país a una profunda crisis económica y social.

El descontento ciudadano ha llevado a los socialistas a perder más de la mitad de sus votos en esta primera vuelta de los comicios parlamentarios de este domingo, y le relega a un distante segundo lugar con apenas el 19,3% de los votos.

Muy cerca de los socialistas se sitúa el Jobbik, conocido por su discurso xenófobo, con el 16,7% de los votos, según el recuento al 99,2%.

El cuarto partido que entrará en el Parlamento unicameral de Budapest serán el ecologista LMP, con el 7,4% de los votos. Según el Comité Electoral, la participación ha sido del 64,2% sobre un censo de unos ocho millones.

Segunda vuelta importante

El complejo sistema electoral de Hungría prevé una segunda vuelta  dentro dos semanas para aquellas circunscripciones en las que no ha  habido un ganador con más del 50% de los votos.

En esa segunda ronda, el 25 de abril, se decidirá si el Fidesz (Alianza de Jóvenes  Demócratas),  logra hacerse con la mayoría de dos tercios en el Parlamento  unicameral de 386 escaños.

Con esos poderes, insólitos en la historia democrática del país, los conservadores podrían enmendar la Constitución, adoptar reformas como la reducción del elevado número de escaños en el Parlamento, o cambiar el actual sistema electoral.

La victoria del Fidesz estaba prevista por todas las encuestas y los analistas políticos locales, ya que los socialistas perdieron gran parte de su apoyo social debido a varios escándalos políticos y a la mala situación económica del país.

Los resultados demuestran que  el pueblo húngaro quiere cambios dramáticos y profundos

Orbán ha dicho ante sus seguidores que "los resultados demuestran que  el pueblo húngaro quiere cambios dramáticos y profundos". En concreto, el partido conservador ha mejorado su resultado de la primera vuelta del año 2006 en más de nueve  puntos porcentuales.

Simultáneamente, los ultraderechistas del Jobbik ("el mejor"), liderados por el joven Gabor Vona, de 31 años, se han aprovechado de la crisis para incrementar su popularidad con un discurso populista y abiertamente racista y antisemita.

Efectos de la crisis

Las elecciones han supuesto un severo castigo al Gobierno socialista, que ha perdido más de 20 puntos de apoyo popular tras una legislatura marcada por la crisis financiera.

El país, miembro de la Unión Europea desde el 2004, se vio obligado a pedir en octubre del 2008 un crédito de unos 20.000 millones de euros para evitar la bancarrota y que provocaron la dimisión del primer ministro, el millonario  popular Ferenc Gyurcsany.

Su sustituto, el economista tecnócrata Gordon Bajnai, puso en marcha las reformas impuestas por el Fondo Monetario  Internacional (recorte de prestaciones sociales, subida del IVA, congelación del salario de  los funcionarios y retraso de la edad de jubilación).

En realidad, la caída en picado del Gobierno de izquierda comienza  apenas unos pocos meses después de las anteriores elecciones (2006),  cuando se conoció una polémica grabación en la que el entonces jefe de  filas de los socialistas admitía  haber mentido sobre la situación del país para ganar.

Entonces se produjeron masivas protestas antigubernamentales y los  disturbios más graves en el país en cincuenta años, desde la entrada de  las tropas comunistas del Pacto de Varsovia por los intentos húngaros de  abrir el régimen comunista.

Desde entonces, la derecha ha pedido de  manera insistente elecciones  anticipadas ante la negativa del Gobierno, que también se vio envuelto en varios escándalos de corrupción.