Enlaces accesibilidad

El infierno en las aulas: "Me tiró contra la mesa mientras me gritaba te voy a matar hija de p..."

  • El 9% de los docentes que llaman al Defensor del Profesor sufre agresiones
  • Aumentan de forma "alarmante" los conflictos con los padres de los alumnos
  • Seis de cada cien hablan de abandonar incluso su vocación

Por

Llaman completamente angustiados, en un "estado de indefensión". "Al otro lado del teléfono, escuchamos sollozos, incluso de hombres. Algunos están con depresión, medicados por ansiedad".

Son los docentes que marcan el número del defensor del profesor, el 91 522 08 27. El curso pasado lo hicieron más de 3.500 según los datos de la memoria que ha hecho pública esta semana el sindicato ANPE.

"No hay un perfil definido, los hay de todas las edades, que llevan muchos años o que acaban de empezar", explica a RTVE.es Inmaculada Suárez Valdés, una de las psicólogas que atienden el teléfono.

Los testimonios que recoge la memoria son espeluznantes: "Me encuentro abatida. Ayer en clase, una alumna de 3º de la ESO me dio un fuerte empujón tirándome contra la mesa mientras me gritaba fuera de sí: "cuando te pille por la calle te voy a matar hija de p...". No he podido dormir.  Acudir a clase me ha supuesto un gran esfuerzo, me sabía observada por el resto de los alumnos.  Sólo tengo ganas de llorar".

Otro profesor explicaba así su angustia: "No sólo recibí empujones y puñetazos, sino que además estos se llevaron a cabo delante de mi hijo, alumno también del centro, mientras la agresión era grabada con un móvil. Todavía creo que es un sueño, más bien una pesadilla y no alcanzo todavía a comprender que me haya visto envuelto en semejante situación".

El 9% de las llamadas que recibió el pasado curso 2008-2009 el Defensor del Profesor eran de docentes que habían sufrido agresiones por parte de los alumnos como los casos anteriores.

Seis de cada cien hablan de abandonar

La mayoría, no obstante, son por problemas para dar clase (34%), faltas de respeto (22%), acoso y denuncia de los padres (20%) o denuncias de los progenitores (19%). Seis de cada cien llegan a hablar de abandonar la profesión.

"Te llaman completamente indefensos. Se sienten que no están  amparados, que no les respalda nadie. En esa situación se bloquean, no  ven la salida", explica Inmaculada a RTVE.es.

"Hay que ponerse en su lugar, viviendo día a día ese estrés laboral.  Es normal que influya en su salud". El 47% llama con ansiedad, el 21%  está con depresión y el 14% están directamente de baja laboral.

Problemas para dar clase

Uno de los docentes contaba en el teléfono sus problemas para dar clase: "Empujó de una patada su mesa que fue a estamparse contra la pared a la vez que me insultaba llamándome entre otras cosas gilipollas. Cuando le envié fuera de la clase su respuesta fue, además de un fuerte portazo, que se iba pero que seguiría sentándose donde le saliera del culo".

Aún así el porcentaje de llamadas por dificultades para explicar la lección están disminuyendo. Inmaculada Suárez Valdés cree que tiene que ver, en el caso de Madrid, con el Decreto 15/2007 sobre convivencia en los centros docentes. [consulta el decreto en pdf]

Esta normativa permite tomar medidas directamente contra el alumno que está entorpeciendo las clases, en lugar de tener que esperar semanas a una decisión. Además, apunta esta psicóloga, establece que quien hace un desperfecto, como quemar una papelera o pintar una pared, lo paga.

"Los propios alumnos agradecen estas medidas" que permiten que puedan seguir recibiendo clases, "no así los padres de los alumnos conflictivos".

Aumentan los problemas con los padres

Según denunciaba ANPE esta semana "se ha producido un alarmante repunte de los conflictos y agresiones cuyos protagonistas son los padres de los alumnos".

"Los padres nos hemos vuelto superprotectores. Ante la falta de tiempo se quiere suplir esa situación diciéndole a tu hijo yo te quiero mucho, da igual lo que hagas, yo siempre de tu lado", explica la psicóloga.

Inmaculada Suárez Valdés apunta que antes los alumnos podían bailar en clase, tirar tizas, que no pasaba nada. Ahora si se les expulsa vienen los padres a pedir explcaciones al docente.

Agredida porque el niño se cayó en el patio

La psicóloga del teléfono del Defensor del Profesor recuerda uno de los casos que han recibido. Una profesora fue agredida porque un niño se cayó simplemente en el patio y se hizo un raspón en la rodilla, que la maestra le limpió y curó.

Esta maestra de Infantil lo relataba así: "Por la tarde se personaron en el centro el padre y la madre del niño gritándome, culpabilizándome de que el niño se había caído porque yo me había descuidado en la vigilancia de su hijo, asegurando que yo no le había atendido ni curado su herida (...). De nada sirvió que una de mis compañeras intentara calmarles diciéndoles que ella había visto como yo curaba al niño.  El padre me agarró fuertemente del brazo, tan fuerte que me dejó señal, mientras me amenazaba con denunciarme y después de zarandearme me dio un fuerte empujón contra la pared".

Profesores escoltados por compañeros

Inmaculada Suárez Valdés cuenta que, sobre todo en los pueblos, algunos profesores tienen que enfrentarse a las familias de los alumnos cuando salen del centro: "les rodean cuatro o cinco miembros, les insultan, les amenazan, llegan a sentir miedo".

En el caso de las ciudades, también se produce este acoso. "Les persiguen después de que les han amenazado de muerte. Hay que coger el metro o el tren y tienen que ser escoltados por otros compañeros, pero esta situación es insostenible".

La salida pasa por la implicación de toda la sociedad, también los padres a través de los consejos escolares de los centros. Si un alumno que sufre el acoso de sus compañeros ve que ni siquiera al profesor se le respeta, cómo va a pedir ayuda, se pregunta Inmaculada.

Mientras llega o no esa solución, la recomendación es clara: denunciar nada más que se produzcan los hechos y si hay lesiones acudir al médico.