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Desde los perros a las cámaras térmicas, cómo se rescata a los supervivientes de un terremoto

  • Los primero es analizar dónde pueden haber quedado huecos con aire
  • Los perros señalan los lugares en los que hay gente enterrada viva
  • Antes de intervenir hay que asegurar las estructuras con puntales

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Miembros de la ONG valenciana Intervención, Ayuda y Emergencias buscan víctimas vivas entre los escombros de Puerto Príncipe
Miembros de la ONG valenciana Intervención, Ayuda y Emergencias buscan víctimas vivas entre los escombros de Puerto Príncipe.

Aparatos que detectan el sonido del más leve movimiento o la concentración de dióxido de carbono que se exhala al respirar, cámaras térmicas que diferencian la temperatura del cuerpo humano de la de los escombros... Y sobre todo, los perros, la "joya" de los equipos de rescate de personas atrapadas tras un terremoto.

Han pasado ya de largo las 72 horas críticas para encontrar supervivientes bajo los escombros de Haití, devastada por un seísmo de magnitud 7 el pasado martes a las16:53 horas locales, las 22:53 en España, dejando entre 40.000 y 50.000 muertos, según la OMS.

Pero aún hay esperanza de encontrar a supervivientes tras rastrear el 60% de las zonas afectadas. Desde la oficina humanitaria de Naciones Unidas, la OCHA, insisten en que es posible encontrar vida "hasta seis días después". El plazo espira este lunes.

El reloj corre en contra de los 43 equipos de rescate que se han desplazado hasta Haití con 1.739 miembros y 161 perros especializados, pero los milagros aún suceden. Un joven estudiante ha sido rescatado 97 horas después de la peor catástrofe a la que se ha enfrentado la ONU.

Cómo se organiza un rescate

Pero, ¿cómo se realiza un rescate? ¿Qué herramientas tienen los bomberos para localizar a los supervivientes?

El inspector del Cuerpo de Bomberos de Madrid José Ramón Peribáñez explica a RTVE.es que lo primero que se hace cuando se llega al lugar de la catástrofe es ponerse "bajo el paraguas" de Naciones Unidas que establece un puesto de mando avanzado desde el que se coordinan todas las acciones.

Tras sectorizar las zonas en las que se va a trabajar, lo primero es evaluar las zonas en las que es más probable que pueda haber gente con vida. Los huecos con aire suelen quedar en las cajas de las escaleras o bajo las grandes vigas de hormigón.

Peribáñez subraya que hay que "empatizar con las víctimas" y pensar cuál puede ser su comportamiento en un momento de pánico para buscar en las zonas donde es más fácil que se hayan refugiado si les dio tiempo.

Antes de intervenir, se hace un estudio del estado de las estructuras y se apuntalan si es necesario para trabajar con seguridad.

Los perros, la "joya" de los rescatadores

Los equipos BREC (Búsqueda y Rescate en Estructuras Colapsadas) utilizan varias herramientas tecnológicas, pero la "joya" son los perros adiestrados para buscar el rastro de personas vivas debajo de los escombros.

Así lo explica a RTVE.es desde Valladolid Ángel Barcenilla, un bombero que forma parte del grupo Gebocyl, cuyos compañeros rescataron el pasado viernes al pequeño Redjeson tras 48 horas sepultado en Puerto Príncipe.

Barcenilla subraya que uno de los métodos más utilizados es el Arcón, que ideó un bombero de Sevilla. Al animal se le da la orden de búsqueda, de localizar mediante el olfato a personas vivas, pero "el perro es autónomo, no se le indica por donde tiene que ir", se le deja actuar.

Para la detección de supervivientes se utilizan además una serie de aparatos:

  • TPL (Trapped Person Locutor)

Son unos aparatos que sirven para localizar personas a través de sensores de movimiento, que detectan vibraciones a muy baja frecuencia. "La gente cuando está viva hace ruido, voces o rasquidos" que pueden detectarse, explica Barcenilla.

Se les puede cologar un altavoz y un micrófono para contactar oralmente con un sepultado que "esté a una profundidad de entre seis o siete metros".

  • Detectores de dióxido de carbono

Sirven para localizar a gente viva pero que esté inconsciente. Con estos aparatos se puede medir la concentración de dióxido de carbono que hay en el aire y saber si la concentración obedece a la presencia de una víctima que aún respira.

  • Cámaras térmicas

Estas cámaras permiten detectar "el contraste de temperatura que hay entre la víctima y su entorno", explica el inspector del Cuerpo de Bomberos de Madrid. No sólo sirven para detectar a sepultados de un terremoto. En el caso de un incendio en un lugar lleno de humo, permiten saber donde están las personas y dónde el fuego. Hay cámaras con infrarrojos, de visión nocturna...

  • Cámaras con brazo flexible

Para poder ver qué hay en lugares más inaccesibles existen cámaras con un brazo flexible articulado que puede introducirse a través de grietas.

Los equipos de rescate cuentan también con otro tipo de instrumental como picos, palas, mazas, martillos neumáticos... para poder acceder al lugar donde se sabe que está la persona viva. Muchas veces es necesario cortar el hormigón o hierros.

Comprobar la seguridad de las estructuras

Antes de todo, los bomberos deben evaluar el estado en el que están las estructuras que se han derrumbado y asegurarse de que es seguro trabajar en la zona.

Según Peribáñez se analiza la existencia de sustancias o gases peligrosos con unos aparatos llamados tubos colorímetros.

Puede ser necesario apuntalar las estructuras para reforzarlas. Otras veces, como señala Barcenilla es necesario entibar el acceso si el "escombro está muy suelto".

Cuando se aborda una zona, los equipos también diseñan planes de evacuación por si tienen que salir corriendo porque la estructura se venga a abajo. Es importante saber hacia dónde tiene que ir cada uno, apunta Peribáñez.

En el rescate de personas atrapadas se trabaja junto a personal sanitario, que puede tener que poner una vía a la víctima antes incluso de que se la excarcele del todo.

El rescate de personas atrapadas es un trabajo de equipo para arrancar de los brazos de la muerte a los que aún permanecen con vida bajo los escombros. Una labor que se hace con el reloj en contra. En Haití queda ya muy pocas horas.