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La reforma sanitaria da un paso histórico en EE.UU.

  • El Comité de Finanzas del Senado aprueba el proyecto por 14 votos a 9
  • La senadora republicana, Olympia Snowe, da su apoyo a los demócratas
  • Es la primera vez que la reforma sanitaria llega tan lejos en este país
  • No obstante, aún precisa superar la votación del pleno del Senado y de la Cámara Baja

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La reforma sanitaria que impulsa Obama ha dado un paso de gigante este martes 13 de octubre. El Comité de Finanzas del Senado ha dado el visto bueno al proyecto. Nunca se había llegado tan lejos desde que el presidente Theodore Roosevelt propusiera algo parecido a principios del siglo pasado

Ha sido por 14 votos a 9, uno más de la mayoría demócrata en el comité. El margen a favor es también un buen augurio ya que el proyecto ha contado finalmente con el respaldo de la senadora republicana por Maine, Olympia Snowe. De esta forma, la reforma sanitaria cuenta por fin con apoyo de ambos partidos, aunque sea por la mínima.

Un largo trayecto por delante

Con todo, es un poco pronto para lanzar las campanas al vuelo. Este proyecto de reforma sanitaria tiene un coste de 829.000 millones de dólares durante los próximos diez y aspira a cubrir al 94% de los estadounidenses. En la actualidad, una sexta parte de la población carece de cobertura sanitaria.

La versión del Comité de Finanzas tendrá que ser armonizada con la que aprobó el Comité de Salud antes de que el texto final sea sometido a votación en el pleno del Senado.

A su vez, la del Senado tendrá que reconciliarse con la que finalmente apruebe la Cámara de Representantes, donde tres comités han dado el visto bueno a sendas versiones pero aún no hay consenso para un texto definitivo ni fecha para su voto final.

Discrepancias por todos los lados

Y todas esas "armonizaciones" tienen que superar las profundas discrepancias que existen entre los congresistas sobre el alcance de la reforma sanitaria, su coste y su financiación. Con respecto a esta última, el Senado pretende sufragar los costes con una tasa a las aseguradoras sobre sus pólizas más caras. En cambio, la Cámara de Representantes quiere imponer un nuevo impuesto a los más ricos.

Y eso es sólo la mitad de la historia. El proyecto del Comité de Finanzas no incluye la llamada opción pública, una cobertura sanitaria gestionada por el Gobierno. Republicanos, aseguradoras, farmacéuticas y hospitales se oponen a la entrada del Estado en el negocio y tildan la opción de "socialista".

En cambio, esta opción pública es condición sine qua non para los sectores liberales del país. El pasado jueves, una treintena de senadores demócratas, entre ellos Bob Menéndez, firmaron una carta dirigida al líder de la mayoría, Harry Reid, en la que exigían que el proyecto definitivo del Senado incluya la "opción pública". Obama ha terciado diciendo que esa opción pública es "preferible pero no indispensable".