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La banca mundial rechaza poner límites a la remuneración de sus directivos

  • La mayor asociación bancaria del mundo, IIF, rechaza la propuesta del G-20
  • No obstante, reconoce su parte de culpa en la crisis
  • Sí está dispuesta a cambios de normativa como aumentar el capital de reserva
  • Piden a los gobiernos que no retiren prematuramente las medidas de estímulo

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La mayor asociación de banca del mundo ha rechazado la iniciativa de algunos miembros del G-20 de poner límites a la remuneración de sus directivos, aunque sí apoya otras reformas del sistema de compensación.

El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, en inglés), que representa a más de 370 entidades, ha divulgado una carta dirigida al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la que reconoció su responsabilidad en la parte que le toca de la actual crisis.

"La industria de servicios financieros es muy consciente de que puntos débiles y fallas en algunas de nuestras prácticas empresariales contribuyeron a una crisis grave y costosa", afirma la misiva.

En ella aceptan un cambio en la normativa que obligue a las entidades financieras a aumentar el capital de reserva para responder a un cambio en las condiciones del mercado.

Ésa es una de las principales iniciativas que tratarán los jefes de Estado del G-20 cuando se reúnan la próxima semana en Pittsburgh (Pensilvania, EEUU) junto con las nuevas normas sobre la remuneración a los banqueros.

En este ámbito, Charles Dallara, director gerente del IIF, ha dicho en una rueda de prensa que el grupo se opone a imponer "límites rígidos a los salarios". "Creo que no es factible ni deseable intentar abordar el tema de la compensación desde el prisma particular de la moral de cada uno", ha añadido Dallara.

Tirón de orejas de Obama

Poco después de la conferencia de prensa, Obama daba un tirón de orejas a los miembros del IIF desde Nueva York: "Hay algunos en la industria financiera que están malinterpretando la situación", ha afirmado el presidente en un discurso para recordar el hundimiento hace un año del banco de inversión Lehman Brothers, en el cual señaló que algunos no han aprendido la lección de esa quiebra.

Por su parte, el IIF negó en su carta que haya habido una vuelta a las prácticas del pasado.

La institución acepta que la remuneración de los directivos de los bancos se vincule a las ganancias a largo plazo y que pueda pedirse su devolución si el desempeño de las empresas empeora, al tiempo que se opone a las bonificaciones garantizadas durante varios años, según ha dicho Yusuke Horiguchi, su economista jefe.

Actualmente la mayoría de las firmas premian a los operadores financieros por las ganancias a corto plazo, lo que fomenta la toma de riesgos excesivos, que pueden generar beneficios altos inmediatamente pero aumentan la vulnerabilidad de la empresa si el sentimiento del mercado cambia.

El G-20, por las limitaciones

En la cumbre del G-20, el Consejo de Estabilidad Financiera, que reúne a bancos centrales del mundo, presentará una propuesta para la reforma del sistema de remuneración. Francia es la principal impulsora de que se ponga un límite a las bonificaciones que reciben los ejecutivos del sector bancario, pero esa idea ha sido recibida fríamente por algunos otros países, particularmente Reino Unido y Estados Unidos.

En su carta, el IIF recomendó a los gobiernos no retirar "de forma prematura" las medidas de estímulo económico adoptadas para impedir que la recesión se convierta en una depresión.

Dallara ha señalado que el sistema financiero continúa "frágil", pues los títulos "tóxicos" que dieron origen a la crisis continúan en los sótanos de los bancos y la pila podría aumentar si empeora el mercado de los inmuebles comerciales en Estados Unidos, como algunos temen.

Aún así, el Instituto ha pedido a los gobiernos que elaboren desde ya estrategias para retirar las medidas de expansión fiscal y monetaria, con el objetivo de convencer a los inversores de que hay un plan de acción.