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La vida con un corazón artificial

  • Un paciente sobrevive gracias a un corazón artificial mientras lleva un trasplante
  • Tiene unas baterías y dos ventrículos que sustituyen a los suyos dañados
  • Los donantes jóvenes son menos por la reducción de los accidentes de tráfico

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El descenso de los accidentes de tráfico ha supuesto también menos donaciones

Nacho López es uno de los pacientes en espera para un trasplante de corazón. Pero mientras aguarda que llegue el donante adecuado se sirve de un corazón artificial dotado de unas baterías y dos ventrículos, que sustituyen a los suyos dañados. La incomodidad y el ruido continúo que hace la membrana cuando bombea el aire no son inconveniente para Nacho, que ve en este corazón su única opción.

El corazón artificial le permite no sólo dormir bien o dar un simple paseo, acciones que anteriormente no podía realizar con facilidad, sino también esperar en casa el trasplante que necesita hasta que aparezca el donante adecuado.

Sin embargo, "el número de donantes jóvenes se ha reducido mucho, por el descenso de los accidentes de tráfico, lo que hace que las esperas sean más largas", según afirma Luís Alonso Pulpón, jefe de cardiología del hospital Puerta de Hierro de Madrid.

Este corazón artificial por ahora sólo es para enfermos pendientes de transplantes pero en el futuro se quiere implantar también a personas mayores.