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La occidentalización es catastrófica para la salud de los pueblos indígenas

  • Incrementa los casos de obesidad, dolencias cardiovasculares y diabetes tipo 2

Las precarias condiciones de vida se ceban sobre todo con los ni

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La occidentalización del estilo de vida es catastrófica para la salud de los pueblos indígenas, que en los últimos años han experimentado un fuerte incremento en los casos de obesidad, dolencias cardiovasculares y diabetes tipo 2.

Así lo refleja un informe publicado en el último número de la revista médica 'The Lancet', que alerta también del aumento de los problemas físicos, sociales y mentales que aquejan a estas poblaciones derivados del consumo de alcohol y drogas.

Los profesores Michael Gracey, miembro de la ONG Unity of First People of Australia, y Malcolm King, de la Universidad de Alberta (Canadá), explican que las condiciones en las que viven los 400 millones de indígenas del planeta suelen implicar unos niveles sanitarios muy pobres y que el contacto con los modos de vida de la sociedad occidental no han hecho más que empeorarlos.

Gracey y King centraron su estudio en la población aborigen de Australia, pero consideran que sus conclusiones son extensivas a la mayor parte de pueblos indígenas del mundo que, en su opinión, "deberían ser animados a asumir la responsabilidad en lo que se refiere a los asuntos que afectan a su salud".

Estos expertos constataron que las precarias condiciones de vida, la malnutrición y las infecciones se ceban especialmente en los niños de estos pueblos, que presentan con frecuencia problemas auditivos, deficiencias dentales, tracoma, diarrea e infecciones respiratorias.

Estos menores también están expuestos a enfermedades prácticamente erradicadas en el primer mundo gracias a los programas de vacunación, como el sarampión, las paperas, la difteria, la rubeola, la tos-ferina y el tétanos.

Otro grupo poblacional sensible son las mujeres embarazadas, que durante la gestación se ven sometidas a un exceso de esfuerzo físico y sufren anemia, infecciones del tracto urinario y diabetes gestacional, dolencias que no son atendidas médicamente.

El informe hace hincapié en que "la occidentalización de los pueblos indígenas ha causado un aumento alarmante de las enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida".

Las dietas con exceso de calorías, grasas y sal, combinadas con una menor actividad física y una predisposición genética, han causado, por ejemplo, que un 40% de los adultos aborígenes del noroeste de Australia tenga diabetes, un porcentaje que supera el 60% entre los mayores de 35 años.

Entre los niños indígenas de esa región son frecuentes los casos de sobrepeso o resistencia a la insulina en edades tan tempranas como los 5 años, mientras que entre los aborígenes menores de 17 años la tasa de diabetes es 18 veces superior a la que se registra en el resto de la población de la misma edad.

"De manera alarmante, las enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida se están incrementando un 25% en cada década. Es algo que se está convirtiendo en una catástrofe para la salud pública a escala internacional", se dice en el informe.

Gracey y King afirman que la solución pasa por adoptar medidas urgentes en materia de asistencia sanitaria a mujeres y niños, fomentar programas saludables de nutrición y prevenir y tratar las enfermedades infecciosas y las derivadas de los cambios de hábitos.