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Segundo ensayo norcoreano asfixia el diálogo a seis auspiciado por Pekín

  • Analistas chinos creen que el diálogo entre las dos Coreas, EEUU, Rusia, Japón y China está muerto
  • El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene previsto reunirse hoy mismo a petición de Japón
  • Los observadores están a la espera de ver cuál será en esta ocasión la actitud de China
  • Hasta Pekín ha sido el principal suministrador y valedor de Corea del Norte, junto con Moscú
  • Ambos países han bloqueado sanciones estrictas del Consejo contra el régimen de Kim Jong-il
  • Se trata de la segunda provocación de Pyongyang contra la nueva administración de EEUU

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Analistas chinos consideran que el segundo ensayo nuclear norcoreano deja el diálogo multipartito entre las dos Coreas, EEUU, Rusia, Japón y el país anfitrión, China, prácticamente moribundo, después de meses de estancamiento.

"En términos generales, el diálogo a seis bandas está casi muerto", señaló a Efe Shi Yinhong, catedrático de Política Internacional de la Universidad Popular de China. El profesor agregó que, aunque este formato "ha obtenido algunos logros en el pasado, hasta ahora no ha sido demasiado exitoso".

El régimen de Kim Jong-il aseguró éste lunes que ha llevado a cabo con éxito su segunda prueba nuclear, después de la primera, realizada en octubre del 2006, que le acarreó sanciones internacionales.

Reunión urgente de la ONU

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene previsto reunirse hoy mismo a petición de Japón, según ha informado Rusia, y los observadores están a la espera de ver cuál será en esta ocasión la actitud de China, principal suministrador y valedor de Corea del Norte, que, junto con Moscú, ha bloqueado sanciones estrictas del Consejo contra el régimen de Kim Jong-il. "Todavía no tenemos información", reiteró a Efe la Cancillería china al ser preguntada por su reacción a la prueba nuclear.

Es de esperar que Pekín vuelva a oponerse a aplicar sanciones y dejar así la puerta abierta para que su protegido regrese al diálogo multipartito, pero es difícil predecir cuál va a ser su postura en el Consejo, donde tiene derecho a veto, y cuál es en realidad su influencia sobre el régimen estalinista, señalan los expertos.

"China va a aferrarse al principio de no proliferación", opinó el profesor Shi, pero es difícil decir si apoyará o no nuevas sanciones. Quizás defienda que con las aplicadas en 2006 (tras el primer ensayo) es suficiente", agregó Shi. El profesor cree que "a China le preocupan más las relaciones bilaterales que el diálogo a seis".

Desafío a Obama

Se trata de la segunda provocación de Pyongyang contra la nueva administración del presidente de EEUU, Barak Obama, después del lanzamiento de un cohete en abril, y un nuevo revés para el formato a seis, estancado por enésima vez desde el año pasado.

China, que comparte 1.416 kilómetros de frontera con Corea del Norte, teme que el régimen dictatorial de Kim Jong-il se desplome causando una avalancha de refugiados políticos en su territorio.

Sin embargo, otros analistas locales consideran que el diálogo a seis, iniciado en 2003 y que hasta ahora sólo arrancó de Pyongyang el compromiso de desarme a cambio de reconocimiento político y abastecimiento, se mantendrá. "Creo que el diálogo a seis va a continuar, porque Japón está muy interesado en mantener este formato", declaró a Efe Sun Jianhong, experto en Asia del Instituto de Relaciones Internacionales chino.

"Quieren ser una potencia nuclear"

Algunos informes estadounidenses indican que el programa nuclear norcoreano ha alcanzado unas dimensiones mayores que el iraní, ya que sus misiles de corto alcance podrían transportar cabezas nucleares hasta Japón y Corea del Sur.

Aunque Pyongyang se comprometió a desmantelar su programa hace dos años, su necesidad de negociar con otras potencias en igualdad de condiciones ha supuesto un cambio de postura: "Quieren ser una potencia nuclear", concluyó el catedrático Shi.

Fuentes diplomáticas surcoreanas han informado a la agencia de noticias Yonhap de que el régimen de Kim Jong-il avisó hoy con anticipación a Pekín de que iba a llevar a cabo su segundo ensayo nuclear, después de que el primero supusiera para China una pérdida de imagen internacional tras defender estos años el diálogo a seis.