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Obama califica de "hito" el plan del G-20, pero advierte de que no es suficiente

  • El presidente de EE.UU. está "orgulloso" del nivel "sin precedentes" de medidas acordadas
  • Deestaca que hace años lograr este tipo de pacto era impensable
  • Advierte que la salida de la crisis dependerá del éxito de los planes de estímulo nacionales
  • Dibuja un nuevo tipo de liderazgo, basado en reconocer errores y buscar salidas comunes

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Obama, durante la rueda de prensa posterior a la cumbre del G-20.
Obama, durante la rueda de prensa posterior a la cumbre del G-20.

Un "hito"  en el que el mundo ha respondido con un nivel sin precedentes de medidas exhaustivas y coordinadas. Con estas palabras ha calificado el presidente de EE.UU., Barack Obama, los resultados de la cumbre del G-20 en Londres, pero con una advertencia: "no es suficiente".

De esta forma, Obama ha querido contrastar dos sensaciones contrapuestas en su primera gran cumbre internacional importante en el cargo: por un lado, el hecho de haber logrado un acuerdo unánime fruto de una nueva manera de ver la diplomacia por parte de su país. Por otro, el hecho de que su apuesta por un plan de estímulo mundial ha quedado postergada ante la negativa de la Europa continental.

"Este tipo de coordinación es histórica realmente, hace 10, 20, 30 años imaginar a todos estos líderes, antiguos rivales mortales, negociando de manera tan fluída para mejorar la economía global habría sido una locura", ha considerado Obama, que está "orgulloso" del resultado final de la cumbre.

Según Obama, "hemos adoptado medidas osadas para apoyar a los países en desarrollo", que incluyen la triplicación del mecanismo de préstamo del Fondo Monetario "para aumentar el poder adquisitivo y expandir los mercados en cada país".

Asimismo, ha asegurado, "hemos rechazado el proteccionismo que podría agravar esta crisis".

Para el presidente estadounidense, las medidas aprobadas también comprometen a la reforma "exhaustiva" de un sistema regulador fracasado.

Defensa de los planes de estímulo

Sin embargo, le ha quedado una espina muy clara: el rechazo de los líderes europeos a un nuevo plan de estímulo. Por eso, ha querido dejar claro que en esta reunión del G-20 no será por sí sola una solución a la crisis.

"La manera en la que cada acción lidie con su crisis es importante, cómo desarrolle sus planes de estímulo", ha querido puntualizar el presidente estadounidense,  que cree que el acuerdo de este jueves sienta las bases para que en caso de que las acciones individuales no tengan éxito se puedan corregir a nivel internacional.

"Cada país tiene sus propias peculiaridades, cosas que les son totalmente importantes y no negociables. Lo que hemos intentado hacer es acomodar esos temas, de manera que no quedara perjudicado el resultado final", ha reconocido Obama, que ha querido dejar claro que ha acudido a la cumbre "a escuchar, a aprender, pero también a liderar".

Un nuevo liderazgo

Precisamente, buena parte de la comparecencia del presidente estadounidense ha estado centrada en explicar cómo será ese nuevo liderazgo de EE.UU. en la política exterior.

"No me creo esa idea de que EE.UU. no pueda tener un liderazgo mundial, sólo pienso que en un mundo tan complejo es muy importante que podamos labrar alianzas en vez de dictar soluciones", ha puntualizado.

Ese nuevo liderazgo supone reconocer, por ejemplo, que el origen de la crisis está en Wall Street, y que lugares como Europa, China o India se están convirtiendo en nuevos centros del poder mundia.

"Es bueno, porque significa que hay millones de personas que están saliendo de la pobreza", ha sentenciado Obama, que ha anunciado que propondrá al Congreso de EE.UU. doblar la ayuda alimentaria de urgencia para los países que peor lo están pasando con la crisis, especialmente África y América Latina.