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'El monstruo de Amstetten' espera su veredicto tras declararse culpable

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El 'monstruo de Amstetten' espera la sentencia tras declararse culpable de todos los cargos

"Me reconozco culpable", ha admitido el jubilado de 73 años cuya sentencia se hará pública probablemente este jueves. Culpable de todos los cargos, incluido el de asesinato por omisión de socorro. Ese ha sido el inesperado cambio de actitud de Josef Fritzl durante el proceso que le juzga, una asunción de culpabilidad que podría acarrear una reducción de su condena.

Fritzl, el austríaco que mantuvo secuestrada a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano y tuvo siete hijos con ella, ha cambiado su declaración inicial al parecer, motivado por el testimonio de ésta, que a través de un vídeo ha relatado su dramática experiencia. Según el abogado de Fritzl, Rudolf Mayer, las palabras de Elisabeth han "destrozado" las emociones del padre. "Creo que se ha quedado realmente tocado. Ha visto a su hija en el vídeo por primera vez y creo que esto ha podido provocar su cambio".

En cuanto al veredicto Mayer ha dicho que su cliente "espera la cadena perpetua y, después de eso, su reclusión en una institución mental".

Por su parte, el portavoz del Tribunal, Franz Cutka, ha explicado que, según la ley austríaca, una confesión puede acarrear una reducción de la condena, pero "todo depende de si el jurado y los jueces se toman la confesión como un atenuante".

Declaración psicológica

El psiquiatra Adelheid Kastner, ha recomendado al tribunal que el 'monstruo de Amstetten' sea internado en una clínica mental, ya que considera que necesita tratamiento para evitar que repita su comportamiento.

En declaraciones a la BBC a la salida del tribunal, Kastner ha afirmado que Fritzl "seguirá siendo la misma persona y el camino para controlarlo cambiará con sus capacidades psíquicas, pero sus necesidades continuarán siendo las mismas". "Se le tiene que enviar a prisión cuando no sea un peligro para otros", ha añadido.

Aún así, explicó que no cree que Fritzl sea un enfermo. "Lo que he dicho al tribunal es que el señor Fritzl nunca ha estado enfermo mentalmente y que siempre ha estado sano en el sentido legal de la palabra, que siempre ha podido distinguir entre el bien y el mal y que siempre ha sabido que lo que hacía estaba mal", indicó.

En su opinión, el acusado ha tenido la irresistible necesidad de "dominar y controlar" y que en su infancia fue un niño no querido, por lo que es "emocionalmente deficiente", aunque sí muy inteligente, y que creció con la determinación de tener a alguien que le perteneciera sólo a él.