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Raúl Castro prepara una nueva política exterior con su renovadísimo equipo, según los expertos

  • El presidente cubano ha realizado la reestructuración más profunda en cuatro décadas
  • Con el cambio de canciller explorará nuevas relaciones con la administración Obama
  • Los expertos se interrogan por cómo afectará al esperado plan de apertura del régimen
  • La oposición sólo advierte que los recambios son más viejos y hay más militares

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A la izquierda, el nuevo ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez
A la izquierda, el nuevo ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez

El primer gran cambio de Gobierno de Raúl Castro, que se ha saldado con las cabezas de dos puntales del régimen, parece destinado a preparar a Cuba para una nueva etapa de relaciones internacionales, según los expertos. No obstante, son muchas las especulaciones sobre esta remodelación de una amplitud desconocida desde la primera época de la revolución.

El relevo del ministro de Exteriores, Felipe Pérez Roque, y del secretario (jefe) del Gabinete, Carlos Lage, se produce un año y sólo unos días después de que Raúl accediera oficialmente al poder en sustitución de su hermano Fidel, que enfermó en julio del 2006. La mayoría de los analistas cree que con esta decisión, el benjamín de los Castro rompe sus ataduras con el equipo heredado.

"Parece que Raúl se ha rodeado de su propia gente", ha señalado a la CNN Wayne Smith. El ex responsable de la Oficina de Intereses Comerciales de Estados Unidos en La Habana en los años setenta también ha destacado que esta reestructuración es la más grande que se recuerda desde hace cuatro décadas en la isla.

Nuevo escenario internacional

El corresponsal de El País, Mauricio Vicent, expresa su "sorpesa" ante el relevo de "dos hombres con gran gancho dentro y fuera de Cuba y que se pensaban insustituibles en cualquier ecuación política de futuro". Roque no sólo era el rostro más conocido en el mundo del régimen con Fidel, sino "casi su mano derecha" añade.

Y siguiendo con la mirada al exterior, el movimiento de Raúl tiene varias interpretaciones en un momento en que EE.UU. está suavizando su embargo a Cuba. "Todo indica que el régimen intenta prepararse para subsistir a su manera ante unos cambios que con la nueva Administración del presidente Barack Obama parecen inevitables", señala Vicent.

Tampoco se puede olvidar que el malecón está viendo últimamente un continuo desfile de mandatarios regionales: sólo en lo que va de año ocho presidentes latinoamericanos han visitado a Raúl y Fidel, en una iniciativa diplomática sin precedentes. Los últimos, este mismo lunes, los presidentes de República Dominicana, Leonel Fernández, y Honduras, Manuel Zelaya,

Vicki Huddleston, que también fue encargada de la representación estadounidense en la isla en los últimos años, apunta hacia los aliados más que a los enemigos. La experta sugiere que los cambios fueron acordados con Hugo Chávez en su reciente encuentro con los hermanos Castro, una reunión que entonces se calificó como "de trabajo". "Necesitan que Chávez esté a su lado porque sin el petróleo subvencionado de Venezuela están muertos".

Otras interepretaciones

La cuestión de la crisis económica también es citada en todos los análisis. De hecho, otro de los destituidos ha sido el ministro de Economía, José Luis Rodríguez, amén de otros cargos con responsabilidades en esta área.

Pero a falta de más explicación oficial (el comunicado difundido en Gramma sólo habla de crear "una estructura más compacta y funcional"), se multiplican las especulaciones. Muchos ven amenazado la tímida apertura del régimen con este relevo de los "moderados" del régimen (según Público) y otros advierten también sobre la creciente influencia del Ejército en el entorno del nuevo presidente: "Raúl Castro cambia de Gobierno y refuerza a los militares", titula La Vanguardia.

Su corresponsal Fernando García destaca la entrada de dos generales en el nuevo Ejecutivo y la decisión de que el comandante Ramiro Valdés asuma el control de la llamada batalla de ideas (una iniciativa lanzada por Fidel para encauzar las demandas de reforma del pueblo, por ejemplo a través de cartas a Gramma antes censuradas sistemáticamente y de debates públicos).

No obstante, también apunta como clave la relación con Estados Unidos. "Mientras Roque es un viejo adversario de Washington, (su sustituto Bruno Rodríguez) es visto como un reformista" según un diplomático europeo consultado por el periodista.

Decepción en la oposición

También hay que resta importancia a la operación. El experto del Instituto Lexington (Virgina, EE.UU.) Phil Peters dice "no ver implicaciones" para las relaciones con la Casa Blanca.

La oposición interna, por su parte,  es escéptica. Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos y Reconciliación Nacional, no reconocida por las autoridades, considera que es sólo "un reajuste de nombres". Martha Betriz Roque, de la Agenda para la Transición, señala que "sencillamente, tenemos un gobierno más militarizado y más envejecido. Balance general: más de lo mismo".

En efecto, el relevo generacional que podían encarnar Roque (43 años) y Lage (57, el más joven de los vicepresidentes) también se pierde con el cambio. No obstante, todo está por ver, como apuntan incluso desde la propia oposición. "Pudiera ser el comienzo de los cambios que Raúl Castro había prometido y no ha realizado", señala Óscar Espinosa Chepe , uno de los detenidos en la ola represiva del 2003 y liberado por motivos de salud. El economista concluye: "Quizás hay que esperar".