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El Estatuto gallego se convierte en arma arrojadiza entre partidos en campaña electoral

  • La negociación sobre la reforma estatutaria se truncó en la legislatura que acaba
  • PSG y BNG culpan al PP de abortar el diálogo por "presiones de Génova"
  • El BNG también critica a su socio de Gobierno por "indefinición" y "dudas"
  • Los populares aseguran que la reforma no prosperó por discrepancias en el bipartito
  • La puntilla para el desacuerdo la puso la inclusión del concepto nación en el preambulo
  • Los partidos plantean en sus programas electorales retomar la negociación 
  • Todo sobre las elecciones gallegas en nuestro especial

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A principio de 2007 los ahora candidatos a la presidencia de la Xunta de Galicia en las próximas elecciones gallegasEmilio Pérez Touriño (PSG), Alberto Núñez Feijóo (PPdeG) y Anxo Quintana (BNG) se reunieron en Monte Pío, la residencia oficial del presidente autonómico, para tratar de pactar la reforma del Estatuto de Galicia.

Touriño y Quintana, desde el Gobierno, y Feijóo, desde la oposición, intentaron aunar posturas pero el resultado no pudo ser más negativo. Tras seis horas de intensas conversaciones, los tres partidos decidieron aparcar la negociación del nuevo estatuto 'sine die'.

En plena campaña electoral de las comicios gallegos del próximo domingo, los tres partidos vuelven a sacar la reforma del estatuto para utilizarla como arma arrojadiza contra el adversario político.

Los partidos se culpan entre ellos

El PSG dice que la negociación la truncó el PP en el último momento por "presiones de Génova", según asegura, en declaraciones a RTVE.es, el número cuatro de esta formación en las listas por A Coruña, Xoaquín Fernández.. "Feijóo no se atrevió a enfrentarse a Rajoy, al que le era difícilmente soportable un acuerdo con el BNG por aquello del España se rompe".

El BNG culpa también a los populares del fracaso de la reforma del Estatuto, pero lanza una puya contra el que ha sido su compañero de bipartito (el PSG), al que acusa de tener dudas y mostrar indefinición en el último momento, cuando la propuesta de nuevo estatuto estaba sobre la mesa. "Al final, los socialistas se separaron del acuerdo de mínimos alcanzado", señala a RTVE.es el número 3 del bloque nacionalista por A Coruña, Carlos Aymerich.

El PPdeG, por su parte, también lo tiene claro: El proceso de reforma cayó en barrena por las discrepancias entre los dos partidos socios del Gobierno. Pedro Puy, candidato popular número seis, también por la provincia de A Coruña, ha manifestado que "aunque los dos partidos le sitúen como el principal culpable, saben que no es así".

"Touriño prefirió anteponer la estabilidad de su Gobierno a la reforma estatutaria", ha manifestado Puy, quién añade que "los socialistas no quisieron abrir una crisis con los nacionalistas, que querían incluir aspectos que no recoge la Constitución Española en la reforma".

La puntilla la puso en término "nación"

Emulando al estatuto catalán, el PSG y el BNG pactaron la inclusión del término "nación" en el preambulo del que sería el nuevo estatuto gallego, que sustituiría al de 1981. 

Según estas formaciones, pese a las aproximaciones de los partidos en el articulado, la inclusión de ese concepto en el preámbulo se convirtió en la muralla infranqueable que impidió sacar adelante un Estatuto. Esa definición identitaria de Galicia,  el estatus jurídico de la lengua gallega, que sigue siendo un asunto polémico en Galicia, y la financiación autonómica eran los tres puntos sobre los que existían más divergencias. 

Los socialistas dicen que lo del término nación "fue un simple pretexto del PP para evitar decir sí a la reforma" y el PPdeG contraataca asegurando que estas acusaciones son "excusas de mal pagador". Los populares aseguran que el problema no fue sólo la inclusión de ese concepto sino que los nacionalistas pretendían incluir aspectos como el derecho a la eutanasia en el estatuto, algo sobre lo que no hay consenso social.

El partido que lidera Núñez Feijóo estaba dispuesto a incluir el reconocimiento del "sentimiento nacional de Galicia" en el nuevo texto.

Los tres partidos, dispuestos a retomar la negociación

Las tres formaciones que luchan por gobernar la Xunta de Galicia están dispuestas a iniciar en la próxima legislatura otro proceso de diálogo y negociación para acometer la reforma estatutaria. Eso sí, mientras que el PSdG y el BNG lo consideran una prioridad, el PPdeG dice que ahora lo prioritario es la crisis.

El número seis del PPdeG explica que sólo están dispuestos a entrar en ese debate si no supone una distracción hacia lo importante ahora: atajar el problema del paro.

Los partidos coinciden en la importancia de que la reforma se plantee con el máximo consenso. El número cuatro del PSG por A Coruña ha señalado que el objetivo es que las tres corrientes estén representadas en el nuevo texto. "Debemos incorporar al galleguismo socialdemócrata que representamos los socialistas y también a los nacionalistas y a la derecha", ha explicado Fernández.

El candidato por el BNG pide a los partidos que afronten este "debate decisivo para Galicia" con las "cartas boca arriba" para que después no se frustren las negociaciones.

Propuestas electorales sobre el Estatuto y las competencias

Alberto Núñez Feijóo apuesta en su programa electoral por una reforma del estatuto que "refuerce la estabilidad institucional", incorpore nuevos derechos de los gallegos, mejore el marco financiero y amplie y refuerce el marco competencial.

El PP subraya que la reforma "no puede suponer un conflicto político en Galicia ni entre Galicia y el resto del Estado". Entre las competencias que piden está la gestión de los puertos y aeropuertos, la meteorología, las cuencas hidrográficas y la ordenación del litoral. 

También proponen la puesta en marcha de un Ente Tributario Gallego y asumir los tributos cedidos tradicionales que pasarán a ser propios y las competencias normativas sobre el IVA y los impuestos especiales.

El programa electoral de Pérez Toriño recoge como premisa básica que el nuevo estatuto suponga más autogobierno y que plantee una financiación autonómica que tenga en cuenta el hecho diferencial gallego relacionado con su segunda lengua y el envejecimiento y dispersión de la población. También aboga por la creación de una agencia tributaria gallega y por elevar el porcentaje de los impuestos cedidos.

El BNG deja claro en sus propuestas electorales que el nuevo estatuto debe garantizar la misma protección jurídica que tiene el catalán para el gallego, que será, dice su programa, la lengua de uso preferencial en la administración de Justicia y en los medios de comunicación.

Propone también incluir un catálogo de derechos y deberes y una nueva organización territorial de Galicia que proporcione un "modelo de país". Los nacionalistas quieren que el nuevo estatuto garantice los plazos y condiciones de las transferencias de competencias pendientes y nuevas. Entre las competencias que piden está la gestión de puertos y aeropuertos.

Conseguir una nueva financiación autonómica que permita a Galicia recaudar el 90% del IRPF y el IVA y el 100% de los impuestos especiales es otra de las medidas que plantean, además de la creación de una Agencia Tributaria propia.