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Los "seis" cierran filas pese al desacuerdo sobre nuevas sanciones a Irán

  • Los 5 miembros permanentes de la ONU y Alemania plantean un frente unido
  • Pactan un texto a pesar de la semana de desencuentros por la negativa de Rusia a sancionar  

Recuerdan a Ir

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Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania, han cerrado filas ante el peligro de que las diferencias sobre la imposición de nuevas sanciones al programa nuclear de Irán fracture el frente unido que han mantenido en esta materia.

Los seis presentaron un nuevo proyecto de resolución en una reunión de urgencia del máximo órgano de la ONU en el que se recuerda a Irán la obligación de detener el enriquecimiento de uranio, pero no se menciona la posibilidad de acudir a una cuarta ronda de sanciones si no lo hace.

"En un contexto en el que el OEIA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) señala que Irán incumple sus obligaciones y en el que Irán se piensa que puede contar con apoyos en algunos lugares, una muestra de unidad en el Consejo es efectiva, oportuna y constructiva", ha asegurado el embajador adjunto de EE.UU ante la ONU, Alejandro Wolff, a la salida de la reunión del órgano.

El breve texto presentado por los "seis" toma nota del último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica en el que se advierte que Teherán no ha ofrecido suficiente información para disipar las dudas sobre la naturaleza de sus actividades nucleares. Además, reafirma las cuatro anteriores resoluciones sobre la materia e insta a la República Islámica a cumplir sin retraso sus obligaciones.

Sus promotores han indicado que esperan que se adopte la próxima semana después de que algunas de las delegaciones de los 15 miembros del Consejo indicaran la necesidad de consultar con sus gobiernos antes de votar.

Rusia, en contra de nuevas sanciones

El documento consensuado horas antes en un desayuno de los jefes de las diplomacias de los cinco miembros permanentes (Rusia, China, EE.UU, Francia y Reino Unido) trata de salvar la cara de los seis tras una semana de desencuentros.

El grupo tuvo que cancelar el miércoles en el último momento una reunión a nivel ministerial en Nueva York para discutir qué nuevos pasos tomar en el caso nuclear iraní por la negativa de Moscú a contemplar nuevas sanciones.

Ese mismo día, horas después, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo en una intervención en el Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations), un centro de estudios con sede en Nueva York, que no se celebrarán más reuniones de alto nivel sobre esta materia "hasta más adelante".

Hoy, sin embargo, el jefe de la diplomacia del Kremlin ha manifestado que "la nueva resolución confirma que no hay duda de que los seis tenemos los mismos objetivos".  "Nuestra posición no ha cambiado en absoluto", ha asegurado en una conferencia de prensa tras la reunión en la ONU del Cuarteto para Oriente Medio.

El representante ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, ha reiterado tras la reunión del Consejo que Rusia no considera "oportuna" la imposición de sanciones en este momento.

Su homólogo francés, Jean Maurice Ripert, ha reiterado que los seis mantienen abiertas tanto la vía de las sanciones como la de las negociaciones para afrontar la disputa con Irán.

Por ello, ha instado a Teherán a que acepte el paquete de incentivos propuesto por la Unión Europea (UE) que ofrece colaboración técnica para el desarrollo de energía nuclear civil a cambio de que Irán abra por completo su programa a los inspectores.

Irán no va a permitir más control sobre sus actividades nucleares

Sin embargo, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, se ha mostrado hasta ahora opuesto a permitir un mayor escrutinio de sus actividades y ha reiterado que su expediente en el OIEA está cerrado.

El líder iraní ha insistido durante su visita esta semana a la ONU para asistir a la Asamblea General que la oposición a su programa nuclear se limitaba a EE.UU y sus "acólitos".

Estas declaraciones reflejaban el temor, entre algunos diplomáticos occidentales, de que Irán aprovechara el deterioro de las relaciones entre Moscú y Washington a causa del reciente conflicto de Georgia. Por esta razón se impulsó desde el miércoles la posibilidad de acordar algún tipo de texto que confirmara la unidad de los "seis" por encima de sus diferencias tácticas.