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Sadr plantea la disolución de su milicia para no quedar excluido de las elecciones en Irak

  • El primer ministro iraquí había amenazado con marginar al partido del clérigo radical.
  • La decisión está en manos del ayatolá de Nayaf, Alí Sistaní, venerado por todos los chiíes.
  • Los milicianos se enfrentan desde hace semanas a las fuerzas de seguridad.

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Milicianos del 'Ejército del Mahdi', dirigido por el clérigo radical Muqtada al Sadr, enarbolan sus armas en Basora.
Milicianos del 'Ejército del Mahdi', dirigido por el clérigo radical Muqtada al Sadr, enarbolan sus armas en Basora.

El clérigo radical chií Muqtada al Sadr disolverá su milicia, denominada Ejército del Mahdi, si cuenta con la aprobación del máximo líder religioso chií de Irak, el ayatolá Alí Sistaní, según ha anunciado uno de sus asistentes, el jeque Hasan al Zarqani.

El anuncio se produce después de que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, amenazara con excluir al partido de Sadr de las instituciones del país si no se disolvía la milicia.

"Muqtada al Sadr pedirá la opinión de los máximos responsables religiosos chiíes sobre la disolución del Ejército del Mahdi, y cumplirá las órdenes que le den", ha subrayado Al Zarqani en declaraciones a la prensa.

El asistente de Sadr aludía al máximo clérigo chií iraquí, Alí Sistani, que reside en la ciudad santa de Nayaf, donde se encuentra el principal centro teológico chií de Irak.

Enemigo de EE.UU.

El Ejército del Mahdi es uno de los principales respaldos del clérigo radical, que desde el inicio de la posguerra de Irak se ha presentado como el líder la facción chií más desafecta a la ocupación del ejército estadounidense. Con todo, Sadr y Maliki, también chií, concurrieron juntos en las primeras elecciones al Parlamento iraquí; el posterior acercamiento de el primer ministro a Estados Unidos les han ido separando hasta llegar al enfrentamiento actual.

Los milicianos de Sadr, reconocibles por su pasamontañas negro, se han enfrentado en numerosas ocasiones en los últimos cinco años a las fuerzas de seguridad iraquíes y a las tropas estadounidenses, que intentan controlar su actividad en las zonas de mayoría chií, como el barrio bagdadí que lleva el nombre de su líder, Ciudad Sadr.

En las últimas semanas, tras un año de relativa calma, los enfrentamientos entre la milicia y las fuerzas de seguridad se habían recrudecido en una nueva demostración de fuerza de Muqtada al Sadr, que hace dos días reunió a alrededor de un millón de seguidores en las calles de varias ciudades del país para protestar contra la ocupación estadounidense.

Ante la posibilidad de quedar excluido del próximo proceso electoral, Sadr parece dar marcha atrás, aunque el anuncio de Al Zarqani deja la responsabilidad en el ayatolá Sistani, de 77 años, un clérigo reverenciado por todas las facciones chiíes, cuyos edictos tienen valor de ley islámica.

Nueve muertos en Bagdad

Mientras, en Bagdad, al menos nueve personas han fallecido y otras 35 han resultado heridas en los bombardeos realizados por las fuerzas de Estados Unidos en respuesta a los lanzamientos de mortero sobre la base militar estadounidense de Rustamivah, en el sureste de la capital.

Por otro lado, el ejército estadounidense ha anunciado la muerte de tres de sus soldados en el país. Uno de ellos ha muerto este lunes en el este Bagdad, víctima de un ataque contra su patrulla, mientras que los otros dos murieron en distintos ataques sufridos el domingo en Bagdad y Diyala, al noreste de la capital.